18 de julio de 2011 | Rafael Hernando Luna
La incineradora de “El Antolín”: un grave atentado a la salud pública y al medio ambiente local y regional. (1ª Parte)
R. HERNANDO LUNA. RESPONSABLE (1993-2006) DEL “GRUPO DE INVESTIGACIÓN” *INGENIERÍA GEOAMBIENTAL…+ RNM 244. JUNTA DE ANDALUCÍA-UNIVERSIDAD
Prefacio
Entre otros desatinos, de semejante índole, —a los que se hará referencia más adelante— el Consistorio de Belmez, con el conocimiento de la Alcaldía de Peñarroya-Pueblonuevo que intervino poco después, propició, junto con un empresario local (belmezano) titular de lo proyectado, la instalación de una “Planta Incineradora de Residuos de Carbón”, muy contaminante, que, si Dios —o los Tribunales de Justicia— no lo remedia, habrá de ubicarse, con el preceptivo visto bueno del Ayuntamiento de Belmez —propietario de los terrenos y de los residuos (escombreras)— en un lugar preciso, inmediato (colindante) a la “Urbanización (“protegida”) de *El Antolín+ y a los “Polígonos Industriales” del mismo nombre.
La gestación del despropósito
La cuestión empezó a tomar carta de naturaleza nada menos que en el año 2005, y el hecho de que este amanuense, que suscribe, (miembro, cómo no, de la “Plataforma Ciudadana Guadiato Sostenible”, que mantiene una postura crítica, razonada y razonable acerca de la política de instalación de incineradoras) tuviese conocimiento de la tan infausta noticia (la futura instalación de la citada incineradora) cuando ya el año 2010 se acercaba a su final, nada menos que más de cinco años después de haberse iniciado la gestación del desaguisado, la idea del sigilo (una especie de “ley del silencio”, inaudita —nunca mejor dicho— en estas latitudes, que puede crear escuela y ser modelo, y espejo en que mirarse, a otros Ayuntamientos de esta piel de toro, al menos mientras el Gobierno y las Cortes no aprueben el texto de la nueva Ley de Transparencia y acceso a la documentación oficial de las Administraciones, que no será realidad al menos dentro de la presente legislatura) con que se ha llevado a cabo la elaboración de tan disparatado como nocivo Proyecto, así como sus trámites administrativos; de tal manera que, a estas alturas, inexplicablemente, el expediente ya tiene todas bendiciones de las Delegaciones competentes de las Consejerías de la Junta de Andalucía, a falta del “plácet” municipal de Belmez, ya que, como por lo anterior se intuye, el terreno pertenece al término municipal belmezano, mas, la contaminación de todo tipo la percibirán muy en primer lugar, con la mayor intensidad, las personas (viviendas y polígonos industriales de “El Antolín”) residentes del término de Peñarroya-Pueblonuevo, dispuesto en situación inmediata respecto a los focos contaminantes.
Ahora bien, respecto al referido “silencio insólito”, por contraste, llama mucho la atención que cuando de otras realizaciones o proyectos municipales se trata, los anuncian a bombo y platillo, de manera reiterativa, antes, durante, y después de que se conviertan en realidad (la prensa comarcal, en las hemerotecas, y las cintas —grabaciones— de las emisoras locales son testimonio fidedigno de lo anterior).
En el caso concreto de que se trata el silencio fue más que determinante para el éxito del Proyecto envenenado (envenenante en este caso), siguiendo la política de los hechos consumados, en los que el Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo tiene recientes experiencias exitosas. La cuestión está en que lo programado no salga a la luz —a la preceptiva “información pública”— hasta que “la criatura” no se pueda ocultar por encontrarse en avanzado estado de gestación —las obras— y, en consecuencia, sea más que difícil la marcha atrás. Ello es tan así que, en línea con lo manifestado por el portavoz de un partido político en el Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo (Centro Polivalente, Plataforma Ciudadana… 26/11/2010), ni tan siquiera una cuestión tan importante para la salud pública como la temática de la Incineradora llegó a “tocarse” en el Pleno Municipal.
¡Así luchan los representantes de la sociedad civil —que, por ello, al menos algunos, perciben haberes— por el bienestar ciudadano, la sanidad local y el medio ambiente comarcal!
La “Plataforma Ciudadana Guadiato Sostenible”
Su primer acto público —mesa redonda— tuvo lugar el día 26 de noviembre de 2010 (fecha ésta, histórica, que perdurará en la memoria) en el Centro Polivalente de Peñarroya-Pueblonuevo.
