El viernes 19 de febrero, los alumnos y alumnas de tercer ciclo del CEIP Bilingüe San José de Calasanz, teníamos una cita con el pasado industrial de nuestro pueblo.
Todos conocíamos algo del “Cerco y del Almacén Central”, habíamos escuchado o leído historias sobre ello, que nos habían contado nuestros abuelos, padres y familiares, pero no llegábamos a imaginar la actividad económica e industrial que el lugar llegó a concentrar ¡¡hace casi un siglo ya!!
Llegadas las 10:15' de la mañana, emprendimos camino al encuentro de Rubén, miembro de la Asociación Cultural “La Maquinilla”, quien nos estuvo contando todo aquello que desconocíamos de este maravilloso lugar y del incalculable valor del patrimonio minero-industrial, único al norte de la provincia de Córdoba, y en gran parte del sur del país, gracias al descubrimiento de un mineral, el “Carbón”.
El carbón, allá por el siglo XIX, era el combustible más utilizado para poner en marcha el entramado industrial que surgió con la Revolución Industrial en Europa, en 1789, de ahí la importancia y trascendencia que tuvo su descubrimiento en nuestra comarca a mediados del siglo XIX. Esto trajo inversión, trabajo y prosperidad a una zona eminentemente agrícola y ganadera.
Nos llamó mucho la atención la construcción del Almacén Central, su estructura metálica, resistente y además proyectada en el estudio arquitectónico de Gustav Eiffel; el ordenamiento de su espacio, por un instante nos trasladamos a la época y nos hicimos maquinistas del medio de transporte más preciado de la época, el tren, nada parecido a los actuales.
Después pasamos a visitar el Cerco, algo más desolador, porque el tiempo ha hecho estragos en él y está en peores condiciones de conservación, en cambio, esto nos hizo reflexionar sobre la necesidad de cuidar este patrimonio, dónde nuestros antepasados tuvieron una vida intensa e interesante. Nos llamó la atención su extensión y el ordenamiento de las distintas naves, sobre todo la Fundición de Plomo, en las que en su tiempo, hubo una frenética actividad minero-industrial y de abastecimiento, pues alrededor de ella también había fábricas de Plata, Harina, de Papel, de Yute, etc… además de un ferrocarril que permitía el transporte de toda la producción y los materiales necesarios para las fábricas.
Todo esto repercutió en la sociedad del lugar, que era rica y adinerada además de culta, muestra de ello son los edificios importantes y el Barrio Francés, donde predomina una arquitectura típica y exclusiva de la cultura francesa, impronta que dejaron los inversores de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya-Pueblonuevo que dieron esplendor a nuestro pueblo.
Por ello esperamos que nuestros alumnos y alumnas valoren y cuiden, respetuosamente este patrimonio único de nuestro pueblo.