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5 de marzo de 2015 | Joaquín Rayego Gutiérrez

“La Mula”. Entrevista a Juan Eslava Galán

GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y UNAS HISTORIAS OCURRIDAS EN EL FRENTE DE PEÑARROYA PUEBLONUEVO

Juan Eslava Galán
El jiennense Juan Eslava (Arjona, 1948) acababa de cumplir años, hace tan solo unos días, y la vida le regaló con el Premio Primavera de Novela, por la última de sus obras, la que lleva por título: Misterioso asesinato en casa de Cervantes.
Aún luce en los escaparates de las acreditadas librerías la que publicó el pasado año: La Primera Guerra Mundial contada para escépticos.
Pero de tan variada temática y de tan extensa producción la que más me interesó leer fue La mula, obra hilvanada con las experiencias vividas por el padre del escritor, que tiene como fondo la Guerra Civil Española y unas historias ocurridas en el frente de Peñarroya─ Pueblonuevo.
Leyendo La Mula un natural de mi pueblo es lógico que se sienta actor, no sólo por los referentes históricos ─geográficos que en ella se vierten; también por los amores de Juan Castro y Concha Rama Anula; por los modos tan primarios de los personajes que, lejos de toda complicación psicológica, se nos muestran en toda su naturalidad, con piojos en la cabeza y rastros de suciedad en la ropa y en el cuerpo; y un lenguaje popular capaz de difuminar los límites entre la realidad y la creación personal.
En la obra hay referencia a personas que participaron en la contienda: Juan Castro Pérez, Heliodoro, Petardo, El Chato, Manolito el de la Pirriñaca, Churri, Cárdenas, Aguado, Amor, Atilano, Licinio; los
Voluntarios italianos del Corpo Truppe Volontarie; la X División republicana, llegada desde Madrid
Referencias geográficas, que aún son reconocibles: Cerros de la Antigua y Cansino, en el flanco de Peñarroya; Cerro del Médico y Sierra Patuda; Cerro Mano de Hierro; Los Tres Mojones; Cerro Gamonal; Cortijo del Prior, en las estribaciones de Sierra Trapera; Valsequillo…
Referencias locales, como el Puente de Hierro que salva el arroyo de La Hontanilla; la Plaza de Santa Bárbara, con sus dos tabernas, una tienda de comestible, un comedor barato, y dos pensiones…; el Hotel París, la Pensión Patria, la Pensión La Imperial; el Bar Paraíso; el Abrevadero del Pilar, del Llano; la Plaza de Abastos, en la plaza de la Fuente; el Casino, habilitado como Hospital de sangre; la Compañía de Transeúntes, junto al Ayuntamiento; el prostíbulo que regentaba Misangre, en la calle del Fielato, pintado en ocre y con el zócalo de azulete; el cabaret “Europa”, al fondo de la calle Enramadilla, convertido en salón de baile.
. Escenas trágicas, como aquella de la que un día me dio noticias mi madre, en que aparecían expuestos, en medio de la plaza de Santa Bárbara, unos cadáveres con sendos letreros en el pecho: “Por ladrón”.
Por estas y otras razones fue por las que no dudé en ponerme en contacto con quien fue durante tantos años profesor de inglés. Su amabilísimo trato y su gran disponibilidad para enseñar lo que sabe me han convertido, como por arte de birlibirloque, en uno más de sus seguidores

PREGUNTA.-La primera historia de la conciencia se inicia con la primera mentira”, escribe Joseph Brodsky. ¿La de Juan Castro fue la de creer que las derechas representaban “el orden”?
RESPUESTA.- Probablemente las derechas creían representar el orden y las izquierdas creían representar la justicia, pero sería una visión simplista darles la razón.
P.- Usted se vio reflejado en su padre, se documentó, se asomó al brocal del pozo y vio…¿Vio acaso un tesoro oculto, una cueva de ladrones, la necesidad de vivir..?
R.- La necesidad de vivir. En medio de la locura, un joven no muy informado solo quiere salir con bien de esa guerra y regresar a casa con una mula que representa su futuro.
P.- Goya nos retrató con un palo en la mano. Usted lo hace con un chopo y con un tanque; pero los protagonistas de su obra actúan con la dignidad del pobre hasta cuando se pelean.
R.- En efecto: cuando no se nos deja otra cosa, a los españoles nos queda la dignidad.