Gran éxito de convocatoria y de participación ciudadana. Así puede decirse del acto de protesta, masivo y unánime, motivado por la pretensión de ubicar en la comarca nada menos que tres incineradoras: una de arco de plasma para quemar residuos TÓXICOS, otra de tratamiento (“valorización” lo llaman eufemísticamente) de residuos de carbón (con la pretensión posterior —añadida— de incinerar otras materias y no sólo carbón y, mayoritariamente, residuos de carbón o escombreras), amén de una tercera incineradora de animales muertos de la que ya había tenido noticia la ciudadanía peñarriblense. ¡Toda una locura! ¡Tres monstruos apocalípticos que irrumpen de una tacada! La primera y la última ya encontraron en otras geografías la oposición radical ciudadana, lo que dio al traste a su implantación, mientras que la segunda, tan disparatada como las demás, se presenta y define como ejecutora de una “acción medioambiental que eliminará las escombreras de carbón del paraje de El Antolín, recuperando de esa manera el suelo ocupado”, cuando la realidad es muy diferente: Esas escombreras, que se definen como “residuos de carbón”, ya fueron tratadas en sendas plantas mineralúrgicas —una ya implantada por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya y, otra por la empresa Vda. De Velasco-Lavadero Recar— habiéndole sido detraído en esos procesos, de manera mayoritaria, el porcentaje de carbón contenido en principio. Ahora, esos materiales —“residuos”, efectivamente— son estériles intratables a los efectos pretendidos. Ello es tan así que en el ANEXO VII —apdo. 1— de la Resolución de 10 de octubre de 2008 del Delegado Provincial de la Consejería de Medio Ambiente de Córdoba por la que se otorga autorización ambiental integrada para la empresa… para la instalación de una planta de valorización de residuos de carbón en el término municipal de Belmez (Córdoba), se dice literalmente que: “… con el estéril de carbón que aquí se pretende utilizar, resulta prácticamente inviable, tanto técnica como económicamente, el cumplimiento de los límites de emisión a la atmósfera (contaminación) propuestos en el informe” (léase “proyecto”).
Ahora bien, si “Medio Ambiente” determina que la utilización de la escombrera del Antolín no es viable ¿cómo autoriza la puesta en marcha del Proyecto del que reconoce a su vez que habría de ser altamente contaminante? Todo ello supone una gran contradicción puesto que se autoriza lo que se sabe que no es viable y sí muy contaminante, hasta el extremo de poder adelantar de qué manera las emisiones habrán de sobrepasar lo legalmente permitido (pág. 37 de 49 de la susodicha Resolución).
A mayor abundamiento, y en el mismo sentido de lo anterior es sumamente significativo lo dicho en la “Comunicación Interior” de los Agentes de Medio Ambiente de Belmez, al Jefe del Servicio de Protección Ambiental de la Delegación Provincial de Córdoba, de la Consejería de Medio Ambiente, de 13 de marzo de 2007, en la que hacen constar (en su apdo. de “Impacto sobre la Atmósfera”) la necesidad de evaluar los efectos SINÉRGICOS entre las diferentes emisiones, puesto que se debe tener en cuenta la presencia de otras industrias también emisoras de contaminantes —Planta de Gasificación de Residuos, Planta de reciclaje de neumáticos, Planta de áridos y aglomerados— sumadas a las emisiones a la atmósfera de la incineradora de residuos de carbón de que se trata (“Planta de valorización”): 152.000 toneladas/año de CO2, 104 ton./h de humos a 145º C, más las emisiones de Nox, SO2, amén de las peligrosísimas partículas sólidas, a las que acompañan las partículas en suspensión de la carga y transporte de los residuos de las escombreras, cribado, transporte, descarga y manipulación de los mismos y de sus “rechazos”, humos, CO2, CO de los motores de los vehículos, Compuestos Orgánicos Volátiles (C.O.Vs), a lo que no puede dejar de añadirse los efectos contaminantes en esa zona de las emisiones atmosféricas de la Central Térmica de Puente Nuevo, sita a 35 km. del referente paraje de El Antolín.
La predicción de la evidencia
En ese lugar, con la conjunción de todo lo dicho, sin duda se verá afectada gravemente la salud de la población y no sólo en lo que respecta a problemas respiratorios —asma, smog, EPOC, y otros— sino incluso por la posible gestación de procesos cancerígenos por la presencia de dioxinas y furanos, sin descartar enfermedades cardiovasculares.
Sobre partículas transportadas en la atmósfera, sabido es de qué manera, la contaminación motivada por la combustión de los carbones gallegos de “Puentes de García Rodríguez” y “Lignitos de Meirama” llega, con sus efectos negativos, hasta Inglaterra; mientras que, en sentido contrario, la nube de polvo tóxico originada, no hace mucho tiempo, por el volcán islandés —cuyo nombre no fue aprendido por nadie— dificultando no sólo a los vuelos de la aviación civil, llegó a detectarse en España.
El que suscribe, en la misma Central Térmica de Andorra (Teruel), pudo saber de la afectación, y la lluvia ácida, por influencia de las emisiones de la misma, no sólo en la provincia de Castellón sino incluso en el territorio de la misma Francia. (Continuará).