22 de mayo de 2015 | Infoguadiato
María Gil, la decadencia del bisonte
Cuando la desesperación toma el mando de la campaña electoral, cuando la metralla escapa sin control de bocas que han perdido el ajuste y la precisión en sus declaraciones, si es que alguna vez han disfrutado de ellas, se hace necesario recurrir a la réplica ordenada pero a la vez contundente, de quien ha sido puesto en entredicho desde una gratuidad argumental y el más allá de la mentira.
María Gil nunca se ha caracterizado por ser una alcaldesa del pueblo y para su pueblo, espacio de poder para el que fue escogida por un electorado dividido, pero esencialmente confuso y decepcionado, que en 2011 buscó en el PP una solución a contrapelo de la historia electoral del municipio para aliviar la decrepitud de Peñarroya-Pueblonuevo. Alternativa, la encarnada por la también senadora, que ha resultado ser, en el transcurso de estos cuatro últimos años, más tóxica que siquiera paliativa para los intereses del municipio.
Esta redacción quiere aprovechar la coyuntura de la réplica para manifestarse abiertamente en contra de la acumulación de cargos. Estimamos que un municipio como Peñarroya-Pueblonuevo, aquejado además por el virus permanente de una tasa de desempleo incompatible con el bienestar, necesita un alcalde/sa con dedicación exclusiva, sin que otras ocupaciones le resten al primer edil esa plenitud temporal inexcusable. Del mismo modo que se exige que un senador/a se produzca también a tiempo completo en el Senado. Si personajes como María Gil han podido simultanear esos dos cargos, no le extrañe a los actuales padres electos de la patria que el pueblo clame contra la operatividad del Senado y demande su desaparición. Si personajes como María Gil, con sus más que palmarias limitaciones, han sido ungidas para ser una de las 266 arquitectas de primer nivel de la política española, se entiende porqué el Senado se aproxima más a cementerio de elefantes, no importa la edad que tengan, que a esa cámara territorial a la que aspira.
María Gil, ocupada más de sí misma, de aparecer más favorecida en las fotografías que de pisar proactivamente las calles de su pueblo; ocupada también de proyectar una sombra superior a sus capacidades, enredada en una maraña de cargos que si le han venido grandes uno por uno, no digamos la suma del conjunto, ha cargado contra Infoguadiato por haberse negado, sistemáticamente según ella, a difundir los logros de su gestión municipal durante esta última legislatura.
Y quizá tenga parte de razón la todavía alcaldesa, pero difícilmente un medio, en este caso el nuestro, puede informar sobre la nada cuando la nada es el resultado más visible de la actuación de un grupo municipal pilotado por ella que se revelado como el perfecto antiejemplo de lo que debe de ser la gestión de un municipio para insuflarle ese progreso que lo acomode al tranco del presente y del que tan necesitado está. Porque a nadie le quepa duda de que Peñarroya-Pueblonuevo sigue presentando una cojera manifiesta en asuntos de modernidad que esperemos no resulte irreversible.
María Gil, necesitada de medios afines que se hagan eco de su memoria selectiva, medios a los que ha venido destinando cantidades de dinero muy superiores a las que asigna a este diario, en algunos casos cuadruplicándola como a Radio Peñarroya Cadena Ser, emisora en la que se explayó contra este periódico en unas manifestaciones del pasado jueves día 14. El convenio entre el consistorio y la radio succiona 1045 euros, mensuales, de los presupuestos municipales. ¿Extrañamente?, la Primera edil obvió mencionarlo cuando recitó el resto de medios: Diario Córdoba, Día de Córdoba y El Periódico con los que el Ayuntamiento tenía suscritos conciertos para la difusión de información municipal, con sus respectivas cantidades. Pero como hemos podido comprobar a lo largo de esta legislatura, si en algo se ha convertido la alcaldesa es en una especialista del sesgo en la palabra, de los olvidos voluntarios, del capricho en sus comparecencias, de la evitación de preguntas comprometedoras.
Tampoco la todavía alcaldesa de Peñarroya-Pueblonuevo compareció en el debate televisivo que Infoguadiato organizó para que las cuatro formaciones políticas pudieran hacer extensivas sus propuestas electorales a través de Infoguadiato TV. Aunque en un principio confirmó su presencia, el día anterior declinó la invitación (también lo hizo, por motivos extraños, el candidato de IU) aduciendo que el día siguiente, el del debate, venía Juanma Moreno Bonilla. Peregrina se nos antoja la justificación cuando el debate estaba programado para las 11 y el líder de los Populares andaluces tenía anunciada su visita a las 20,30 horas. Una de las lecturas de la”espantá”, la más plausible aunque ella jamás lo admitirá, es que, una vez más, María Gil rehúye el diálogo cuando alguien puede examinar públicamente su gestión, su no gestión, durante los últimos cuatro años.
María Gil podrá asesinar al mensajero las veces que ella quiera, pero este mensajero no se deja matar tan fácilmente cuando entiende que las balas son de plastilina, la pistola de agua y el dedo que acciona el gatillo está sucio y tembloroso de tanto acusar al prójimo para desviar la atención de su incapacidad como gestora y de la escasa empatía que presenta su persona, no ya sólo entre una mayoría de peñarriblenses, sino entre los integrantes de un Partido Popular que ha demostrado ser cualquier cosa menos popular.
La conformación de la candidatura que opta a repetir mandato en estas ya inminentes elecciones municipales del domingo, la ausencia de la lista de la práctica totalidad de nombres, hombres y mujeres que han formado parte del equipo de gobierno municipal de la legislatura que se extingue, representa la prueba inequívoca de que, al igual que Infoguadiato, tampoco los suyos han sido capaces de entender su gestión, su no gestión, y han decidido no exponerse a las represalias electorales de un pueblo, que aunque sólo tenga potestad para excomulgar a quienes no muestran ni fe, ni siquiera entusiasmo en la defensa de lo suyo y de los suyos, una vez, un día cada cuatro años, no va a desaprovechar la ocasión para expresar su frustración colectiva.
Pero María, en esta desbandada de los suyos, sigue empeñada en ser bisonte y en seguir levantando polvareda haciéndose acompañar de candidatos inexpertos, recentales políticos que parecen escogidos a falta de buenos. Una polvareda con ánimo de lucro personal, un intento desesperado de excusarse de los innumerables plantones con los que ha obsequiado a este periódico, con esas docenas de notas de prensa prometidas y que nunca llegaron, con ese aludido capricho en sus comparecencias ante los requerimientos de este medio por conocer las actuaciones paliar el desempleo, la última hora de los Fondos Miner, las iniciativas para frenar esa dolorosa pero continuada emigración que vacía, a la vez, el pueblo y la esperanza de los que aquí quedamos.
De la misma forma en que Infoguadiato ni quita ni pone alcaldes/esas, tampoco se presta a servir como diana de una, María Gil, que ha pretendido, con escaso éxito, hacer recaer su fracaso como ser político sobre un medio informativo que está ávido por dar a conocer que el fin de la inanición, de la nada hecha modelo de gestión municipal está tocando a su fin en nuestro pueblo y el tuyo, María.