20 de octubre de 2015 | Joaquín Rayego Gutiérrez
De loritos parlanchines y otras “rara avis”
─"PARA MÍ EL MEJOR ORADOR ES AQUEL QUE DESDE LA PRIMERA FRASE SACA DE SUS BOLSILLOS UN PAR DE PISTOLAS Y DISPARA SOBRE EL PÚBLICO" (LUIS BUÑUEL)
Dentro de pocos días sonará el pistoletazo de salida hacia La Moncloa y ya se oye en los camerinos, y en la trasera de los platós, un ruido metálico de sables y navajas de Albacete, que preludian una lucha sin cuartel, en la que la única baja consentida es la del sufrido espectador.
Casi medio millón de políticos llenarán nuevamente plazas ycalles, buscando con su papanatismo religioso, un público alque aburrir.
Casi medio millón de vividores, de apasionados del BOE, de cronistas deportivos,teatreros, charlatanesy malísimos oradores saldrán ─con sus libritos de auto─ ayuda bajo el brazo, y la convicción de seguir viviendo del cuento ─, en busca del inocente que les permita asegurarse una exitosa jubilación.
Casi medio millón de ineptos correrá detrás de un voto hasta la extenuación;buscavidas del tesoro de esa tierra prometida donde no es necesario dar un palo al agua, donde el poder embriaga a los hidrópicos, donde fluye un copioso raudal de leche y miel, donde las secretarias de confianzas on una reminiscencia de las huríes,donde los planetas giran alrededor de la caca de vaca de un sillón, y donde la transparente limpieza es una burda mentira.
Un sillón, en resumen, para los imputados de malversación de fondos, de prevaricación y de tráfico de influencias; para loscruzados del “a mí no me echan de aquí ni con agua caliente”.
Un voto de confianza, y una cátedra sin fianza,para los corruptos de Matesa, de Filesa, de Sofico Renta, de los GÜRTEL, de los ERES, de Nóos…; mientras nuestros jueces estudian detenidamente si ha de entrar en prisión,o no, un padre de familia que robó una bicicleta.
………..
En un artículo publicado en “El País”, con fecha de 17 de junio de 2011, el PSOE aceptaba eliminar las Diputaciones por no resultar operativas y por aumentar el gasto público, restándolo a la Sanidad.
Todos aplaudimos la decisión, por entender que las Diputaciones eran organismos parásitos que requerían de una saneada ventilación.
Del PSOE fue también la buena idea de suprimir el Senado.
Y todos volvimos a aplaudir, porque ya se dijo de él que era una extensión de esos otros caladeros que recogen la morralla de lo que en tiempos fuera un vivero de delfines.
Y después de esta charanga para mojigatos va uno y lee en los periódicos que Pedro Sánchez, secretario general del PSOE “se ha dado este domingo un baño de masas en pleno ecuador de la carrera electoral, ante 25.000 personas, según el partido, que han acudido a la 26ª Festa de la Rosa que se celebra anualmente en Gavà (Barcelona) en la que el líder de los socialistas españoles se ha comprometido a trasladar el Senado a Barcelona”.
¿En Barcelona dicen que ocurrió el milagro del “festín” de los panes y de los peces? ¿Pero no llegaron a la política para limpiar el chapapote?
¿Pero cómo puede un taimado y cínico“extractivo” pedir que le vote la gente honrada que pagareligiosamente el IVA, el IBI, el ERE, la luz, las drogas,las francachelas en los puticlubs, los viajes de placer de Sus Señorías, y los miles de millones que se tragan los ínclitos amiguetes?
¡Váyase usted con toda su jauría, señor Sánchez, antes de que se cobre la presea de nuestra bien ganada jubilación!
─ “¡Rosario, échale un cubo de mierda a esta gente!”, que diría mi paisano D. Baltasar, volteando las razones de la indignación ante la ley del silencio de los del aquí “el que se mueve no sale en la foto”.
En un didáctico cuentecillo don Francisco Rodríguez Marín hace referencia a un suceso ─ parecidísimo al que los loritos charlatanes protagonizan a diario─ que tiene como protagonistas a un brillante orador y a uno de los locos más famosos de la Osuna del XVIII, y que viene como anillo al dedo en la situación de ignominia en que vive nuestro país:
“Cierto año de aquellos (incierto estaría mejor dicho, porque ignoro cuál fue) tocó predicar el consabido sermón a un concienzudo y docto fraile que en las conclusiones de teología moral que solían celebrarse en los conventos había ergotizado tanto y con tal tino y tan buenos pulmones, que con razón se le tenía por el non plus ultra En esto, ya próximo a terminar el sermón, el loco, que le había estado escuchando con recogimiento, codeó entre las gentes abriéndose paso y logró llegar al pilar; subió por la escalerilla, gateó por la columna que sirve de pedestal a una cruz de hierro, y con tales actos llamó la atención de los concurrentes, hasta el punto de atraer sobre sí todas las miradas. El fraile vio esto con disgusto, y al percatarse de que nadie le escuchaba, por más que le oyesen, interrumpió el sermón y dijo:
¡No hagáis caso de ese inocente; oíd la palabra de Dios, que brota de mis labios!
Pero ya el loco había logrado encaramarse a lo más alto de la columna y asirse de uno de los pescantes de los farolillos que rodean la cruz, y todo el auditorio dejó al fraile y acudió junto al demente, ¡Poder irresistible que ejerce lo imprevisto sobre las muchedumbres! Y calló, al cabo, el predicador, mientras exclamaba el loco, accionando grotescamente:
¡Vuestras mercedes no hagan caso de ese fraile, que no sabe lo que se fraila! Venid a mí: ¡yo sí que predico la verdadera religión de Jesucristo; yo sí que deseo la eterna salvación de las almas de los que me escuchan! Ese padre os está diciendo: “Restituir, restituir; sólo así puede ganarse la Gloria.” Y yo os digo: ¡No robar! ¡No robar, y os ahorraréis de restituir!