Alrededor de doscientos pacientes se han beneficiado en el Hospital Univer-sitario Reina Sofía de una técnica de radiofrecuencia que usan los profesionales de la Unidad del Dolor Crónico para atender a pacientes con distintos tipos de dolor neruopático rebelde, especialmente indicada para quienes ya no resulta efectiva la medicación convencional.
Asi, esta terapéutica se sitúa en un paso intermedio entre el tratamiento con fármacos y bloqueos con anésticos locales –que son los de primera elección- y la neuroestimulación o la infusión intratecal –técnicas intervencionistas situadas en el último escalón a las que se recurre cuando el dolor es muy intenso y prolongado-. La Unidad del Dolor Crónico está adscrita al servicio de Anestesia del hospital.
El nuevo procedimiento, que se incluyó en la cartera de servicios del centro hace un año, permite reducir el dolor al menos a la mitad en alrededor del 70% de las personas tratadas –mujeres entre 40 y 50 años en su mayoría-. Entre las principales indicaciones figura la Neuralgia del Trigémino –patología que puede provocar intensos dolores faciales-, dolores de columna, hombro, algunos tipos de cefaleas e incluso el latigazo cervical.
Formación
Esta técnica se aplica en España desde hace unos años y en estos momentos la están incorporando diferentes hospitales públicos andaluces. En el complejo sanitario cordobés, el responsable de la Unidad del Dolor Crónico, Francisco Gómez Armenta, es el anestesista que aplica la radiofrecuencia después de formar-se en centros españoles pioneros en el tratamiento del dolor como Puerta del Hierro y la Clínica Universitaria de Pamplona.
El especialista explica que el procedimiento se lleva a cabo en quirófano, ba-jo anestesia local, y es una técnica mínimamente invasiva “que consiste en transmi-tir al paciente una corriente, a través de dos electrodos, que provoca calor en la zona a tratar para conseguir llegar hasta el nervio que lleva la información doloro-sa”. Esta modalidad terapéutica puede ser de dos tipos: continua (o termocoagula-ción), que destruye el tejido sobre el que se aplica, y también pulsada, que no elimina pero sí modula la conducción nerviosa aliviando el dolor durante unos 5 ó 6 meses.
El uso de la radiofrecuencia para eliminar o reducir el dolor no es lesivo y los efectos se perciben entre 10 y 15 después de someterse a ella. En este sentido, el anestesista asegura que “los pacientes se valoran un mes más tarde y, cuando la indicación es correcta, los resultados son bastante buenos”.
Sala de tratamiento
Además, en las dependencias de la Unidad del Dolor Crónico, ubicada en el Hospital Los Morales, se ha habilitado este año una nueva sala de tratamiento con cuatro sillones para pacientes con patologías que provocan dolor intenso y preci-san medicación intravenosa. En esta sala también se ha iniciado la aplicación de una nueva técnica conocida como ozonoterapia, que se puede combinar con la radiofrecuencia para tratar la fibromialgia, problemas articulares y hernias de disco, entre otras indicaciones.
Finalmente, la Consejería de Salud ha puesto en marcha el Plan Andaluz de Atención a Personas con Dolor que se estructura en seis grandes líneas estratégi-cas y 16 proyectos específicos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen y de sus allegados, al tiempo que impulsa la participación activa de la ciudadanía y de todos los profesionales sanitarios.

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