El pasado jueves falleció en Sevilla la doctora María Luisa Rivera Sánchez, psiquiatra jubilada del Hospital Virgen Macarena de Sevilla y pionera en el tratamiento de la anorexia nerviosa y trastornos de la alimentación. Estudió Medicina en la Universidad de Sevilla y fue profesora de Yale durante tres años. A principios de los setenta inició la primera investigación en España sobre anorexia. Posteriormente fue profesora de Fisiología en Sevilla y estudió Psiquiatría, compaginando las clases con la atención a los pacientes en el hospital sevillano.

Nació en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba), entonces punto de atracción de las empresas extranjeras de minería, y se educó en el colegio francés, lo que le despertó un especial interés hacia ese idioma y cultura. Abandonó la casa de sus padres con 17 años para estudiar en Córdoba el PREU y trasladarse al curso siguiente a Sevilla para cursar la carrera de Medicina, tras decidir que dedicaría su vida a ayudar a los demás. En clase solo eran cinco mujeres y el resto varones, pero eso no la frenó para sacar la carrera adelante e incluso hacer los últimos tres cursos en dos años. En la facultad conoció al que sería su marido, Diego Mir, que hizo el postgrado a la Universidad de Yale (Estados Unidos) manteniendo su noviazgo por carta durante dos años, tras los cuales se casaron y se instalaron en el Estado de Connecticut.

Fue investigadora de Fisiología en el grupo de profesor Rodríguez Delgado, conocido investigador de la época. Aprendió inglés en clases intensivas pocos meses antes de la boda y tanto ella como su marido participaron en numerosas actividades académicas y culturales de Nueva York y otras capitales norteamericanas.

Pasados tres años decidieron volver a España porque querían que el fruto de su investigación fuera para España haciéndose cargo Diego Mir de la cátedra de Filología de la Facultad de Medicina. María Luisa Rivera reanudó su vida laboral en Sevilla como profesora de la Facultad de Medicina, que compaginaría posteriormente con el ejercicio de la Psiquiatría en el Virgen Macarena. Nunca quiso abrir una consulta privada porque consideraba que la salud, tanto la física como la mental, debía ser accesible a todos.

Como profesora titular de Psiquiatría fue pionera durante los años 80 en la investigación de la anorexia nerviosa en Sevilla y el resto de España, tratándola con éxito antes de que fuera una enfermedad más conocida. Se especializó en trastornos alimentarios, anorexia y bulimia y pacientes de muchos lugares de España vinieron a Sevilla para ponerse en sus manos.

Cambió la vida de muchas personas para siempre y les dio una segunda oportunidad. Tuvo tres hijos, uno de ellos el neurólogo Pablo Mir Rivera, que ejerce su especialidad en el Virgen del Rocío. Fue una gran doctora, esposa y madre, reconocida y querida en el mundo de la psiquiatría y de la universidad; y participó en infinidad de publicaciones científicas relacionadas con el campo de su investigación. El director gerente del Hospital Virgen Macarena, Miguel Ángel Colmenero, recordó ayer su figura y destacó su labor en el departamento de Psiquiatría junto a José Giner. «Se dedicó principalmente a los trastornos alimentarios siendo muy reconocida en su campo. Tanto la universidad como el Hospital Virgen Macarena han perdido una excelente compañera y profesional», dijo Colmenero en su recuerdo.

Se oficiará una misa en su memoria el próximo 28 de mayo a las 19 horas en la parroquia del Corpus Christi de Sevilla. Fuente ABC