Como todos los años, al llegar la Navidad,
junto al portal de Belén,
coloco mi arbolito.
Aunque sea pequeñito, no le falta ni un detalle.
Muchas bolas de colores
que alegren nuestros corazones.
Brillantes guirnaldas que unan nuestras almas.
No deben faltar lazos
que junten nuestras manos
para que siempre en armonía convivamos.
Diferentes figuras de madera,
que hagan pensar que a todas las personas
hay que tratarlas por igual.
Campanitas que suenen al oír reír
a los niños, a los mayores,
ya que la sonrisa no entiende de edad.
Y en lo más alto de mi árbol,
una gran estrella dorada
que ilumina a mi familia cada mañana.
¡Muy alegre yo me siento
cada vez que lo contemplo!
¡Muy contento e ilusionado
al ver que la Navidad ha llegado!