30 de junio de 2021 | Pepe Bernal
La peste
“Los madrileños merecemos saberlo”. Y los que estamos apestados (para ella) también
Ante la inminente caída de la incómoda mascarilla, o quizá mejor, ante la reticente negativa, por miedo o por inseguridad, de mucha gente a prescindir de esta pequeña seguridad, de esta asepsia de andar por casa; me reafirmo en mi teoría de que el ser humano es negacionista en pequeña o gran medida… Un poco la teoría de la inseguridad de Santo Tomás, mas humana que divina, pienso.
Algo me retrotrae a la memoria de aquella magnífica obra universal, me refiero a “La Peste” de Albert Camús. Cuando la leí por primera vez me impactó y me ha servido de referente en muchas opiniones y reflexiones sobre la conducta humana con respecto a la sociedad, la religión y sobre todo la filosofía vulgar, si, esa sencilla de andar por casa que todos manejamos como sabiduría popular.
De un tiempo a esta parte – y esta maldita pandemia ha dado para todo- el ultraliberalismo se alza en adalid del bien común y critica todo concepto de izquierda como algo demoníaco y maldito.
De tal modo, todo lo que hace el gobierno y principalmente Pedro Sánchez viene a ser algo terrible y abominable.
Y así los que al principio deploraban el uso de la mascarilla ahora dirán que es una locura quitársela tan pronto… no hay nada más que ver las críticas al gobierno que hay que oír.
Todo lo absurdo me apabulla, no quiero resultar partidista, pero vuelvo a Camus que dijo: “Uno no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia, si no al servicio de quienes la padecen”.
En la actualidad, parece que este absurdo supera la realidad, como muestra, este botón.
Ayuso inicia su segundo mandato asediada por las exigencias de Vox, la defensora de las libertades frente al “gobierno opresor” deberá ceder muchas de estas frente al ultraliberalismo.
Mónica García, de Más Madrid claramente: “A esta hora usted todavía no nos ha dicho qué le ha ofrecido a Vox”, dice la nueva jefa de la oposición, sentada frente a Díaz Ayuso. “¿El cierre de Telemadrid? ¿La apología del racismo en los colegios como ha hecho la señora Monasterio? ¿Cuál es el precio a pagar?”, se pregunta. “Los madrileños merecemos saberlo”.
Y los que estamos apestados (para ella) también.