Aún recuerdo aquella noche que mi padre vino contando que se había apuntado a “la Coral”. Estaba con unos amigos en un bar y unos y otros, al calor de las copas de vino, se fueron envalentonando como niños pequeños, nerviosos e intrigados que han planeado alguna broma. Creo que en ese momento ni mi padre ni sus amigos sabían muy bien cómo seguiría la historia, qué era eso de la Coral y hasta dónde llegaría esta aventura. No eran conscientes de que estaba naciendo de nuevo la “ Coral del Real Centro Filarmónico Guadiato y Sierra” y de que ellos y ellas sin saberlo estaban empezando a crear la que con el tiempo ha sido uno de los principales puntales culturales de nuestro pueblo, continuación de la andadura musical que empezara a principios del siglo XX el “Real Centro Filarmónico de Pueblonuevo del Terrible”. Hace de esa noche ya 21 años y mi padre sigue perteneciendo a ese grupo de amigos y amigas a los que les unió el amor por la música, por la cultura y por su folklore.
Desde esa primera noche le he visto ensayar horas y horas, acompañándose a veces de su guitarra, las viejas y nuevas canciones que la Coral ha ido preparando para cada una de sus actuaciones. Canciones que yo en principio desconocía completamente, aunque poco a poco, de tanto escucharlas en la voz de mi padre, de casi aprendérmelas de memoria, al final me he ido enamorando de ellas. Desde esa primera noche he visto a mi padre salir a ensayar muchas noches de otoño o invierno, bien abrigado y protegiendo de la lluvia, bajo el brazo, la carpeta con las partituras. Siempre incansable, animado, también nervioso, nervioso como sólo pueden estar las personas que hacen lo que les gusta y aman y que se preocupan de que eso salga lo mejor posible.
En todos estos años he podido asistir a muchas actuaciones de la Coral. Ver por fin la puesta en escena de esas canciones tan entrañables, cargadas de tantas historias y recuerdos. Yo, quizás no posea unos conocimientos muy amplios sobre música porque soy sólo un aficionad, pero siempre en esas actuaciones, he podido reconocer el trabajo bien hecho, el esfuerzo, el amor, la constancia de mi padre y el resto de compañeros y compañeras que han dedicado tantas horas de ensayo para que las cosas salgan bien. Y siempre han salido bien. Nunca me han decepcionado ni a mí ni a los miles de oyentes que han podido disfrutar ya de alguna actuación de la Coral.
En estos 21 años, la Coral no sólo ha actuado en Peñarroya –Pueblonuevo. Poco a poco ha ampliado su fama y su repertorio, así como lista de localidades a las que ha llevado su música. Aparte de nuestro pueblo, ha visitado en muchas ocasiones otros los pueblos de la comarca, ha llegado a Córdoba y otras ciudades andaluzas, también a ciudades de Aragón, de Extremadura, de la Comunidad Valenciana, de las dos Castillas incluso por tierras belgas ha paseado su repertorio. Ha grabado también dos discos, el primero en 2001 y titulado “A nuestras gentes en el mundo”. Aunque voy a destacar sobretodo el trabajo que realizó en su segunda grabación, allá por los años 2004 y 2005, en los que la Coral participó muy activamente en el proyecto de recuperación del folklore tradicional del Valle del Alto Guadiato, proyecto que culminó con la grabación del disco “Identidades II, Folklore en el Valle del Alto Guadiato”, que presentó en una gira que le llevo de nuevo por toda nuestra comarca.
Por supuesto, en todos estos años, la Coral ha pasado por muchas vicisitudes, momentos buenos y malos que son inevitables para cualquier grupo de personas que se unen para sacar adelante una idea, una pasión o un sueño. La pasión de esta Coral es una ilusión imparable, enriquecedora y profunda, es la ilusión por desempolvar y rescatar del recuerdo cientos y cientos de canciones, dándoles un toque personal y un brillo diferente con voces propias. Voces quebradas, voces con eco de pozo de mina, voces con resonancias ancestrales como el carbón, voces que nos abruman con el peso de las historias que cantan. Esos momentos, malos y buenos, se han ido superando y disfrutando y han hecho que este grupo de artistas esté más unido que nunca, trabaje cada vez mejor, con más tesón, pero sin perder la alegría. De esto puedo dar fe, que pude asistir a uno de sus ensayos y posteriormente a una de sus últimas actuaciones.
Por esta Coral ha pasado ya mucha gente, todos aportando su granito de arte, aunque algunos nos dejaron también por el camino. Desde su primer director, Rodríguez Cerrato, pasando por otros directores tales como Rafael Romero o Carlos Mohedano que la dirigían junto con la orquesta de Pulso y Púa del Real Centro Filarmónico y que la fueron enriqueciendo con sus diferentes miradas artísticas y sabio asesoramiento musical, pasando por Francisco Rojas, que dirigió los primeros pasos de la Coral a capella hasta su directora actual, Carmen Calero, que le aporta su energía y joven temperamento. Son muchos los que han arrimado su hombro, pero sobre todo su voz para que esta Coral salga siempre adelante, para que este grupo lleve la voz de nuestro pueblo lo más lejos y lo más alto posible.
Y por esta Coral tiene que pasar todavía mucha más gente. Tienen que ser aún muchos y muchas los que canten con ellos nuevas y viejas canciones. Muchos lo que se unirán en sus viajes, muchos los que colaborarán en sus espectáculos, muchos los que soportaran con agrado las horas de ensayo, muchos los que recibirán los aplausos y los vivas de un público que siempre se rendirá a la belleza de sus coplillas, coros, tonadas, etc. Por eso, aprovecho para recomendarte, vecino de la comarca del Valle del Guadiato, que te unas a este gran grupo. Motivos no te van a faltar. Como amante de la música, de los viajes, de las buenas compañías, de las fiestas, de las tradiciones, como arqueólogo de las viejas canciones, como aficionado a las nuevas coplas, como amigo de tu pueblo, estoy seguro, ya tengas veinte años o noventa, que te gustará formar parte de este grupo de amigos, de luchadores, de artistas, que siempre tendrán un hueco para ti. Podrás encontrarlos en alguno de sus ensayos, las tardes de los martes y viernes, en su sede ubicada en la Avenida Fuente Obejuna junto a la Hacienda Local y al lado de la plaza Santa Bárbara, o puedes asistir a alguna de las muchas actuaciones que aún les quedan por dar. Aparte de magistrales clases de música, podrás aprender también a tocar la guitarra o disfrutar de entretenidas veladas musicales. Seguro que siempre te recibirán con los brazos abiertos, el ánimo radiante y las voces entonadas. ¡Qué gran orgullo pertenecer a esta Coral, que fortuna la de poder disfrutar de sus canciones, que satisfacción la de saber que las coplas de mi pueblo las llevará siempre consigo la “Coral del Real Centro Filarmónico Guadiato y Sierra”!
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