P.- En la guerra que usted monta sólo hay víctimas. No hay un combatiente cruel porque tema convertirse en víctima,...
R.- Unos y otros se ven arrastrados por fuerzas superiores. Son meros peones, prescindibles, en un juego de ajedrez cuyo sentido no abarcan.
P.- “Dele usted, en fin, el uso de la palabra, y mentirán”. Se me asemeja que usted, a la manera de Larra, deja hablar al obispo D. Cosme para dejarle en paños menores…
R.- Así funciona la cosa.
P.- Hoy se publicita en un blog como primer alcalde demócrata, ocultando su condición de falangista Todos conocimos a alguien que acumuló fechas, memorias “curriculares”, y anécdotas poco importantes con la aspiración de medrar. Ni es su caso, ni tampoco su profesión…
R.- No sé a quién se refiere, pero biografías amañadas las hay a montones. También es cierto que muchos demócratas no fueron falangistas simplemente porque no tenían edad.
P.- ¿La de Carmen Rama Anula es la radiografía del interés, la sonrisa de Monna Lisa, la vocación de ser monja, o el miedo a pasar hambre?
R.- La carrera de una mujer era casarse y la pobre Concha solo aspira a casarse con alguien que la tenga como una reina.
P.- Al final de la obra Juan Castro llega a la triste conclusión de que, como le advirtiera “Chirri”, nada había de mejorar para el pobre, y que “el hombre, como una rata metida en un sumidero, va de la norma a la utopía y de la utopía a la norma, sin poder encontrar otras salidas y sin resolver nunca nada”, que diría Pío Baroja,
R.- Pues sí, al final no le queda nada. Solo la dignidad que no le han podido arrebatar.
P.- Amén de recorrer mundo y de entrevistar a su padre, qué experiencias personales le aportó su libro…
R.- Una novela se hace con lecturas y con vivencias. Lo que me contó mi padre y mis lecturas sobre la guerra fueron las fuentes.
P.- Coinciden sus amigos en el aprecio a su talento y su generosidad; en que es usted una personalidad “en absoluto envidiosa o retorcida”, en que la suya es una amistad de hermanos, y en que es “un cachondo muy serio”. Con semejantes halagos se podrá mirar a un espejo…
R.- Los amigos solo ven mi lado positivo. Yo quisiera parecerme a lo que ellos piensan de mí.
P.- “La palabra ha sido dada al hombre para disfrazar su pensamiento”, dice Talleyrand. Con sus comentarios sobre Paco Ibáñez da la impresión de que no es usted muy “académico”.
R.- Me temo que no lo soy. A cierta edad uno tiende a decir derechamente lo que piensa.
P.- El Duque de T´Seclaes Tilly y su hermano el Marqués de Jerez de los Caballeros, significados bibliófilos, vendieron su magnífica biblioteca al mejor postor. Usted donó sus documentos a la Diputación de Jaén…
R.- Los libros deben estar en manos de quienes pueden necesitarlos, por eso hice dos partes de mi biblioteca: una para la Diputación y otra para la biblioteca de mi pueblo.
P.- En la película Birdman el crítico de turno amenaza al protagonista con hundirle la obra, por la única razón de que los actores de hoy no están lo suficientemente cultivados. Me imagino que no es el caso de un erudito como usted.
R.- Todos tenemos limitaciones y el principio de la sabiduría está en comprender las propias y adaptarse a ellas cuando no pueden superarse.
P.- Amén de la posterior crítica literaria, qué conclusiones se encierran tras el último renglón.
R.- Cuando uno cierra el libro y lo da a la imprenta la obra deja de pertenecerte para pasar al lector. Obviamente no a todos puede gustar. Las críticas cuando son inteligentes sirven para mejorar en el siguiente intento.
P.- Tras oír sus palabras tengo la sensación de que coincidirá con Joseph Brodsky en que “el arte no es una existencia mejor, sino alternativa; no es un intento de escapar a la realidad, sino lo contrario, un intento de animarla”.
R.- Totalmente de acuerdo, aunque a veces uno caiga en la tentación de inventar una realidad paralela más satisfactoria.
P.- Hay autores que sugieren que, para conocer a una sociedad, nada mejor que los Archivos de Protocolos. ¿Es la suya una labor de campo, de estudioso de biblioteca, de diálogos entre amigos, o simplemente la fortuna de haber nacido escritor?
