10 de abril de 2019 | José Bernal Roldán
Más exhumaciones
Habría que pensar en exhumar a la literatura del Valle de los Caídos, pienso que la literatura de derechas –en España- murió y fue sepultada con Dionisio Ridruejo.
Parece ser la izquierda la única que está en la mente de las grandes plumas, porque la libertad es uno de los grandes temas que interesan a la humanidad, de Ulpiano a Engels pasando por el aun hoy vigente Albert Camus, parece que el objetivo común de políticos y literatos es hacernos libres o hacernos creer que lo somos –no en vano, la libertad ha sido representada simbólicamente como un genio- .
Tal vez el genio de la lámpara que ilustrase aquel cuento de las mil y una noches o aquel otro que nos llevaría a desembarazarnos de las garras del comunismo.
No sé, cualquier literato de este siglo ha escrito de política porque es la única forma de poner palabras a la mudez, a la sordera y a lo que es peor, al desencanto de esta vida en la que unos trabajan de trueno y es para otros la llovida.
La mudez es a veces de nacimiento, debida a algún defecto en el desarrollo de la criatura, y en otras ocasiones sobreviene de improviso ante lo imprevisible o lo irremediable.
Puede que la necesidad haga trasladar a buen puerto, los restos mortales si no de la literatura si de la oratoria política –que sería una hermana adulterina- muerta hace tiempo y embalsamada.
Le he escuchado decir a Sánchez: “Este periodo de gobierno ha servido al menos para mostrar de nuevo una forma de gobernar de izquierdas”.
Que con la concepción del mundo de dioses, amos y banderas del reaccionarismo patriótico, lo mismo las personas se han olvidado de su libertad y sus derechos mientras les inflaban a obligaciones y a impuestos.