La plataforma ferroviaria de La Maquinilla que encontramos hace dos años y medio, cuando comenzamos a trabajar en el proyecto de Vía Verde del Guadiato tenía como puntos fuertes las excelentes postales que desde ella se tomaban del Castillo de Belmez o el Cerco Industrial de Peñarroya, su aislamiento de la mayor parte del trazado respecto de las carreteras importantes y la proximidad a núcleos de población que permiten un adecuado avituallamiento y descanso.
Entre los puntos débiles, como todos sabemos, estaba la ausencia de zonas de sombra en el 90% del recorrido, el deterioro del piso y la ausencia de una señalización apropiada. Con el paso del tiempo y el esfuerzo de todos se han ido corrigiendo o subsanando algunas de estas deficiencias, afortunadamente.
Sin embargo, y a pesar de los avances estéticos y técnicos, en el itinerario quedaba una sensación de desamparo, de tristeza, producto del estado ruinoso de las construcciones y casetas que en su día cumplieron la función de vivienda para ferroviarios, estación o almacén y que se encuentran desperdigadas alrededor del camino entre ambos pueblos
Actualmente, los restos de edificaciones ferroviarias de La Maquinilla conviven junto a los castilletes y las escombreras de otro tiempo, constituyendo un paisaje entre lunar y agrícola más asociado al fracaso social y económico que a otra cosa.