R.- Una mezcla de todo eso, supongo. Es ir por la vida con las antenas puestas, aprender de los que te precedieron y trabajar mucho.
P.- La periodista Maruja Torres justifica el “sentimentalismo” de su madre porque “en él yacía una pena muy auténtica, aunque se expresara a ciegas, por las pérdidas y, sobre todo, por las derrotas” ¿Valdría esta definición para el lector que ve en su obra los trazos de la literatura de cordel, el relato histórico, el viaje, la aventura, la historia sentimental..?
R.- Soy un escritor instintivo. Concibo una historia que creo que puede ser buena y la escribo. No me planteo otro objetivo que entretener al lector. Lo que ocurre es que uno al escribir pone cosas de su subconsciente que inevitablemente afloran, la pena, la rabia, la denuncia, la sentimentalidad, todo eso.
P.- Rashomón y otros cuentos representa la técnica del punto de vista, que tan bien utiliza usted. Sin embargo el filme La Mula, acogido con aplausos, no tuvo un merecido final.
R.- No siempre se gana. Creo que la película era muy digna, pero los problemas entre director y productora la malograron.
P.- Mi desaparecido maestro Rafael de Cózar dijo de usted que era “un cachondo muy serio”. No sé si leyó a Mafalda pero, por su natural desparpajo y humor, bien podría ser molesto, pero en modo alguno insípido.
R.- Intento teñir de humor lo que escribo. Es una vieja tradición española.
P.- Da la impresión de que la ruta de castillos que va desde El Campo de Calatrava a Granada constituye para usted su idílica Arcadia, su itinerario espiritual.
R.- He recorrido esas tierras a pie cuando era joven, en los ocho años que tardé en hacer mi tesis doctoral. Conozco cada higuera y cada vado del río, pues sí, probablemente sean mi Arcadia.
P.- Profesores de la talla de don Francisco Giner y don Bartolomé Cossío alentaron a sus alumnos a gozar de la naturaleza, a leer las serranillas del Marqués de Santillana y las poesías del Arcipreste. Ortega y Gasset nos habló de la pedagogía del paisaje y de las sierras de Madrid. ¿Son los suyos unas historias de figuras y paisajes?
R.- Me gustaría que fueran. Ahora por mi edad y las arrobas que me sobran salgo menos al campo y lo echo de menos.
P.- Es notorio que grandes escritores no consideraron positivas las circunstancias en que vivía la juventud que nos tocó vivir, en la que estábamos “todos reprimidos por igual”.
R.- Yo no tengo idealizada aquella España sórdida en la que los curas reprimidos proyectaban sus obsesiones sexuales en la juventud. Hicieron mucho daño.
P.- Años de miedo y persecución, en que el diferente era señalado por el dedo. Menos mal que los americanos inventaron la leche en polvo
R.- La leche en polvo americana y el queso cheddar saciaron el hambre de muchos niños.
P.- En La Mula se ve cómo en los bailes la mujer esperaba sentada a que el hombre la sacara a bailar. Después cabía la esperanza de encontrar un buen partido, un hombre que no sudara, alguien que se dejara sobar...
R.- Así de sórdida era la España rural. En las grandes ciudades variaba la cosa.
P.- Ser feminista está de moda, y los listeros de la política imponen la paridad. ¿Cree usted que el poder ha cambiado de criterios, o aún se sigue perfumando con “Varón Dandy”?
R.- Estoy muy de acuerdo en que se trate a la mujer como al hombre, con las mismas oportunidades. En cuanto se les da cultura ellas mismas escalan los puestos más altos.
P.- En un instituto una alumna me advirtió, hasta en cuatro ocasiones, que no asistiría a clase porque sufría los efectos de la píldora. Sólo ella representó el asco y la abulia de vivir. Ni el ardor guerrero del novio, ni las recetas del doctor, ni el paripé de la Orientadora dieron pie a un deseado final feliz.
R.- No sé qué decir. Tendría que conocer mejor el caso.
P.- Ha dedicado su vida a la enseñanza y ha sido parte de la cadena transmisora de saberes. ¿Nunca le preguntaron sus alumnos para qué sirve volar sin la intención de ser pájaro, o por qué un reconocido comunista acaba militando en las listas de U.C.D., del P.P., de “Podemos”..?
