30 de abril de 2021 | Joaquín Rayego Gutiérrez
Ofrenda primaveral
- "Tengo dentro de un herbario/ una tarde disecada,/ lila, violeta y dorada./ Caprichos de solitario."
Hacia el solsticio de verano la naturaleza nos ofrece a manos llenas su ofrenda de flores, de llamativos colores y rítmicas armonías, " de olitas temblorosas, que fluyen y se alcanzan", como bien supo expresar el poeta en un breve, íntimo, y descriptivo pasaje:
- "La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril".
En algunos aspectos puntuales la humanidad dio un gran paso de gigante a la busca de nuevos soles, y de rutilantes dioses en quienes confiar, y a quienes fiar su futuro; en otros, en cambio, el mundo en el que vivimos le sigue pareciendo al que mira una sucursal de aquellos grandes imperios que establecieron las bases de nuestra lengua, y de nuestra cultura.
¿Pues qué otra cosa son la Semana Santa, las romerías, las ferias, las procesiones, las flores a María, las cruces de mayo, los bailes,
canciones, y demás celebraciones primaverales..., sino variadas muestras de culto a los dioses, a los Genios - el espíritu del linaje, y de la familia- , a los Lares, los Manes, los Penates; a las fuerzas de la naturaleza y del submundo; y a otras tantas misteriosas, y ocultas energías?
Los combates en la arena del Circus Máximus, con heridas virtuales incluidas, los protagonizan actualmente los políticos, esclavos del poder, y prisioneros de sus gulags, entre desaforado griterío, y proclamas de "¡Leña al mono, que es de goma!"
Los creativos, y colaboradores - los ludiones, e histriones de antaño-, se afanan en convencer al personal a fuerza de consignas, y de eslóganes baldíos, tales como aquél de "pan y circo", o esos otros más modernos de la "Memoria Histórica Selectiva"; la educación en el polisexo, y sus halagos; el repetido mantra de "comunismo sí, fascismo no"; las bondades de Herodes; los inconvenientes de la autoridad paterna; el desprestigio de la familia; la urgencia vital de un cordón sanitario que proteja al ciudadano de las garras del rabudo, etc...
La alta burguesía catalana y vasca, mitad soldado, mitad monje, por su parte sería la representación literal de aquellos cristianos viejos, impulsores del martirio, y defensores forales de un único credo: " La pela es la pela"; pero incapaces de diálogar, o de reconocer las creencias de los romanos: de dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Al otro lado del televisor, los espectadores esperan que acaben las procesiones de flagelantes, tras un duro año de encierro, y que las aguas amainen, para darse un buen festín de familiares, y amigos...
Que qué otra cosa se podria esperar, que no sea que la pandemia del paro y el hambre, y la gran nube de langostas, inquisidores, y " bichos", no maltrate a nadie más, y menos aún a sus seres queridos; y que el buen tiempo les regale con alguna etérea alegría, tal como la inmediata reducción del número de figurantes, y sangradores de las arcas del Estado.
Olores florales, dinero y trabajo, amor y armonía, colores primaverales, la " Paz de Dios", y salud...
Es todo lo que el pueblo pide; y no regalos de un día, ni bombas fétidas, ni balas de fogueo, ni pistolas, ni mafiosos del juego sucio, ni profesionales del engaño, el escaqueo, y la mentira...
- "El casca- nueces vacías,
Colón de cien vanidades,
vive de supercherías
que vende como verdades".