JOSE CARLOS
24-06-2014 13:43:22
Mal mal m parece lo d las fotos, pero la falta de información o i formación falsa m parece ya de pel...
Paco Navarro desde Peñarroya
21-06-2014 23:30:04
Para Francisco Javier Cabezas: Me ha encantado tu comentario sobre esta familia, se nota que te sali...
gg
21-06-2014 23:10:10
Descansen en paz. ¿Cuántas muertes hacen falta más para que cambien una de las carreteras con más si...
JOSE CARLOS
24-06-2014 13:43:22
Mal mal m parece lo d las fotos, pero la falta de información o i formación falsa m parece ya de película
Paco Navarro desde Peñarroya
21-06-2014 23:30:04
Para Francisco Javier Cabezas: Me ha encantado tu comentario sobre esta familia, se nota que te salia de lo mas profundo de tu corazon.
Mi mas sentido pesame para toda su familia.
gg
21-06-2014 23:10:10
Descansen en paz. ¿Cuántas muertes hacen falta más para que cambien una de las carreteras con más siniestros y tráfico en una autovía?
Si esto pasara en los Pedroches ya estarían todos los balcones con banderas de Autovía ya¡
Mario
21-06-2014 14:00:35
ME PARECE VERGONZOSO QUE PONGAIS ESTE TIPO DE FOTOS EN LA NOTICIA, POR UN MOMENTO PONEROS EN LA PIEL DE LA FAMILIA, NO TODO VALE EN EL PERIODISMO
Francisco Javier Cabezas
21-06-2014 04:04:14
Desde pequeño conozco a esta familia, pero realmente no descubrí su grandeza y su bondad hasta que, por circunstancias, he compartido los últimos meses de sus vidas.
Pilar y mi madre han sido durante meses compañeras de fatiga, las dos padecían problemas de úlceras vasculares y se transmitían ánimos una a otra.
Han sido muchos los días de desplazamientos al hospital de Peñarroya-Pueblonuevo, muchos los días de esperas en las salas, muchas las risas que hemos compartidos y muy intensos estos meses convividos.
Pilar, José y mi madre han coincidido muchas veces también en las mismas circunstancias, ya que si no yo era él el que conducía el coche.
Pensar que Pilar y José se levantaban la mañana del 20 de Junio y hacían lo que tantas mañanas había hecho yo, pensar que regresaban a casa a la misma hora en que regresaba yo contándole a Pili mis historias y chascarrillos provocándole la risa inmediata, una sonrisa que quizás los que no tuvieron la suerte de conocerla nunca vieron en su rostro.
Pensar que la muerte les acechaba en el camino de vuelta a casa, me horroriza y deja en mi vida un terrible vacío. Su corazón, el de Pili, era tan grande como su cuerpo, su bondad tan inmensa como su sonrisa, su ternura tan entrañable como su presencia.
Pido a Dios que les dé a su familia la fuerza necesaria para poder seguir viviendo.
Nunca podré olvidaros.
Descansen en paz.