Todos te queríamos mucho, no solo tu familia sino todos tus amigos y conocidos. Siempre estabas ahí cuando alguien te necesitaba, sin pedir nada a cambio.
Estamos muy tristes por tu pérdida. Después de tu larga enfermedad, te has ido en estos días tan malos, haciendo, si cabe, más difícil despedirnos como nos hubiera gustado. Por suerte tuviste a tu lado a tu propia familia y a dos de tus hermanos, pero a nosotras, a tus hermanas que estamos tan lejos, las circunstancias no nos han dejado acompañarte a ti y a todos. Al menos no en presencia, pero si con el corazón donde siempre te llevaremos.
Tan apreciado por tus compañeros del trabajo en la mina. Tan acogido entre tus amigos de caza. Y esa Peña del Barça en la que tanta ilusión pusiste, atendiendo a todos con cariño y con tu sonrisa especial.
Nuestro Ramón, para tus sobrinos “Titi", el Titi más guay del mundo, adorado por todos. Ya descansas con tu hija Laura, seguro que en el mejor sitio del cielo.
Gracias por todo el cariño que nos diste. Siempre estarás en nuestros pensamientos. Recibe nuestro abrazo desde donde estés.
Gracias Titi, ¡Gracias!