¿Me puede hacer una breve historia de su vida?
Soy Manuel Valiño Caballero, hijo de Fuente Obejuna de la tierra de mis abuelos. Mi familia se trasladó por motivos económicos a Peñarroya-Pueblonuevo donde pasé mi juventud trabajando en la pescadería de mi familia y tras 9 años me vi obligado a marchar a Cataluña, a Reus concretamente, es aquí donde he pasado 50 años de mi vida, en un puesto de frutas que monté y curando mi afición a la copla con actuaciones por toda Cataluña y Valencia. Ahora estoy jubilado y me dedico desde hace 7 años plenamente al cante, como profesional.
¿Cómo se inició en el cante?
En aquellos tiempos venían teatros y se hacían concursos en los que daban “un gran premio en metálico” o eso decían, y noche tras noche quedaba en primer lugar. Puedo recordar algunos artistas como “El niño la venta” con El Jazminero, Antoñito Ruiz con su capote de grana y oro, El Ventolera con su Ventolera. Mi primer premio después de más de un mes llenando el teatro fue de 25 pesetas, ese fue el importe del gran premio en metálico y lo conseguí cantando la milonga “Guapa Doncella” de Manolo el Malagueño.
Por aquellas fechas con Manuel Cabanilla como Presidente de Educación también se celebró en el parque “La Rana” de Pueblonuevo un concurso de cante, entre los participantes estaba El Rata, El niño de la venta, mi hermano y yo mismo. Cantando “Vino Amargo” de Rafael Farina que estaba de novedad gané el primer premio valorado en 50 pesetas, justo el doble que lo conseguido anteriormente.
Estando en Peñarroya-Pueblonuevo me fui con una Compañía de teatro de los Hermanos Romero a recorrer toda Andalucía y en la que actuaba en el cuadro de fin de fiesta. En Pozoblanco estuvimos actuando y en aquella fecha le saqué una copla a Manolete que hacía 8 años que falleció y tuvo un gran éxito, fue entonces cuando tuve que dejar la compañía al morir mi padre y tener que llevar el negocio familiar “una pescadería” que teníamos en Peñarroya-Pueblonuevo.
¿Cómo le trató la vida en Reus?
Al marchar para Cataluña “Reus” llevaba tras pagarme el viaje 20 duros, gracias a una tía, prima hermana de mi madre, Dolores Cuadrado que me acogió, si no, sólo Dios sabe donde hubiera acabado. Tengo que agradecerle con estas líneas todo lo que hicieron estas personas maravillosas, que tengo, como no puede ser de otra manera, reflejadas en canciones mías.
En aquella época se tenía la creencia y se criticaba a la “mujer” que se dedicaba al mundo del espectáculo porque se dirigía por “malos caminos” y al “hombre” porque se tendía a “afeminarse”. Eran tiempos en los que los jóvenes hacíamos caso a los mayores y mi tío me convenció para que montase un puesto de fruta en Reus, sin dejar de hacer mis piruetas en lo mío, el cante.
Le debo mucho a Cataluña que me acogió, por eso le saqué unas coplas, entre ellas la copla a Tarragona, pero la melancolía por mi pueblo donde nací Fuente Obejuna y por mi pueblo de acogida en la juventud Peñarroya-Puebluevo no la he perdido, es por esto que me he comprado un piso en la Avda. de Andalucía de Peñarroya-Pueblonuevo donde vivo por temporadas y desde donde me dirijo a las actuaciones que hago por la comarca.
¿Qué diría a los Peñarriblenses y a la Comarca de El Guadiato?
Que estoy enamorado de mi tierra y quiero que cuando me oigan mis paisanos en una copla que digo: “Mi padre Isidro Valiño, Josefa Caballero mi madre, los querían todo el pueblo porque no se metían con nadie”, me recuerden a mí y a mi familia con aprecio y cariño.
Recuerdo en mi infancia y juventud muchas escenas de los mineros regresando a su casa todos negros del polvo del carbón, por eso les dediqué una copla minera que dice en uno de sus estribillos “abandonaos, en el fondo de la mina se sentían abandonaos, pero con la fe en Dios y en la familia, se sintieron liberaos, de ese mundo masacrao”.
Fueron tiempos difíciles los vividos por los mineros que trabajaban muchísimo poniendo a riesgo su vida por una paga muy humilde y se tenían muchos hijos, cosa que hoy en día es impensable, también les dediqué una copla que decía en uno de sus estribillos “Yo no puedo comprender la necesidad que tenían, que para medio comer, se tenían que jugar a cada momento la via”.
Quiero con esto recordar que con el sufrimiento de todos aquellos mineros se levantó Peñarroya-Pueblonuevo y que la bonanza arrastrada de todos esos años la han podido disfrutar los jóvenes de hoy en día.
Quiero, para despedirme, dar las gracias a El Periódico por el trato que he recibido y recordarle a todos, que desde hace 7 años me dedico profesionalmente al cante …… que es lo mío.