Cuando me hallaba ya a sólo dos años de la jubilación, tras más de tres décadas de ininterrumpido trabajo en la administración, se rompió el corazón. No aguantó más (demasiado estrés, demasiados recortes, demasiada presión...) y me colocaron una Incapacidad Total junto al vaticinio de que en menos de un mes cascaría.

Para mi desgracia la profecía médica resultó falsa y, desde entonces, me he incorporado al gremio de los apestados, los pensionistas, esos seres que devoran los recursos de la sociedad en lugar de morirse.

Lo malo de ser pensionista no es el que te consideren un inútil, un trasto, sino que además te tratan como si fueses idiota. Os pongo un ejemplo:

Hace un par de meses solicité, a través de la Asistenta Social correspondiente, una tarjeta de minusvalía (una especie de carnet con el que demostrar que se es minusválido en espectáculos y trámites). Hoy me ha llegado una resolución de la Seguridad Social cordobesa que puedo tachar de hilarante, por no decir un disparate más adecuado.

Me piden que rellene otra solicitud, que la que presenté no es correcta. Incierto, la que me pidió que rellenara la Asistenta Social era correcta, ésta que me envían no es para esto sino para otro tipo de trámites. Y lo sé porque he pasado los últimos años de mi vida laboral haciendo precisamente este tipo de trámites en Bienestar Social, por lo que sé de lo que escribo aunque sea pensionista.
Asimismo me piden que en el plazo de diez días (¡a quién se le ocurre enviar una solicitud diferente y dar un plazo para rellenarla!). Supongo que se irán de vacaciones en diez días porque si yo puedo esperar dos meses para algo que se hace en dos semanas y tengo que iniciar el expediente de nuevo desde el principio, ¡para qué se da un plazo!. Total que en ese susodicho plazo envíe fotocopia compulsada del D.N.I. y del Certificado de Empadronamiento. Quien esto solicita o es tonto de capirote o no conoce la ley, porque está prevaricando. La obligación de un usuario al efectuar este tipo de peticiones (que de oficio debió serme remitida la tarjeta, sin necesidad de solicitarla), es identificarse y punto.

Identificarse ante una autoridad pública. Una vez presentado el D.N.I. original ante la Asistenta Social no es necesario que envíe ni fotocopia del D.N.I. ni fotocopia compulsada. Es más, para solicitar las tarjetas de minusvalía no se pide ningún tipo de documentos en todo el territorio nacional, a lo mejor es que Córdoba tiene leyes propias o como soy pensionista me toman por imbécil.

Tampoco es necesario enviar fotocopia compulsada del Certificado de Empadronamiento porque este dato ha de ser comprobada por la administración. Esto según dicen los tribunales, que no es el usuario el que ha de soportar la carga de la prueba sino que debe ser la administración quien compruebe la dirección facilitada. Entre otras cosas porque yo no tengo la culpa de que la Asistencia Social de Peñarroya-Pueblonuevo no cumpla con la legalidad, no disponga en su lugar de trabajo de una conexión informática con el censo local, como pasa en casi toda España (salvo municipios similares). En condiciones habituales quien recibe la solicitud comprueba los datos, previa petición del D.N.I., y es más que suficiente para constatar la dirección de envío de la tarjeta.

Por ello para este tipo de trámites sólo es necesario rellenar una solicitud genérica. Porque la dirección a la que se envíe la tarjeta no tiene por qué ser demostrada, ¿o es que no puedo pedirla si me paso tres meses en casa de algún hijo que viva en otra población?

En resumen, un ejemplo más de que nos toman por idiotas. Y puede que lo seamos. Mientras decoremos nuestros balcones con banderitas de España para enfrentarnos con los catalanistas, mientras hablemos mal de todo el que hable de política, mientras no salgamos a manifestarnos por nuestro pan y nuestros derechos... seguirán pensando en que somos unos bolizas que sobran.

Sólo os aseguro, administración, que antes de un mes tendré la tarjeta en mis manos. Y que, cuando tenga que votar, me acordaré de los 45.000 millones que habéis regalado a los bancos, del dineral que se llevan las autopistas y la OTAN, de cómo tenéis rebosando vuestras cuentas en los paraísos fiscales y de cómo tratáis a quienes levantamos este país... cuando ya somos basura, o sea pensionistas.