Casi 6.000 alumnos de diversos centros educativos de la provincia de Córdoba han participado en la última década en las actividades de educación ambiental desarrolladas por la Consejería de Medio Ambiente dentro del Programa de Conservación del Buitre Negro en Andalucía. El objetivo de estas actividades es acercar a los escolares la realidad de este animal para que lo conozcan e implicarlos de alguna manera en su conservación y en el cuidado del patrimonio natural en el que viven.
El delegado de Medio Ambiente en Córdoba, José Ignacio Expósito, ha participado hoy en una de estas actividades, que ha tenido lugar en el IES Duque de Rivas de Hornachuelos. Allí ha habido una charla-coloquio a los estudiantes en la que se ha hecho una presentación del buitre negro como especie bandera el monte mediterráneo. También se han abordado y discutido los principales problemas que sufre y se han expuesto las razones para rechazar el empleo de veneno para el control de predadores.
Las actividades educativas y de divulgación del Programa de Conservación del Buitre Negro se llevan a cabo principalmente en centros ubicados en localidades próximas a las áreas de distribución y alimentación de esta especie. En el caso de Córdoba se han programado en colegios de Fuente Obejuna, Hinojosa del Duque, Hornachuelos, Palma del Río, Posadas, Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. Durante el curso 2009-2010 tomaron parte casi 900 alumnos en más de 20 charlas. En el presente curso se han programado actividades en una decena de centros. A nivel andaluz han sido casi 15.000 los escolares que han participado en los últimos diez años.
El Programa de Conservación del Buitre Negro lo puso en marcha la Consejería de Medio Ambiente en 2002 con el objetivo de aumentar la población de esta especie protegida y su área de distribución, así como minimizar en lo posible sus principales amenazas. Actualmente existen en Andalucía siete áreas de reproducción, una de ellas ubicada en la Sierra de Hornachuelos, donde en los últimos cinco años se ha registrado una tendencia al alza en el número de parejas censadas, que han pasado de 28 en el año 2006 a las 43 de 2011.