31 de octubre de 2016 | Daniel Solano Sújar
Su objetivo ganar siempre
Siempre me han gustado esa clase de deportista que llevan en sus genes la palabra ganar, eso es un acicate para todos aquellos que saben sacrificarse en beneficio de su equipo por encima de su éxito personal, y la verdad ellos si son los verdaderos triunfadores, el saberse citado, el estar esa noche pendiente de descansar para estar en forma para esa cita del día siguiente, el llegar a la hora a ese vestuario, con el pensamiento puesto en los próximos minutos, para dejar patente el sentimiento a unos colores y en esa hora del pitido de inicio, estar ahí trabajando y trabajando para que esa victoria nunca salga de ese estadio nuestro, donde los domingos fuera y en casa, el trabajo se quede reflejado en el marcador, como he dicho al principio, esos jugadores siempre estarán en el recuerdo de todos nosotros, en años anteriores y en esos equipos del Recreativo Belmezano, los mayores me comentaron muchas veces, que el jugador de esa época que se quedó para siempre, en las retinas de los que tuvimos esa gran suerte de verlo jugar en directo, era el mítico SIERRA, un ganador insaciable, un jugador que semejaba el alma en ese duro terreno después de una jornada de trabajo en esa mina de nuestro entorno, durante mucho tiempos siempre había jugadores que se notaba su presencia en ese once, jugadores entregados, comprometidos, bueno jugadores de una talla especial, como he dicho ,BELMEZ, y su Recreativo Belmezano, tuvo esa gran suerte de tenerlos y la verdad siempre gratuitamente, se dejaron el alma en ese estadio nuestro.
Hoy quiero dedicarle unas palabras llena de cariño y agradecimiento por el fútbol que nos regaló durante los años que se puso esa zamarra blanca y azul de ese equipo que tanto queremos todos los amantes del fútbol belmezano, MANUEL MORENO, el ALEMÁN, como siempre cariñosamente le hemos llamado y lo seguimos haciendo, un fútbol, entrega total, unas cualidades integras, las dos piernas las utilizaba de una forma genial, en ese centro del campo empujaba y empujaba, y con esa calidad de su fútbol, era parte fundamental de ese sistema de un gran equipo en aquellas temporadas, Manolo, el Alemán, era un jugador de un carisma tremendo, ganador siempre, desde el minuto uno, sus virtudes como ya he dicho, son todo un ejemplo de lucha y entrega por unos colores, y una cualidad muy importante, compañero siempre, dentro y fuera del terreno.
Cuando volvía por mi pueblo, y tenía la suerte de que el Recre jugaba en casa, bajaba al Juan Cortés y entonces disfrutaba con el juego de este gran equipo, y la verdad, en mis conversaciones con amigos, siempre decía, que el trabajo que desarrollaba en ese centro del campo, era todo un ejemplo de entrega, por parte de MANOLO EL ALEMÁN, tuve la suerte de verlo en directo, jugando a su lado y joder que pedazo de jugador y que forma de saber dosificarse en ese terreno de juego, y con lo joven que era, MANOLO, siempre tuvo muy claro que en todo deporte practicado la palabra, trabajo y entrega era una asignatura que siempre aprobaba ,acompañada de esa gran calidad, más que demostrada en esos minutos de juego.
Quiero terminar diciendo, que él como otros muchachos nos dejaron unos bellos recuerdos de ese fútbol practicado y que nos enseñaron a muchos cómo hay que defender unos colores, colores que nacen del sentimiento de un pueblo, y me despido como siempre, gracias Alemán, por todo lo que nos diste.