En otros tiempos, cuando las relaciones entre los adolescentes eran más difíciles, los jóvenes de Villaharta no perdían la ocasión de celebrar una fiesta o un baile. El día del café era una de estas ocasiones, se celebraba el día 13 de noviembre, festividad de San Diego. Las niñas llevaban a la fiesta dos tazas y las colocaban en la mesa juntas, los niños unos caramelos. Llegado el momento de comenzar a tomar el café (o chocolate en caso de los niños) los niños se sentaban delante de un par de tazas, de esta forma ya había elegido pareja con la dueña de las tazas. Unas veces acertaban en la elección de las tazas, otras no, pero ahí estaba la gracia de la fiesta y el juego inducía a hacer la trampa, de forma que los emparejamientos resultantes fueran los más deseados.
Es difícil mantener una tradición de este tipo hoy en día, cuando el motivo principal se ha perdido por completo (¡por suerte!) pero la gente de Villaharta no quiere perder esta bonita tradición que a más de uno o una seguramente les traerá buenos recuerdos de su niñez o su adolescencia.

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