Siguiendo con nuestra actividad invernal, hemos querido conocer a Juan Enrique Denamiel, un novillero sin caballos cordobés que pudimos ver en la reaperturas de la Venta del Batan.
[P] En primer lugar, darte las gracias por atendernos en esta pequeña entrevista con motivo de tu participación en las tientas de reapertura de la Venta del Batán. Antes de entrar en cómo han sido estos días, cuéntanos de donde viene Juan Enrique Denamiel.
[R] Gracias a vosotros por darme el privilegio de tener un hueco en vuestra web. Mi nombre es Juan Enrique Denamiel Naranjo y soy de un pueblo de la provincia de Córdoba llamado Belmez. Estudio la carrera de magisterio en la universidad “Sagrado Corazón” y a la vez lo compagino con el mundo del toro.
Mi curiosidad en el mundo del toro viene por mis padres. Ambos tienen una carnicería, y cuando se celebraban corridas de toros o algún festejo en la plaza de mi pueblo, se quedaban con la carne de los animales. Era ahí, cuando mi padre me contaba los toreros que habían actuado esa tarde o me enseñaba las cabezas de los toros. En ciertas ocasiones, él salía de alguacilillo a pedir la llave y me contaba las sensaciones que sentía en esos momentos. A partir de ahí, me picaba el gusanillo por saber exactamente si era así o no. Con el paso del tiempo, en el campo de mis padres, “La Hortezuela”, tenían vacas de carne, las cuáles utilizaban para engorde y yo me imaginaba que eran vacas bravas e intentaba torearlas.
Después, tuve la suerte de entrenar e ir al campo en muchas ocasiones con Curro Leal, un novillero con picadores de mi pueblo. Gracias a él pude ponerme por primera vez delante de una de sus becerras.
Fue más adelante cuando empecé en la escuela taurina de Córdoba y estuve unos tres años aproximadamente, donde coincidí en varias ocasiones con mi amigo del pueblo Juan Manuel Benzal.
También, en varias ocasiones, entrenaba con mi vecino Vicente Pérez, quien desempeña el papel de mozo de espadas en el mundo del toro.
Gracias a mi amigo y mozo de espadas, Jonathan Calderón, persona que conozco desde hace muchos años y que por suerte me está acompañando a todos los sitios donde voy, conocí a Manuel Fernández “Mazzantini”, novillero con picadores de Fuente Palmera, donde hasta día de hoy, le he acompañado en varias ocasiones al campo y a algún que otro festejo que ha toreado.
He tenido la suerte de poder actuar en varios concursos de toreo de salón, quedando en primera y segunda posición. Al igual que en bolsines taurinos, donde he podido clasificarme alguna que otra vez.
Pude debutar en público en varias ocasiones, pero por unas cosas u otras no llegaba el momento, hasta que este año, pude hacerlo en “La Puebla de Alfindén” (Zaragoza), donde se celebró un festejo con reses de Rafael Alarcón, y aunque los animales no permitían mucho juego, pude expresarme y terminé con unas sensaciones muy bonitas.
Después de eso, no he podido actuar en ningún festejo más, pero si he podido torear bastante en el campo.
[P] Ya ubicados y conociéndote un poquito más, hablemos sobre las tientas del fin de semana. ¿Qué te motivó a participar en ellas y como fue esa primera selección para poder asistir?
[R] Personalmente, ha sido un privilegio poder estar presente en la reapertura del Batán y más aún, habiendo podido estar presente en los tentaderos del sábado y del domingo.
El motivo por el cual me inscribí en las pruebas, fue la falta de oportunidades de las que carezco en este mundo, pero fue bonita la anécdota por la que me enteré de que podía apuntarme a esta selección. El fin de semana de antes estuve de tentadero en la ganadería de Santa Emilia (Cáceres), y al finalizar, me comentó Alberto Díaz (novillero sin picadores), que había una selección para torear en el Batán y que me podía apuntar por internet. En el camino de vuelta a casa, mientras iba en el coche, envié toda la información necesaria y a los dos días me llamó el maestro José Luis Bote para decirme que me habían seleccionado y que tenía que estar en Talavera de la Reina el viernes para la primera selección. Una vez allí, estuvimos en la finca de D. Enrique Martínez Arranz tentando varias vacas, con mucho aire, pero con una bravura y una clase impresionante. Al finalizar, nos reunieron para decirnos que al día siguiente estuviésemos en el Batán para la siguiente selección. Fue ahí cuando sentí un “chute” de adrenalina porque no era consciente de que me había clasificado para la siguiente prueba.
