Descubren que el supuesto meteorito es de fabricación humana
El Instituto Geológico y Minero de España ha descubierto que una de las joyas de la colección de meteoritos del Museo Geominero ha resultado ser falsa. Los trabajos de catalogación en este museo han descubierto que el meteorito hallado en los Los Blázquez (Córdoba) no es una roca extraterrestre que cayó a la Tierra tras su viaje por el espacio, sino que está formado por una aleación de acero austenítico inventada en 1882, según se recoge en una investigación publicada en el último número del Boletín Geológico y Minero.
Hasta ahora, el pseudometeorito de Los Blázquez se consideraba un ejemplar excepcional. "Tanto por conservarse íntegro como por su supuesto descubridor Casiano de Prado, padre de la Geología de España, ocupa un lugar muy especial en nuestra colección", afirma Rafael Lozano, conservador del Museo Geominero y coautor del estudio. La composición del meteorito revela que es imposible que fuera hallado por Casiano de Prado, pues se trata de un acero de fabricación humana que empezó a utilizarse dos décadas después del fallecimiento del ilustre geólogo español.
Sin embargo, desde su ingreso en la colección en 1945 nadie había dudado del origen del ejemplar, clasificado en el apartado de elementos nativos como un meteorito de hierro-níquel. Medio siglo después de encontrar la muestra, Rafael Lozano y Tomás Martín Crespo decidieron recatalogar la colección para adaptarla a los modernos criterios de clasificación. Y en medio de esa compleja tarea, la primera sorpresa fue que el meteorito de Los Blázquez no era atraído por el imán, como debería suceder si se tratase de un fragmento de hierro-níquel.
Al realizar las medidas de susceptibilidad magnética que ayudan a clasificar los meteoritos, el equipo investigador observó que los datos obtenidos relacionaban al supuesto meteorito más con el bronce que con materiales propios de esos cuerpos del espacio exterior. Para clasificar el meteorito con precisión el siguiente paso era hacer un pequeño corte en la parte trasera, que no queda a la vista en la exposición, y entonces se produjo un segundo descubrimiento: los investigadores no podían serrar el metal.
Cuando por fin lo consiguieron, descubrieron que su extraordinaria dureza se debía a unas inclusiones de otros minerales, que son características de un acero industrial usado para construir, entre otras cosas, palas excavadoras, un acero austenítico que tiene la propiedad de que cuanto más se golpea, más se endurece, según se afirma en el Boletín del Instituto Geológico Minero.