R.- Yo daba clases de inglés y trataba de transmitir algunas ideas sobre ciudadanía. Espero que sirvieran de algo.
P.- Los árabes ven al loco como un ser sobrenatural. En nuestros planes de estudio un niño normal fracasa y lo mandan a “Diversificación”
R.- Nos queda mucho que aprender, pero desde luego no de los árabes (dicho sea con todo respeto).
P.- ¿Hay algún interés en formar individuos críticos?
R.- Poco. Más bien se intenta formar a personas manejables.
P.- ¿Se le puede decir a alguien que las Humanidades pierden peso en nuestros planes de estudio cuando lo apalean cada día con consejos médicos, psicológicos, nutricionistas, pedagógicos; y hasta los vendedores de libros le dicen que no lo hace bien?
R.- Gobernantes incultos persiguen las Humanidades en los planes de estudios. Es una de las lacras de nuestra enseñanza.
P.- Mario Méndez Bejarano cuenta cómo un secretario de Facultad pateó el busto de un intelectual de gran talla. Una historia muy actual si volvemos la mirada hacia el mundo árabe.
R.- Al mundo árabe le ha faltado la ilustración, un siglo de las luces que deslindara pecado de delito y separara sociedad civil de religión. Ese es su problema. Sociedades que consideran a la mujer un individuo de segunda no podrán evolucionar.
P.- ¿El palo fue erigido como método académico, como leso crimen de estado, o como una cruzada dirigida contra la creatividad y la ilusión..?
R.- Eran otros tiempos. Yo padecí los palos y no estoy resentido.
P.- La cultura ha sido sólo un gesto para muchos políticos. Y algunas asignaturas, torpes reformas que refuerzan su espíritu de catequesis, sin el engorro de estudiar la ortografía, de insistir en la comprensión…
R.- No hay un camino de reyes para adquirir cultura. Hay que inculcar a la juventud el sentido del esfuerzo y de la disciplina.
P.- ¿Considera, como Guerra, que es fundamental conocer la Quinta Sinfonía de Mahler?
R.- Veo más importante conocer lo esencial de Mozart.
P.- Las ruinas romanas de Carmo e Itálica sufrieron el expolio del fundador de la Hispanic Society of América… ¿Han sufrido nuestros sistemas de enseñanza un expolio similar?
R.- Los sistemas de enseñanza no se expolian, simplemente se relegan al olvido, pero ahí están para quien sepa rescatarlos.
P.- El buen gusto que nos deja sobre la aportación del mundo árabe a nuestra cultura se lo está echando por tierra el demógrafo que sugiere “que habría que pinchar las pateras porque sobra personal”…
R.- Es una postura cerril. Lo que hay que procurar es que se cumplan las leyes, incluidas las de emigración.
P.- Es usted un estudioso del legado de la vieja Roma. En Roma, città aperta, Rosellini nos mostró la desaparición de los frescos de una villa romana con motivo de las obras del Metro. ¿En la ciudad moderna son compatibles la cultura y el progreso?
R.- Perfectamente compatibles, como demuestran sociedades avanzadas
P.- En un viaje a Grecia me llamó la atención la mala valoración que algún “turista” hizo de aquellas piedras; que, para muchos, viajar es disfrutar de un hotel, de una playa o de un mojito.
R.- Hay que respetar a esos turistas pero convendría dirigirlos a los lugares que pueden apreciar y no a las piedras que no les dicen nada.
P.- He echado en falta uno de esos terroríficos discursos de Queipo de Llano, y la estulticia de algún político que, como aquel telonero de mitin, decía de su jefe de filas: “¿Qué os puedo decir de Alfonso Guerra? Alfonso Guerra es… impresentable”.
R.- Supongo que se refiere a mi novela La Mula. Ya aparece un discurso de Franco que está hecho de recortes de discursos de Franco en la época.
P.- La oratoria “chusquera” ha ocupado el asiento de honor que le correspondía a los brillantes oradores del siglo XIX. ¿En el arte se tiende también a la vulgarización?
R.- El arte no se vulgariza, simplemente se desprecia y se sustituye por la horterada.
P.- Baroja habló, en su momento, de la constitución de dos Gobiernos ecuménicos: “Unidad católica y unidad socialista: los dos imperialismos nacen de la misma raíz”.
R.- El comunismo es la religión de nuestro siglo... tan falsa como todas las demás.
 

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