Empecé siendo muy joven por la afición que siempre he sentido por el mundo de la pastelería, escapándome cada vez que podía con mi padre para aprender lo máximo que pudiera.
A los 16 años me trasladé a Barcelona, Francia y Suiza donde me formé en el sector. Hice prácticas en restaurantes de Andalucía y con 17 años gané el Campeonato de Europa de Panadería quedando en primer lugar en bollería que es mi especialidad.
Simultáneamente estudié económicas en ETEA y actualmente me dedico a la docencia en pastelería y ayudo en el negocio familiar.

Se trata de un campeonato internacional que se celebró entre los días 17 y 23 de enero en la ciudad italiana de Rimini. En total fueron 8 los países participantes de distintos continentes (Italia, Taiwán, Portugal, Israel, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña y España).
España quedó el tercer país clasificado en la general y recibimos el premio a la mejor pizza. El concurso constaba de 18 especialidades entre ellas las de panadería, pastelería y piezas saladas.

Desde hace aproximadamente 9 meses llevamos entrenando las piezas que se iban a realizar en un día. Los entrenamientos se realizaban en Madrid y los tres participantes que representamos a nuestro país somos miembros del Club Richemont de Panadería.

Sentí muchísima felicidad y alegría porque realmente no fue un premio a mi trabajo sino un premio a todos los que me han estado apoyando, mi familia y los miembros de mi empresa que son también mi familia.
Con este premio siento más ganas de seguir aprendiendo y trabajando y a nivel profesional quiero aprovechar todos los cursos de formación y aprendizaje que puedan ir surgiendo.

Donde realizo mi trabajo y donde son conocidos mis productos de panadería y bollería es donde más valorado y acogido me encuentro afortunadamente.

Para mí no se trata de un trabajo.