Ante todo, deseo aclarar, que no me mueve ningún tipo de animadversión hacia las personas que componen la policía municipal, ni tan siquiera al agente del que fui “victima injusta” por mal aparcamiento el pasado mes. Es más, me considero un ciudadano que mantiene una relación normal de convecino en ésta localidad. Pero eso sí, como buen ciudadano, en cuanto puedo devuelvo “el favor”.
Tal y como puse de manifiesto el pasado mes de Junio en este periódico, fui denunciado por mal aparcamiento, hecho cierto y que nunca he negado. Pero si considero, que fui discriminado, pues al igual que yo, había otros muchos vehículos aparcados en análogas circunstancias y con ellos se hizo “La vista gorda”. No voy a entrar en discusiones sobre los comentarios, cada uno es libre de opinar lo que quiera.
Hay un refrán que dice: Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el entierro de tu vecino. Muy verdadero, por cierto, y en este caso no ha habido que esperar mucho, apenas un mes. Supongo que ante el agradable espectáculo que ofrece el coche de la policía local en la foto, nadie puede resistirse a la tentación, al menos yo no, llámenlo venganza, rencor o como quieran, yo lo llamo satisfacción, en un paso de cebra y en la puerta del “Ayuntamiento” (Canasta de tres puntos y en su cancha). Más de uno me entenderá.
Como decía, ante este magnífico espectáculo, hago mi foto (los móviles hoy en día hacen unas maravillas…) y realizo la pertinente denuncia en el cuartel de la guardia civil, pues el agente de policía local al que pido que se haga la denuncia muy amablemente me contesta: “Nosotros no podemos denunciarnos a nosotros mismos, así es que diríjase a la guardia civil”.
No soy un ingenuo, ni por un instante, he pensado en que el ayuntamiento se va a cobrar a sí mismo la denuncia, pero desde estas líneas, pues me consta que acostumbran a leer éste periódico, recomiendo al señor Concejal Delegado de Seguridad (Que todavía no se ha dignado a contestar mi reclamación) que con el simbólico importe de la presente denuncia y la que yo pagué en su día haga impartir un curso para que la policía local se refresque las normas de circulación, ya que nadie está por encima de la ley ni tan siquiera ellos.
Dónde las dan las toman, ojo por ojo…

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