28 de noviembre de 2022 | Pepe Bernal
¿Dos afirmaciones niegan?
La doble negación, en otros idiomas doble negativo, es una ley más lingüística que ética que todos conocemos y asumimos. ¿Pero? ¿Al igual que en la ley matemática del mas y el menos, dos afirmaciones negarían?... Parece ser que sí, pongamos por ejemplo ese… ¡Si, sí…!!! Que utilizamos en tono burlón cuando queremos decir “No”.
Hay que tener mucho cuidado con el lenguaje, tanto como con las nuevas leyes, no sea que por una coma condenemos a un inocente o liberemos a un culpable, suavizar las expresiones muy fuertes, de modo similar al eufemismo y la ironía es la corrección política (lo políticamente correcto).
Aquí se inicia y resume mi análisis de lo que ha venido a ocurrir con la maldita nueva ley de “Solo sí es sí”. Pienso que este entuerto no se endereza cambiándole el nombre, si considero a este, cuanto menos desafortunado; pero claro nos remontamos atrás a la distinción entre “portavoces y portavozas” ya sabemos por dónde vienen los tiros.
Miguel Lorente, de la Universidad de Granada que fue Delegado del Gobierno para la violencia de género, advierte que nos encontramos ante una “paradoja” que actúa contra la conciencia social, la de intentar proteger a la víctima con penas menores a sus agresores, estoy de acuerdo con él.
En otro orden de cosas, quiero recordar que todo en esta vida es cíclico, estoy seguro, y las leyes también, unas vienen a sustituir a otras por circunstancias del tiempo y de la vida y según los legisladores unas veces para mejor y otros para peor. Tampoco es que los jueces estén para interpretar las leyes (como ha dicho alguien por ahí) si no para aplicarlas. Y para jueces machistas tenemos los países islámicos como Irán, pobre Mahasa Amín a la que mataron por llevar mal puesto el velo, no hay que culpar a la policía del todo, si no a las leyes morales de aquel país.
Volviendo a lo cíclico, yo, que estuve en el mundillo estudiantil (así como en el ético y moral) me acuerdo perfectamente de las primeras feministas de los años 60 y 70, en Europa y Estados Unidos, eso sí que era lucha, estudié a fondo a Gloria Steinem, pionera y teórica de este colectivo, con su maniqueísmo que le llevó a no tener hijos y aquella relevancia social como si el mismísimo Agustín de Hipona hubiese sido su director espiritual. Bueno pues a pesar de tanta realidad la suya, le salió una detractora… la descontrolada Esther Vilar con sus teorias del “varón domado” a la que siguió como si la esperaran, gran parte de la sociedad de la época.
Y es que todo es cíclico y más por menos o menos por más siempre terminara siendo negativo, cuidado con los términos, que las matemáticas acechan y ahora que parecía estar todo conseguido y la igualdad se movía por número y no por género, están ahí al acecho los partidos de ultraderecha para los que el feminismo es un “Chiringuito”. Y están pendientes, muy pendientes… como “directores espirituales”, de esos síes y esos noes que son los votos que “cíclicamente” recogen a su favor, de los indecisos, de los disconformes, de los desengañados.