22 de junio de 2023 | Adalberto García-Donas León
D. Luis Esquiliche Bustamante: De profesor perseguido a maestro en la posguerra española, su legado vive en Peñarroya-Pueblonuevo
De profesor de bachillerato en varios Institutos de Enseñanza Media de Huelva, a maestro en su escuela de la calle Albareda de Peñarroya-Pueblonuevo, tras la guerra civil española
Muchos de los que pasamos de los sesenta en Peñarroya-Pueblonuevo, hemos oído hablar de Luis Esquiliche Bustamante, y entre ellos, los varios cientos de alumnos que pasamos por su escuela situada en la calle Albareda.
Luis Esquiliche, nacido en 1911 fue un profesor de letras a lo largo de la II República, en varios Institutos de Enseñanza Media de Huelva. El 5 de octubre de 1934 fue detenido tras la Revolución de Octubre para ser investigado por ser afín a los partidos de izquierda de la época y cuando estalló la Guerra Civil, por miedo a las depuraciones que se estaban haciendo del profesorado en Huelva y ser represaliado simplemente por su profesión, huyó al monte con otros muchos maestros y profesores, en lugar de viajar en barco a Marruecos como hicieron muchos compañeros o viajar a zonas republicanas más seguras. El caso que él se decidió por refugiarse en los montes de Huelva y esperar allí tiempos mejores.
Según algunos datos que figuran en el libro “La represión del magisterio republicano en la provincia de Huelva” de Manuel Reyes Santana y José Juan de Paz Sánchez, editado en el 2009 por la Diputación Provincial de Huelva, cuentan que… “De gran dramatismo es la historia que se relata de Luis Esquiliche Bustamante (pp. 216-217), huido a la Sierra. Tres hermanos suyos fueron recluidos en la prisión provincial como medida de presión para que Luis se presentara en Huelva. Como esta vuelta no llegó a producirse (entre otras razones, porque la comunicación con su familia nunca fue posible), sus tres hermanos fueron entregados por el director de la prisión al jefe de la Falange de Huelva el 2 de septiembre de 1936 y asesinados ese mismo día”.
En este documento se habla de que sus tres hermanos fueron fusilados, pero en la relación alfabética por pueblos de las más de 5.000 personas fusiladas en la provincia de Huelva por el bando llamado nacional, tan solo he podido confirmar el fusilamiento de dos de los tres mencionados, Manuel y Rafael Esquiliche Bustamante, fusilados el 2 de septiembre de 1936.
Tras esta pequeña reseña de lo que tuvo que pasar durante la Guerra Civil, no tenemos apenas datos de esos días de pos guerra, tan sólo aparece en documentos de la época, que el 19 de mayo de 1937 fue nombrado Sub-inspector General de las Milicias de la Cultura, que el 14 de diciembre de 1937, lo nombraron Comisario Delegado de Batallón del Ejército de Tierra y que el 12 de julio de 1937 estuvo en la Prisión Celular de Valencia por insultos a los agente de la autoridad, siendo esto confirmado por un visado de libertad que se le dio el 14 de enero de 1941.
De cómo llegó a Peñarroya-Pueblonuevo, tan sólo podemos intuir que al amparo de familiares suyos domiciliados en la localidad, donde vivió hasta su fallecimiento. Tras su muerte en 1977, fue enterrado en el Cementerio San Jorge de Pueblonuevo junto a su madre Pilar Bustamante Zapata, fallecida en 1946.
Tan solo se ha podido saber por antiguos alumnos, que antes de que se inaugurara en 1964 el primer Instituto de Enseñanza Media en Peñarroya-Pueblonuevo, los exámenes para acceder al Bachillerato y posteriores para pasar de curso en el Bachiller Elemental y luego tras el examen de Reválida, en el Superior u la correspondiente Reválida para acceder a la Universidad, sus alumnos debían hacerlos en el Instituto Góngora de Córdoba o en el Instituto de Puertollano, donde al parecer prefería desplazarse con ellos en el Automotor de FEVE, por ser, según me comenta un antiguo alumno, bastante más difícil aprobar en Córdoba que en Puertollano, debido a dos profesoras que había en el Góngora de lo más exigentes en dichos exámenes.
El paso del tiempo y la brutal emigración existente ha mediados del siglo pasado por el cierre de la S.M.M.P. hace que no quede ningún familiar en el pueblo que atienda el nicho de ambos, lo que da paso al abandono y a un deterioro constante.
Por esta razón y ante dicho abandono del nicho de una persona de la talla humana e intelectual como fue D. Luis Esquiliche Bustamante, con sus virtudes y defectos como todo el mundo, hace unos meses, un grupo de antiguos alumnos cansados de verlo cada vez peor y que en su lápida tan solo figuraran sus iniciales y las de su madre (ver foto), deciden financiar entre todos una nueva lápida con los datos completos recabados en los archivos municipales (ver foto).
Descanse en paz D. Luis Esquiliche Bustamante, gran maestro y mejor persona.