2 de febrero de 2017 | Gabriel Domínguez Tabales
Carta abierta a mis paisanos de Peñarroya-Pueblonuevo
"Es necesario que creemos pequeñas empresas, da igual lo que puedan hacer y el número de empleos que tengan"

Queridos paisanos: Aunque mi recién creada familia y yo nos vinimos a Madrid en 1968, no hemos perdido nunca el contacto con nuestro pueblo, nuestra ciudad. Seguimos teniendo la casa de nuestros padres que hemos acondicionado y mejorado y donde pasamos algunos días, menos de lo que nos gustaría, al año.
Nuestra ciudad entró en decadencia cuando la SMMP empezó a abandonarnos. No sé si hay algún estudio serio y fundamentado en el que se analicen los motivos del abandono de esta sociedad, principal impulsora del nacimiento y crecimiento de Peñarroya-Pueblonuevo.
La cuestión es que tampoco sabemos si las ideas del INI eran las de seguir manteniendo una cierta actividad industrial o ir controlando el decrecimiento de la salud de nuestra ciudad hasta desembocar en lo que es, prácticamente, hoy día. Una ciudad sin grandes atractivos para la gente joven y la no tan joven. La disminución de la población es evidente, solo hay que darse una vuelta por las calles y ver qué casa si, casa también hay colgado un cartel con el anuncio de su venta.
A diferencia de lo que ha sucedido en otros pueblos o ciudades, como Pozoblanco, en la nuestra no han surgido empresarios capaces de suplir la orfandad en la que nos dejó sumido la marcha de la SMMP. Uno de los mejores empresarios fue, sin duda, Ramón Hernández. Pero murió demasiado joven, cuando aún tenía capacidad y fuerza para seguir haciendo cosas. Sus hijos hacen lo que pueden, pero hace falta hacer muchas más cosas.
Esta carta que os escribo es un intento por animar a todos mis paisanos, vivan o no en la ciudad, para que sean más conscientes aún de la situación que vive nuestro pueblo, para que tengamos conciencia de que la situación hay que cambiarla. Tenemos que tratar de organizarnos, crear pequeños o grandes grupos de trabajo para intentar que surjan ideas y crear algunas empresas sin importar su tamaño. Es necesario que creemos pequeñas empresas, da igual lo que puedan hacer y el número de empleos que tengan. Sería deseable que viniese una gran compañía que crease los puestos de trabajo de 500 en 500, pero como eso es muy difícil tenemos que ir a lo que pueda ser posible.
Tenemos a favor la existencia de muchos edificios o locales abandonados o semi, donde poder establecerse. Tenemos, al menos, dos polígonos industriales, el de Los Pinos y el de El Antolín con naves vacías o casi. Tenemos algunos edificios abandonados que con poco podrían ser utilizados, como el Centro de Salud que se construyó en Casas Blancas y que está totalmente abandonado.
Tenemos agua en abundancia gracias al embalse de Sierra Boyera y la energía eléctrica suficiente para cualquier industria. También tenemos un alcalde joven al que hay que apretarles las clavijas para que actúe como catalizador de las ideas, grupos de trabajo, etc.
Y, aunque yo soy el menos indicado para hablar de mi mismo, tengo que deciros que, junto con el alcalde, estamos haciendo en Madrid, casi todo lo que podemos.
En Madrid, 2 de Febrero de 2017