[P] Una de las cosas que más llamó la atención al público asistente son las duras palabras que el maestro Martin Arranz dedicó a la casi totalidad de los aspirantes, con consejos y correcciones en la muleta. ¿Supone una presión añadida a la hora de ponerse delante de la vaca?
[R] Bueno, en mi caso e imagino que en el de la mayoría, existe presión hasta cuando vas al campo a torear, pero si es verdad, que los presentes, salíamos con la incógnita de si lo haríamos bien o no, por lo que nos pudiese decir el maestro D. Enrique. En mi caso, le agradezco públicamente todo lo que me dijo, porque espero poder aplicarlo y corregir mis errores de cara al futuro. Y a modo de reflexión, veo que es muy importante tener ese tipo de presión porque en el tendido, siempre habrá alguien que exija al torero, por lo que estaría encantado de tener a una persona como él, corrigiéndome y exigiéndome en todo momento.
[P] Todos los aficionados sabemos lo complicado que resulta para los jóvenes toreros hacer campo para su preparación y estas citas suponen una gran oportunidad. ¿Cómo es la situación actual del escalafón a la hora de llamar a las puertas de la casa de un ganadero?
[R] Muy difícil, pero puedo darme con un canto en los dientes porque hay muchos ganaderos que se están portando muy bien conmigo y cuando tienen algún tentadero, me llaman para ir de tapia o en algunas ocasiones me han echado alguna que otra becerra. Uno de ellos, es mi amigo Curro Leal, quien me ha llamado la mayor parte de las veces cuando ha realizado tentaderos.
Es verdad que por la zona donde vivo no suelo ir mucho al campo, pero he llegado a estar en la ganadería de Sepúlveda de Yeltes, (Salamanca), “La Tacita de Plata”, (Cuenca), Ana Pomar, (Jaén), Hornos, Granada, Cáceres… También, estuve en la ganadería de Juan Antonio Ruiz Espartaco y Morante de la Puebla, entre otras, a quiénes agradezco el trato que recibí por su parte.
[P] La personalidad dentro del ruedo es una cualidad diferenciadora para destacar, ¿cuál es ese concepto que te gustaría poder transmitir en las plazas que tengas la oportunidad de pisar?
[R] Me gusta el toreo clásico y añejo, pero es verdad, que me gusta enseñar primero al animal y después romperlo por debajo, que es como realmente se siente el toreo. Los muletazos templados y naturales de mano baja, arrastrando media muleta por el suelo me gustan mucho. Es verdad, que no todos los animales permiten eso, ya que a muchos hay que torearlos a media altura y sin apretarles porque sino se te caen al suelo.
Hay varios toreros que me gustan e inspiran mucho como son: el maestro Pepe Luís Vázquez, Curro Díaz, Javier Conde, Enrique Ponce o Julián López “El Juli”. No me gusta parecerme a ninguno, porque a día de hoy, te das cuenta realmente de que muchos toreros son copias y a mí me gusta ser distinto, teniendo mi propio concepto y personalidad.
Si tuviese que definir mi tipo de toreo y el que me gustaría poder transmitir en la plaza, diría que es estético, vertical y con los pies asentados en el suelo.
[P] Antes de despedirnos, cuéntanos qué esperas de la próxima temporada.
Lo que espero es tener mucha suerte, sólo pido eso. Hay varias cosas, pero nada cerrado, por lo que es como si no hubiese nada. Ojalá y Dios quiera que los empresarios confíen en mí y puedan darme una oportunidad, porque tanto los novilleros como los toreros se hacen toreando en las plazas y no sentados en sus casas.
[P] Muchas gracias por este tiempo y desde nuestro portal te deseamos toda la suerte de cara al futuro.
[R] Muchas gracias a vosotros nuevamente por darme un trocito de vuestro portal para poder expresarme. Espero que me podáis entrevistar de nuevo de aquí a un tiempo, señal de que esto sigue para adelante. Un fuerte abrazo.