26 de octubre de 2012 | Samara García Guerrero

Entrevista al hematólogo del Hospital Valle del Guadiato sobre la anemia por falta de hierro (llamada anemia ferropénica)

CAPOTE: “LO PRIMERO Y FUNDAMENTAL ES UNA DIETA RICA EN HIERRO, QUE TAMBIÉN AYUDA A PREVENIR ESTA AFECCIÓN”

Dr. Manuel Capote, hematólogo
Dr. Manuel Capote, hematólogo
Dr. Manuel Capote Martínez
Facultativo Especialista en Hematología y Hemoterapia.
Hospital de Alta Resolución Valle del Guadiato (Peñarroya-Pueblonuevo).
Escuchamos con mucha frecuencia hablar sobre anemia, ya que es una afección bastante común, pero quizá desconocemos qué la provoca, cuáles son sus síntomas o cómo se trata, entre otros aspectos.
Para desentrañar estas cuestiones, a continuación, el facultativo especialista en Hematología y Hemoterapia del Hospital de Alta Resolución Valle del Guadiato, Manuel Capote Martínez, profundiza concretamente en el tipo más común de anemia, la denominada anemia ferropénica que está provocada por una falta de hierro en el organismo.
Así, en la siguiente entrevista se explican las principales causas de este tipo de anemia, su tratamiento, a quién y cómo afecta, y, sobre todo, la manera en que podemos evitarla o prevenirla.
1.- ¿Qué es la anemia ferropénica?
La anemia es una enfermedad de la sangre que se define como la disminución de la concentración de hemoglobina en el organismo, siendo generalmente los valores normales por encima a los 12 gramos por decilitro en la mujer, y a 13 en el hombre.
La hemoglobina es una proteína que se encuentra dentro de los glóbulos rojos, a la que se une el oxígeno para su posterior transporte y utilización por los distintos tejidos del organismo. Los glóbulos rojos son los corpúsculos de la sangre encargados de transportar el oxígeno a todas las partes del cuerpo. Se originan en la medula ósea, un órgano que se halla dentro de algunos huesos y donde se fabrican la mayoría de los componentes sanguíneos.
Cuando desciende el nivel de la hemoglobina en la sangre aparecerán los síntomas: la persona se notará cansada, pálida, irritable, con mareos, cefalea, con menor tolerancia al ejercicio, aceleración del ritmo cardiaco, y con mayor caída del cabello y fragilidad de las uñas.
2.- ¿Por qué se produce?
Existen múltiples causas de anemia, siendo la más frecuente la falta de hierro, elemento fundamental sin el cual no se puede fabricar la hemoglobina. Cuando el médico establece que la causa de la anemia es el déficit de hierro tiene a su vez que investigar y establecer la razón de esta disminución. Las causas pueden deberse a una baja ingesta de hierro (dietas vegetarianas estrictas), a una mala absorción en el tubo digestivo (enfermedad celiaca, resección de estómago o intestino), a un incremento de las necesidades de consumo (embarazo, infancia), a que se pierde en algún punto del organismo (sangrado menstrual, sangrado digestivo) o a la combinación de algunas de estas causas.
Se estima que aproximadamente un 20% de las mujeres en edad fértil tiene déficit de los depósitos de hierro, y hasta un 7% dentro de este grupo, padece anemia ferropénica en relación a las pérdidas menstruales. En ocasiones es preciso estudiar el tubo digestivo con endoscopia oral o colonoscopia para averiguar la causa del cuadro.
3.- ¿Cómo se realiza el tratamiento?
Una vez hecho el diagnóstico analítico de anemia ferropénica y establecida su causa, se procederá a la corrección de ésta y al tratamiento de la anemia propiamente dicha.
Lo primero y fundamental es una dieta rica en hierro, que también ayuda a prevenir esta afección. En este sentido, los alimentos que mayor cantidad de hierro aportan a la dieta son: almejas, berberechos, mejillones, ostras, hígado, carnes rojas y magras, carne de aves y de caza, atún, salmón, lentejas, espinacas, acelgas, cereales, huevos (especialmente la yema), frutos secos o deshidratados.
Si la anemia es muy intensa, a veces se decide iniciar el tratamiento con una transfusión, pero esto no es necesario en la mayoría de los casos. Sólo será preciso dar hierro para que la médula ósea se recupere. Existen suplementos de hierro para ser administrados vía oral e intravenosa.
Habitualmente se prefiere la ferroterapia por vía oral, habiendo en el mercado distintos fármacos indicados para ello. Las sales ferrosas son las más baratas y efectivas, aunque algunas personas las toleran mal. Otros preparados (sales férricas, compuestos de ferritina) son, en general, mejor toleradas aunque se absorben menos.
Cuando se ingiere, el hierro es absorbido principalmente en las primeras porciones del intestino delgado (duodeno y yeyuno). Aunque el tratamiento puede iniciarse tomando la medicación con las comidas, para una absorción máxima debe tomarse, si se puede, por lo menos una hora separado de las comidas y dos horas de los antiácidos. La toma junto con vitamina C, como la contenida en el zumo de naranja, aumenta su absorción. El té, el café, los cereales, los antiácidos y las dietas con mucha fibra pueden disminuir la absorción de hierro.
Es preciso saber que los preparados de hierro tiñen las heces de negro-gris.
4.- ¿Cuáles son los efectos negativos que puede tener el tratamiento?
Los síntomas más frecuentes son náuseas, molestias abdominales, pigmentación dentaria, vómitos, diarrea o estreñimiento. Menos frecuentemente puede haber reacciones alérgicas. La toma de los medicamentos con la comida, si bien disminuye la absorción, mejora la tolerancia del tratamiento. En casos de mala tolerancia digestiva, se puede intentar administrar junto con los alimentos.
5.- ¿Cómo se realiza el control del tratamiento?
Después de unos quince días de tratamiento se empiezan a ver resultados en los valores analíticos. Inicialmente, aumentan los reticulocitos, que son los glóbulos rojos más jóvenes e indican regeneración. Luego aumentan los niveles de hemoglobina, debiéndose mantener el tratamiento hasta alcanzar valores normales de hemoglobina.
Habitualmente la terapia dura entre tres y seis meses dependiendo de la gravedad del déficit inicial y de la tolerancia del paciente al tratamiento.
6.- ¿En qué situaciones del hierro se administra por vía intravenosa?
Cuando existe mala absorción por daño de la pared del intestino, cuando el paciente no tolera la medicación por vía oral o cuando la anemia es muy importante, el tratamiento se debe administrar en forma intravenosa. Esta vía de administración puede producir reacciones locales en la zona de punción como irritación o dolor, o síntomas generales como febrícula, malestar general, dolores articulares o abdominales o urticaria, todos estos muy infrecuentes. Cabe aclarar, que esta vía de administración no se relaciona con una mayor rapidez en la respuesta al tratamiento.
En los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn), habitualmente el déficit de hierro se debe a la pérdida de sangre por el tubo digestivo, siendo más marcado cuando la enfermedad se encuentra activa. Debido a que el tratamiento con hierro por boca puede producir síntomas gastrointestinales, a menudo es preciso reponerlo en forma intravenosa.
7.- ¿Cuándo sería necesaria la transfusión de concentrados de glóbulos rojos?
Cuando el paciente presenta una anemia grave o anemia con descompensación cardiovascular es necesaria una resolución rápida del cuadro que se logra con la transfusión de hematíes, mejorando así rápidamente la oxigenación de órganos vitales.

 

 
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