“Que se hace, se halla o se tiene temporalmente”, así es como define el Diccionario de la lengua española (DRAE) la palabra “provisional”. Y provisional es, acordémonos, la ubicación de la estación de autobús situada en el polígono industrial La Papelera de Peñarroya-Pueblonuevo.
Es bueno recordar el significado de esta palabra cuando la medida, que entró en funcionamiento hace cuatro meses, está suponiendo graves inconvenientes para aquellos que, de manera habitual, utilizan el servicio de transporte ofertado por el Grupo Sepulvedana.
En su momento, esta opción supuso una solución sin coste económico alguno para el consistorio de la localidad, y tanto la firma de autobuses como los partidos de la oposición dieron el visto bueno a una medida que casi parecía haber caído del cielo, tras haberse instalado tres meses antes, y también de manera provisional, una marquesina en la Plaza de la Dirección. Medida que no hizo sino molestar aún más a aquellos usuarios del servicio que, representados por Participación Ciudadana, reunieron más de 2.800 firmas pidiendo la nueva estación. Tres meses más tarde, la alcaldesa, María Gil, y el Vicepresidente de Diputación, Salvador Fuentes, anunciaron unos estudios geotécnicos que permitirían la ubicación de una nueva estación en una parcela del Cerco Industrial próxima a la Ronda Sur, y de los que no hemos vuelto a tener datos.
Finalmente, tras el apoyo mayoritario a la adopción de esta nueva medida y la aceptación por parte de los responsables del local de hostelería ubicado en la zona para que los usuarios del servicio de autobús pudieran utilizar sus instalaciones, la medida se puso en marcha.

Meses después, ¿cómo funciona la provisional parada de autobús?
Si pensamos en aquellos viajeros que no residen en la localidad y, por tanto, desconocen la trama de esta tragicomedia, no hay señal alguna que indique dónde se encuentra situada dicha parada. De modo que, de llegar a encontrarla, es muy probable que éstos pierdan el autobús.
Por otro lado, de ponernos en la piel de los estudiantes que cada fin de semana utilizan el autobús para desplazarse de su residencia familiar a la estudiantil, o viceversa; y si no disponen de quién los lleve o recoja del polígono, se ven obligados a arrastras sus maletas y soportar el peso de sus portátiles y neveras durante mínimo 1km de distancia, si quieren desplazarse desde (o hasta) el centro del pueblo.
Tampoco podemos pasar desapercibido el dato de que nos encontramos en los meses más fríos del año, en los que amanece a las 08:30 horas, y anochece a las 18:30 horas; y que los autobuses con destino Córdoba parten los días laborables a las 06:40 horas, y sábados, domingos y festivos a las 07:40 horas; llegando los últimos autobuses del día cerca de las 20:00 horas. Frío, lluvia y oscuridad es lo mejor que pueden encontrar los usuarios de este servicio en estos horarios, ya que a esas horas las instalaciones de La Papelera están cerradas.
Éstas son sólo algunas de las pericias que aquellos usuarios del servicio de autobús tienen que soportar si quieren desplazarse en este medio de transporte. Por tanto, es importante que ese movimiento que se rebeló en el mes de julio, coja fuerza y exija nuevas alternativas. Mientras, el Ayuntamiento podría solicitar al Grupo Sepulvedana una parada en la Plaza de Santa Bárbara, para que, al menos, podamos vernos las caras mientras esperamos el autobús.

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