Contenedores Amarillos

Contenedores

residuos, reciclaje, medio ambiente

¿Por qué la boca del contenedor amarillo es tan pequeña?

Quizá te haya pasado que hayas querido meter una bolsa llena de voluminosos envases en uno de los contenedores de residuos amarillos que están en la calle y te hayas vuelto loco, o loca, para colarla por el pequeño agujero. "¿Por qué hacen tan pequeña la boca de estos contenedores?", te habrás preguntado. Bien, pues tiene una explicación: se ha comprobado que en los contenedores de tapa abierta se meten muchos más residuos equivocados que no tendrían que estar ahí.

En el contenedor cerrado con agujero es más difícil que se metan residuos que no tienen que estar ahí.

"Hay gente que si se encuentra el contenedor de residuos normales lleno mete la bolsa en el de al lado sea del color que sea", me explican desde Ecoembes, la empresa sin ánimo de lucro que se encarga de la gestión de los residuos de envases de plástico, tetra brik o metal para que sean reciclados. Es más, lo tienen estudiado. Si la mezcla de la bolsa amarilla suele contener de media un 35% de residuos que no deberían estar ahí, en los contenedores abiertos de tapa este porcentaje sube al 50%. Así pues, parece que sólo el que se ha preocupado de separar la basura hará el esfuerzo adicional de empujar la bolsa hasta que entre por el agujero. Esto también se ha comprobado en la Comunidad de Madrid, donde la sustitución en los últimos años de los contenedores amarillos abiertos de tapa por otros cerrados con agujero hizo bajar en muy poco tiempo los residuos mezclados de forma errónea de un 60 a un 40%.

—¿Pero seguro que la basura no se vuelve a mezclar luego?

"Ahora es raro que se detecten fraudes así", nos aseguran desde Ecoembes, que lleva a cabo diversos controles e inspecciones para cerciorarse de que la basura separada por los ciudadanos es correctamente reciclada. Y, aunque son ellos mismos los que lo dicen, lo cierto es que en pocos años ha aumentado mucho las tasas de reciclaje en España. Según los datos de esta empresa que se encarga del contenedor amarillo y del azul para papel y cartón, hoy en día se recicla un 81% de los envases de papel y cartón, un 68,9% de los de metal, un 38,4% de los de plástico y un 35,6% de los de madera. Teniendo que sumar a esto las botellas de vidrio, que según Ecovidrio, responsable esta vez del contenedor verde, se recicla un porcentaje del 60%. Ahora bien, todavía se puede reciclar mucho más, y también separar los residuos mucho mejor en las casas.

—¿Dónde se tira un papel de sugus? ¿Y una percha de plástico? ¿Y una caja de madera de vinos?

También ocurre que por muy buena voluntad que se le ponga, a veces resulta realmente complicado acertar con lo que se tira en el cubo amarillo, lo que hace que aún haya un porcentaje importante de impropios (basura que no tiene que estar ahí) en los camiones que llegan a las plantas de separación y de reciclaje. Los errores más comunes suelen ser tirar en este cubo amarillo residuos como papeles (que van en el contenedor azul); plásticos que no son envases, como una percha o una muñeca (que van en la bolsa normal de basura junto al material orgánico); o textiles (que también van en la bolsa de basura normal). ¿Qué se tira entonces en el amarillo? Pues todos los envases de plástico, de tetra brik o de metal: botellas de PET, un cartón de leche, latas de conservas, el film de plástico de envolver los alimentos... Un papel de sugus es un envase y se tira en el amarillo, aunque seguramente sea difícil que su reciclaje llegue hoy en día a buen término por su tamaño. Y también iría en ese contenedor una caja de puros o una de madera de botellas de vino, pues siguen siendo envases. Puedes encontrar una guía completa en la web de

Proceso de reciclaje de las bolsas en la planta Bizkaiko Plastiko Berziklategia.

—¿Qué porcentajes de bolsas de plástico se reciclan?

Las bolsas de plástico hoy tan criticadas también se reciclan, si se meten correctamente en el contenedor amarillo. Son cinco instalaciones en el país las que se dedican a reciclar este otro tipo de envases, como la de Bizkaiko Plastiko Berziklategia, en Amorebieta (Bilbao). Allí llegan las bolsas de plástico en grandes balas ya separadas del resto de la basura. Se trocean, se lavan y se transforman en unas pequeñas lentejas de plástico gris (granza de polietileno de baja densidad) que se venden a 350-400 euros la tonelada (550 euros antes de la crisis) para fabricar tuberías, mesas, suelos, tiestos... ¿Cuántas bolsas de los millones que se fabrican acaban convertidas en esta granza reciclada? Lo cierto es que pocas. Se recicla alrededor de un 23-24% de las 60.000 toneladas de bolsas de plástico al año que producen las empresas adheridas a este sistema de reciclaje, pero, como reconoce Ecoembes, luego hay otras 50.000 toneladas de bolsas de compañías no adheridas, por lo que se estima que las recicladas se quedan en un 10%. También se supone que el mejor residuo es el que no se produce (sustituyendo las bolsas por capachos o carritos) y que una bolsa de plástico puede ser reutilizada varias veces antes de tirarse a la basura. En cualquier caso, si va a ir al contenedor, que sea al amarillo.

—¿Cuántas formas distintas hay de recoger los residuos que se reciclan?

Es muy curioso la cantidad de variantes diferentes que hay para recoger este tipo de basura en España. Madrid, por ejemplo, es de las pocas ciudades en las que se recoge la bolsa amarilla a domicilio (lo que a veces introduce una nueva incógnita al proceso: ¿estará el portero mezclando la basura que yo reciclo?). Y lo más habitual es que haya contenedores amarillos en las calles junto a los otros de color verde o azul. En la mayoría de los municipios se separa el vidrio en el contenedor verde, el papel en el azul, los envases en el amarillo y todo el resto se tira en la bolsa de basura normal. Sin embargo, en Valladolid, Córdoba y A Coruña introducen un cambio importante: se separa una bolsa con los residuos orgánicos y luego se mete en otra todo lo demás, incluidos los envases de plástico, metal y tetra brik que en otros lugares tiran en la bolsa amarilla. En Barcelona y muchos municipios de Cataluña, se separa también los residuos orgánicos para compostar pero en un contenedor diferente de color naranja. Pero la palma se la lleva Oviedo, donde no hay contenedores en las calles y la separación de basura se hace por días "a bolseo": los lunes, miércoles y viernes se baja a la calle la bolsa amarilla de los envases; los martes, jueves y sábados , la bolsa con el papel y el cartón; y otro día a la semana que cambia por barrio la del vidrio.