La vida te da a conocer una amplia gama de personas, que comparten tu vida, personas que a través de las relaciones de convivencia en esos años, valoras mucho su comportamiento hacia los demás, su forma de tratar con esa delicadeza y esa normalidad y se hacen acreedores de que se le tenga el respeto y el cariño que se merecen, personas que dignifican su puesto de trabajo y que en esa larga etapa laboral deja esa huella que hace que lo valoremos como realmente se merece, dicen y se dice, que nadie es insustituible, siempre habrá alguien que en cualquier momento, otra persona pueda incluso mejorar ese trabajo, pero lo que si es cierto, que hay ciertas personas que en su lugar de trabajo, por esa disponibilidad y esa calidad humana se hacen referentes importantes en situaciones complejas, y duras, hoy con todo mi cariño sólo quiero de nuevo resaltar la labor de una persona, que en su lugar de trabajo a lo largo de los muchos años, como operario de Excmo. Ayuntamiento de Belmez, en el departamento de DECESOS, Cementerio municipal, ha estado al lado de todos sus paisanos en esas duras tareas, en esos entierros, óbitos, de amigos, familiares y paisanos, siempre con el mismo carácter en ese triste momento, recibiendo a los familiares y haciendo su trabajo de una manera ejemplar, sé porque lo conozco que muchas lágrimas iban para dentro, momentos duros vividos en su larga historia de trabajo en ese recinto, y él aguantaba ahí arriba colocando todos los enseres de su trabajo, intentando que ese momento amargo de la despedida fuera lo más corto posible, para los familiares.
EMILIO RUIZ MÁRQUEZ, una persona entregada a su trabajo de una forma especial, siempre dispuesto a las familias que pasaban a velar a su queridos familiares ya fallecidos y cuando necesitaban algo, allí estaba él con su escalera, para ayudar a esas familias en la colocación de las flores en ese primero de Noviembre y fechas alternas que mucha personas acudían al recinto mencionado para depositar esas flores para sus seres queridos.
Sinceramente pienso que Emilio con ese gran corazón, siempre estuvo ahí pendiente de todo belmezano que le pidiera ayuda, su trabajo en ese espacio ha sido infinito, su profesionalidad abrumadora y su servicio impagable, porque su corazón siempre le pudo en esos duros momentos de poder con su trabajo esa triste despedida, desde su andamio empujando con todo el dolor de su alma, antes de cerrar ese espacio de descanso de la persona fallecida.
Desde aquí le quiero agradecer con comportamiento que tuvo en esos óbitos de mi querido padre y madre, su sensibilidad y su cariño hacia ellos en ese momento, nunca lo olvidaré.
Emilio Ruiz, se nos ha jubilado, su merecido descanso es más que necesario, toda su vida entregado de una forma magistral en esa labor que día a día supo como he dicho al principio de este escrito DIGNIFICAR, ante esa calidad de persona sólo puedo decir que me siento muy orgulloso de él y que ahora en esta nueva vida, disfrute junto a su hijo, nieta, nuera, mujer y demás familia lo que él se merece.
Siempre voy a estar al lado de esa calidad de personas de nuestros pueblos que a través de sus trabajos se hacen muy cercanas con nosotros, personas que en el día a día hacen posible que su labor diaria sea reconocible, y que su labor quede para siempre en el recuerdo de todos nosotros, amigo Emilio sólo tengo palabras de agradecimiento por tu comportamiento con todos tus paisanos en tu horario laboral, tu siempre disponibilidad y tu buen carácter a pesar de la timidez que siempre dejas constancia, por dentro eres esa persona que abres los brazos en esos duros momentos que ha vivido a lo largo de tu dilatada vida laboral.
Gracias Emilio en mi nombre y en el de La Gran Familia Belmezana de Residentes en Madrid, cuando por ley de vida, vivieron contigo esos momentos citados y a los que tu siempre le mostraste ese cariño muy especial esos tristes días de fallecimientos.
Que tu nueva vida de jubilado sea lo más feliz del mundo, tu amigo, te lo mereces.