El delegado de Medio Ambiente en Córdoba, Luis Rey, ha manifestado en relación a la gasificadora por arco de plasma, que se pretende instalar en Belmez, que es el consistorio quien tiene la última palabra, ya que es quien tiene que conceder las distintas licencias y permisos para el inicio de los trabajos de construcción de la planta.
En cuanto a la concesión del certificado medioambiental integrado, Rey dijo que se ha concedido en base al proyecto presentado por la empresa, ya que cumple con los requisitos establecidos y añadió que Medio Ambiente ya no puede actuar más hasta que la planta esté construida, momento es el que se volvería a hacer un estudio, y si cumple todos los requisitos volvería a ser estudiada una vez que iniciase la actividad.
Las declaraciones del delegado vienen en un momento en el que la plataforma Guadiato sostenible, que se ha manifestado en contra de la implantación de esta gasificadora, sigue con la recogida de firmas en contra de su implantación.
Esto deja al equipo de gobierno belmezano con toda la responsabilidad de decidir si da los permisos para que esta empresa inicie la construcción de la planta o no dárselos, aunque ya ha hecho efectiva la venta a los terrenos a la empresa promotora
Representantes de Gerindato Morillo, empresa promotora de la planta gasificadora que se quiere implantar en Belmez, explicaron el proyecto a distintos colectivos ciudadanos el pasado mes de diciembre.
La inversión prevista es de 200 millones de euros uno de los proyectos más importantes en volumen económico que se va a desarrollar en España y en Portugal.
En cuanto a la generación de empleo está prevista que en la fase de construcción se creen de 300 a 500 empleos, para una vez que entre en funcionamiento consolide unos 300 puestos de trabajo a los que hay que añadir el empleo indirecto que generaría.
Sobre los plazos que se manejan desde la empresa es que la construcción de la planta tenga un plazo de ejecución de unos 24 meses.
Por lo que respecta a la construcción de la Minitérmica, a inicio del mes de marzo, se han llevado a cabo un total de cinco sondeos para recoger muestras, ver la potencia de la capa de residuos superficiales y reconocer a ciencia cierta a que profundidad esta el suelo natural sobre el que se edificará.

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