Quiero, ante todo, en estas líneas expresar mi agradecimiento a toda la ciudadanía de Peñarroya-Pueblonuevo, por el apoyo prestado a mis hijos y a mi familia en los sucesos por los que estamos atravesando en estos momentos.

Soy una persona normal, con una vida normal, hasta aburrida. Hasta ahora, había vivido con mi familia, con mis alegrías, mis problemas como cualquier familia o persona, para llegar a fin de mes, laborales etc. que iba solventando como podía cuando estos se presentaban, hasta la fecha del 18 de junio de 2017, fecha en la que se presentó y estalló el problema que me tiene extremadamente preocupado.

Como todos sabéis, en la madrugada de este fatídico día, mi hijo Javier y su novia reciben la “visita” en su casa, de unos delincuentes habituales, convictos y confesos que intentan robarles mientras ellos dormían. No consiguieron su propósito, al despertar mi hijo alarmado por los ruidos. Sin querer ser fantástico, solo intentaron llevarse sin conseguirlo, bienes materiales, que no es que no importen, naturalmente que importan. Lo que si consiguieron arrebatarnos fue NUESTRAS VIDAS. Desde ese día se han sucedido una serie de acontecimientos que no deseo a mi peor enemigo, mi hijo y su novia no han vuelto a pernoctar en su casa con su recién estrenada hipoteca.

Una semana antes, a mi hijo Abel, el hermano mayor de uno de los delincuentes que entraron en casa de Javier, también delincuente habitual. le arrancó las manetas de apertura de puertas del coche, los espejos retrovisores, los limpiaparabrisas, las lunas, y al coche de otra chica del pueblo le hizo lo mismo por el hecho de estar al lado del de mi hijo. Todo porque estaban cerrando el pub que mi hijo lleva y no lo dejaron entrar. Posteriormente, disponemos de los audios y han sido puestos a disposición de la Guardia Civil, se dedicó por medio de WhatsApp a amenazarlos y acusarlos de traficantes de drogas. Con la intención de amedrentarlos y evitar la correspondiente denuncia.

Esta última semana, ha sido de especial virulencia, estas dos alimañas, de sobras conocidas por sus hechos, están en libertad y tras decretar el juez la prisión provisional para los dos detenidos, se han acentuado las mencionadas amenazas. El individuo anteriormente mencionado, se ha vuelto a presentar en el pub de mi hijo y lo ha vuelto a amenazar, le ha desalojado la terraza, los teléfonos “arden” en amenazas hacia nosotros y hacia todo aquel que en las redes sociales nos muestra su apoyo.
Mi señora, ha dejado de hacer la compra en las tiendas de alimentación habituales por la proximidad con el domicilio de este sátrapa, salvo que vaya conmigo y casi obligada, porque me niego a esconderme, pero el miedo que tiene se olfatea de lejos.
En casa, no es miedo hacia ellos, yo tengo miedo a la posible reacción de alguno de mis hijos y ellos tienen miedo de la reacción mía. Estos individuos, están habituados a entrar y salir de la cárcel, han hecho de ello su modus vivendi, hasta se jactan de ello y yo, no quiero ver a los míos detrás de unos barrotes como consecuencia de los hechos que estamos viviendo y que nos tienen abocados a cometer algo irremediable.

Las repetidas denuncias, solo han contribuido a engordar un informe que se hace interminable pero no se hace nada por remediar esta situación. Me encuentro desprotegido, es más, creo que la ley protege al delincuente frente a mí y estoy pensando fríamente poner fin a esta situación. Si luego, me tiene que suceder lo que años atrás le sucedió a nuestro paisano al que robaron y me tengo que “comer el marrón” y cumplir una condena, intentaré aceptarlo como daños colaterales.
Esta situación, me está haciendo replantearme muchas cosas que daba por sentadas. Si quiero una solución, tendré que hacerlo yo.

El día 24, al volver del trabajo, la situación era insostenible, esta alimaña ha atacado por la espalda y herido al padre de la novia de mi hijo. Me presenté en el cuartel voluntariamente a que me detuvieran, ya estoy dispuesto a todo, me calmaron y tengo cita con el teniente el próximo lunes 26. Voy a intentar que me reciba el/la juez y me dé una solución, que se me antoja difícil. Pero lo tengo claro, no estoy dispuesto a que les roben la vida a mis hijos, y si tengo que actuar, lo voy a hacer, esto ya no se puede aguantar.