12 de diciembre de 2020 | Pepe Bernal
Ortega y Gasset
… Si mi tocayo, Don José levantara la cabeza
Aunque vengo dando mi humilde referencia de numerosos filósofos no quiero dejar en el tintero a nuestro querido y nunca bien ponderado filósofo patrio Ortega y Gasset, u Ortega como gustábamos llamarlo en mis tiempos de Universidad. Tiempos duros los suyos, pero la dificultad agudiza el ingenio aún más.
Para Ortega, la grave crisis europea tiene raíces filosóficas y sólo se podrá resolver con la superación del idealismo.
Me deja perplejo su afirmación:
“El hombre contemporáneo está desorientado, porque la vida se ha facilitado y está más cómodo pero también se ha tornado más compleja”.
El crecimiento enorme que ha experimentado la vida tiene un lado oscuro, que es la desmoralización de la humanidad.
Ortega escribe desde la circunstancia española, país que permaneció al margen del pensamiento europeo durante la época moderna.
Su filosofía concibió el raciovitalismo, como una tercera etapa de la historia de la filosofía, que continúa a las dos que la antecedieron (el realismo y el idealismo).
España invertebrada y La rebelión de las masas. Son dos obras más liberales que democráticas. Ortega desconfía de la democracia que no tenga un contrapeso en las fuerzas liberales. La vieja política no ha sido sustituida por la nueva; por eso Ortega pierde la confianza en la monarquía y piensa que el partido liberal está domesticado por los poderes fácticos. Dice que ha llegado la hora de la izquierda, funda la Agrupación al Servicio de la República, pero más tarde criticará también a la República.
En filosofía no hay nada que no esté vigente.
… Si mi tocayo, Don José levantara la cabeza.