Un nuevo golpe para la figura de los guardas de coto encargados de vigilar el campo de las agresiones. Uno de los dos guardas de coto de caza de la Sociedad de Cazadores de Belmez (Córdoba) sufrió el pasado 18 de diciembre una brutal agresión que le ha producido importantes lesiones al tratar de evitar la intrusión de dos individuos en los acotados de los que es titular esta sociedad.
Los hechos se produjeron cuando, tras ser avisado de una posible incidencia en sus acotados, el presidente del colectivo federado de Belmez estableció comunicación con el guarda de coto de caza quien acudió a la zona hallando cortado un cercado anexo a una cancela que prohíbe el acceso a dicha zona. En el mismo lugar, el guarda encontró a dos individuos a quienes invitó a abandonar el lugar al ser de acceso restringido. Ambos individuos se abalanzaron sobre el vigilante tapándole la cara con una prenda de ropa y golpeándole en la cara repetidas veces.
Fruto de las lesiones producidas por la brutal paliza, y que le generaron graves derrames cerca de los ojos que le han originado una baja laboral de diez días, el agredido tuvo que acudir al Hospital de Peñarroya donde recibió tratamiento así como un parte de lesiones con el que se formuló una denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil de Peñarroya identificando perfectamente a los dos agresores como ciudadanos de la propia localidad de Belmez.
En este sentido, los Servicios Jurídicos de la Federación Andaluza de Caza están ya a la espera de que se ponga en marcha el proceso judicial contra los agresores. “Pese a que son los propios técnicos de la Consejería de Medio Ambiente los que han cortado y vallado algunas pistas forestales de los montes públicos de los que somos titulares, es la sociedad y especialmente sus guardas quien debe luchar contra las continuas intromisiones” señala José Moreno, presidente del colectivo cinegético de Belmez, quien apunta que ya han sufrido numerosas roturas de cadenas y cercados sin que sus vigilantes puedan hacer nada por evitarlos.
De esta manera vuelve a evidenciarse la situación de indefensión que sufre el colectivo de guardas de coto al carecer de autoridad real y efectiva que les permita denunciar este tipo de actos. Así lo ha denunciado en numerosas ocasiones la FAC al solicitar mayor respaldo por parte de la Administración para una figura creada por la Consejería de Medio Ambiente y a la que no se concede autoridad real, obviando o no dando curso a las denuncias formuladas en el campo. No en vano, el pasado mes de diciembre el organismo federativo elevó una propuesta a la propia Consejería de Medio Ambiente para dotar de mayor autoridad y peso específico a los guardas en el ejercicio de sus tareas y no descartó llevar a cabo iniciativas más drásticas si ésta no es aceptada.

Fuente: F. A. C.