24 de abril de 2022 | Infoguadiato
Espiel vuelve a celebrar su romería en honor a la Virgen de Estrella
El día 24 se llevó a cabo el traslado de la imagen de la Virgen de Estrella desde la ermita a la parroquia
Espiel vuelve a celebrar su romería
Espiel volvió a celebrar la romería de la Virgen de Estrella, tras dos años sin poderse haber celebrado debido a la pandemia de la Covid-19.
El 20 de abril tuvo lugar el pregón de romería a cargo de Pilar Martínez, quien centró su pregón en los aromas de la romería, utilizando la frase huele a romería.
El día 21 se procedió al traslado del estandarte de la Hermandad de Nuestra Señora de Estrella a la ermita.
El día 22 se procedió a la entrega del premio Acordes de poesía que ha cumplido su trigésima edición y la actuación de la Rondalla Coral espeleña.
El 23 de abril se celebró el Patatúm y la actuación de Ecos del Rocío en la caseta municipal.
El domingo 24 de abril, la jornada comenzó la jornada con la salida de carrozas y caballistas desde el paseo hasta la ermita, situada a 3 kilómetros de Espiel. Allí, tuvo lugar la ofrenda floral a la patrona y la misa, cantada por el Coro Romero Virgen de la Estrella.
A las seis y media de la tarde, hora fijada para la vuelta de la Virgen a la Iglesia, la imagen partía de la ermita, los hermanos de la virgen llevaron la imagen a su pueblo. La procesión se detuvo a descansar unos minutos en el puerto, desde donde se podía oír el repicar de campanas de la parroquia de San Sebastián, que anuncian que la Virgen se acerca al pueblo, tras esto llegaba a Espiel, donde la esperaba la agrupación musical Sierra del Castillo, y de ahí continuó su recorrido. Es dentro del pueblo donde se vivió el momento más emocionante de la fiesta, la reverencia donde se produce el encuentro de la Virgen con su hijo, que ha ido a recibirla. Ambos, iniciaron una marcha rápida, que pronto se tornó en carrera. Se hace un gran silencio sólo roto por el redoble del tambor. Los porteadores de las imágenes llegan unos frente a otros y arrodillándose los de adelante, consiguen que las dos figuras se fundan en un abrazo. Es la Reverencia. Son segundos de gran emoción: se ríe, se llora, la música lanza al viento los acordes del himno nacional, gritos, vivas a la Virgen, es la apoteosis a un gran acto.
Después del encuentro, se trasladó la virgen a la que será su casa durante los próximos seis meses.
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