6 de marzo de 2012 | Infoguadiato
El Hospital Reina Sofía amplía las indicaciones de la cirugía radioguiada en el cáncer de tiroides
ESTA INTERVENCIÓN HA PERMITIDO A LA PACIENTE BENEFICIARSE DE UNA CIRUGÍA POCO AGRESIVA Y CON EXCELENTES RESULTADOS
En la imagen, una intervención quirúrgica de tiroides
Los profesionales del Hospital Universitario Reina Sofía han ampliado las indicaciones de la cirugía radioguiada a las intervenciones de recidiva de cáncer de tiroides en las ocasiones en que el yodo no resulta efectivo. El tratamiento es muy novedoso, la paciente fue dada de alta al día siguiente de la intervención, ha podido incorporase a su actividad habitual. En estos momentos, algunos pacientes están en estudio para valorar la conveniencia de someterse a este procedimiento en sustitución de la cirugía convencional, que resulta mucho más agresiva y su recuperación también es más lenta.
El radiofármaco empleado para guiar la intervención ha sido macroagregados de albúmina marcado con tecnecio. El pasado año se llevó a cabo la primera intervención en este centro usando un radiofármaco también en recidiva de cáncer de tiroides, en esta ocasión yodo 131 (ahora ha sido preciso recurrir a otro marcador porque el organismo de la paciente no captaba esta última sustancia).
La patología tumoral tiroidea se trata habitualmente con yodo radiactivo, al que también se recurre para el diagnóstico, y en general los pacientes van bien. Por el contrario, un reducido número de enfermos no responde adecuadamente a las terapias convencionales y, para ellos, la cirugía radioguiada abre nuevas posibilidades sin necesidad de someterse a intervenciones agresivas. En este hospital se diagnostica anualmente alrededor de un centenar de cánceres de tiroides, de los que solo unos cuantos no responden al tratamiento tradicional con yodo radiactivo.
Las principales ventajas de realizar la cirugía radioguiada se relaciona con una menor agresión quirúrgica, ya que al conocer con precisión la ubicación del tumor se puede eliminar perfectamente a través de una pequeña incisión. El tiempo que se emplea en la intervención también se reduce, el enfermo tiene un mejor postoperatorio y además resulta más fácil el acceso al tumor en estas personas que suelen presentar fibrosis considerable a nivel del cuello por intervenciones previas.
Paciente
La paciente es una mujer de 32 años que cuando tenía 19 fue intervenida por carcinoma papilar de tiroides y ha sido operada de nuevo por presentar elevación de un marcador tumoral (tiroglobulina). La realización de un PET permitió identificar previamente la lesión (un ganglio de 7 milímetros). El caso se planteó en la subcomisión de tumores tiroideos del hospital y en él se decidió que esta nueva técnica sería la mejor opción.
La mujer solo precisó un día de hospitalización tras la intervención, que se desarrolló con éxito y en la que participó un equipo multidisciplinar formado por endocrinos, radiólogos, cirujanos, anatomopatólogos, médicos nucleares y oncólogos médicos y radioterápicos. En este comité, que lleva funcionando unos dos años, se presenta, valora y decide la actitud terapéutica de cada caso que se plantea de forma rutinaria.
Intervención
La operación consistió en inyectar el radiofármaco (bajo control ecográfico) que ayuda a localizar con exactitud la lesión (que no se ha extendido a otras zonas) mediante el empleo de una sonda de radiodetección para su posterior extirpación. Esta cirugía permite extraer únicamente el ganglio, sin afectación de los tejidos próximos, y confirmar después con la sonda que no queda actividad radiactiva en el cuello del paciente, señal de que la lesión se ha extirpado. Sin embargo, con la cirugía convencional se extirpa un volumen mayor para no dejar posibles restos y además es imposible corroborar que no se quedan células tumorales.
Los especialistas confían en que esta modalidad de cirugía radioguiada ofrezca nuevas posibilidades para el tratamiento de las recidivas de la enfermedad, especialmente cuando esta es localizada y no hay captación de yodo 131.El cáncer de tiroides, que se sitúa como el tumor endocrino más común y representa el 1% de los tumores detectados, aparece generalmente como nódulos en el cuello que en la mayoría de los casos no son cancerosos.
El uso de la cirugía orientada con un trazador radiactivo es habitual en otras enfermedades. Su indicación más generalizada en el centro cordobés es en biopsia selectiva de ganglio centinela en cáncer de mama y también se emplea en melanoma y en la localización de adenoma paratirodeo, fundamentalmente fuera del cuello.
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