Nunca llueve a gusto de todos y en el caso que nos ocupa más todavía, con opiniones para todos los gustos. Con críticas y alabanzas a la par, sus Majestades los Reyes Magos de Oriente han recorrido en tres coches de caballos varias calles de Peñarroya-Pueblonuevo, siguiendo todas las normas Covid establecidas.
Este año, con el país patas arriba debido a la maldita pandemia, todos los niños y niñas menores de 12 años que así lo han deseado, han podido verlos en persona y recibir personalmente una bolsa de chucherías.
A pesar de todas las restricciones que la pandemia nos está obligando a realizar y siguiendo, en la medida de lo posible, el protocolo Covid-19, no han querido quitar la ilusión a los más pequeños, viendo todo lo cerca que dicho protocolo permitía, a Melchor, Gaspar y Baltasar.
Todo ello ha sido organizado por el Excmo. Ayuntamiento, para lo que ha contado con la indispensable colaboración de la Asociación Cultural CABALCEN, que año tras año se viene volcando con todo lo relacionado con la Cabalgata de Reyes en Peñarroya-Pueblonuevo.
Como curiosidad tengo que decir, pues con esa idea lo ha hecho la organización, que todas las personas que han dado vida a sus Majestades y a los pajes personales que cada uno de ellos ha llevado como asistente, han representado a esas personas que desde el minuto uno hasta el día hoy, están trabajado lo indecible en nuestro país en general y en Peñarroya-Pueblonuevo en particular, para hacernos la vida algo más fácil a lo largo de toda la pandemia, llámense, personal sanitario, policía, local, guardia civil, militares, voluntarios de cruz roja y protección civil, bomberos, etc. En esta ocasión, todos ellos han estado presentes a través de un policía local, un guardia civil, dos sanitarios de ambos sexos del Hospital Valle del Guadiato, una enfermera del Centro de Salud y uno de Protección Civil, aunque repito, podría haber sido cualquier otro u otra profesional mencionada anteriormente.
El recorrido se inició desde el interior de la Parroquia El Salvador y San Luis Beltrán, donde cada rey y su paje subieron a sus respectivos coches de caballos, cedidos gentilmente y conducidos por Ismael Rubio Bejarano y su equipo. Desde allí subieron hasta “La Farola” para volver por la misma calle Peñas Rojas, hasta “El Punto” para una vez pasado el puentes del arroyo “La Hontanilla”, continuar por Avda. José Simón de Lillo hasta Romero Robledo y seguir por Constitución hasta la Plaza Santa Bárbara, a la que le dieron la vuelta, para terminar a la altura de la parada de taxis donde les esperaba un escenario para recibir a todos los niños y niñas menores de 12 años que quisieron saludarlos personalmente.
El protocolo Covid fue el culpable que los pequeños no pudieran acercarse a sus Majestades todo lo que ellos y los propios reyes hubieran deseado y que a lo largo del recorrido no pudieran ir lanzando caramelos y pequeños juguetes como en años anteriores. Los pajes les fueron entregaron en mano una bolsa con chucherías a las uno.