A ti mi padre querido,
lleno de chispas encendidas
que poco a poco se fueron apagando,
día tras día sin momentos cansados
tus fuerzas me transmitías
para que yo pudiera ir luchando.
Nunca ví tu enfermad como un sacrifico
si no como un amor muy cercano,
tu mirada fija en mí siempre la estaré recordando,
tus palabras llenas de sentimientos que tanto nos acercaron,
no cansancios desaprovechados
todos ellos fueron aprovechados.
Recuerdos en mi mente
que los dos juntos guardamos,
letras adornadas que unimos en nuestro lazo,
noches en vela pero nunca me importaron,
a veces mi carácter quedo resaltado
pero siempre comprendías que lo hacia sin hacerte daño.
Hoy en mi block
quiero que quedes resaltado,
que allí donde estés y con
mi madre a tu lado,
daros las gracias quiero
por la vida haberme dado.
Educación aprendida
que aún quiero ir desarrollando,
orgullo satisfactorio
por mi años a vuestro lado.
Gracias a Dios le doy,
aun siendo momentos duros,
por poder haber estado a vuestro lado
y a ti mi padre querido
que tan poquito tiempo hace
que estas lejos de mi lado,
agradecerte mi confianza y
esfuerzo porque hoy
mi trabajo esté terminado.
Y con voz muy alzada
digo padrecito aquí
horas quitadas tuyas,
quiero resaltarlo,
nunca quejándote de nada
por hacerme a mí feliz
en mi trabajo.
Desde lo más adentro de mi corazón,
y como algo tan especial como tú,
intentaremos resaltarlo,
gracias “padre mío” por dejarme
ser la que te haya cuidado.
Besito tras besito te transmito,
aunque ya no estés a mi lado,
y con estas dos frases tuyas me quedo
cuantas veces repetías:
“eres mi madre y mi hija, pues tú
me estás cuidando”
y tienes mucha fuerza y
un corazón muy grande,
somos iguales.
El legado musical de Agustín Miranda sigue vivo en el corazón de Belmez
Cuando aquella guitarra hablaba desde el escenario, transmitía tanta felicidad compartida y sentimientos muy profundos, que hacían que esta vida vivid...