La constructora Detea ha puesto fin a su historia tras 31 años de vida al presentar en el Juzgado Mercantil 1 de Sevilla la solicitud de liquidación. Tras cinco años cumpliendo el convenio de acreedores que firmó en 2015 y tras pagar casi 10 millones de euros a sus acreedores, Arturo Coloma, Presidente de Detea explica, que la compañía se ha visto obligada a solicitar la liquidación "como consecuencia de su incapacidad para atender los pagos comprometidos y el resto de obligaciones pendientes".

El convenio de acreedores de Detea fue aprobado en 2015 e incluía una quita media del 60% con un plazo de 10 años en 11 pagos desde 2015 hasta 2025. Tras la firma del convenio, la deuda de Detea ascendía a 17 millones de euros, de los que se han pagado 9 millones de euros, casi el 50% del total. El pago previsto para este año vencía el 30 de marzo y ascendía a 1,5 millones de euros, según informa la dirección de la compañía, que en 2011 llegó a facturar 57 millones de euros.
"El Covid-19 ha sido la puntilla y ha provocado una drástica reducción de nuestra actividad", apunta Coloma, quien lamenta que muchas obras en ejecución se han parado y otra prevista a medio largo plazo se han quedado stand by.

A pesar de estar seriamente perjudicada por el Covid-19, Detea no ha podido acogerse a la línea de créditos avalados por el ICO para paliar la situación del tejido empresarial al estar esa financiación vetada para empresas en concurso o, como ella, en cumplimiento de convenio.

Así las cosas, le ha sido imposible atender el pago el 30 de marzo de 1,5 millones de euros del convenio de acreedores. "En este escenario, se ha solicitado la liquidación judicial para evitar el mayor deterioro de los activos y consiguiente perjuicio a sus acreedores, cuyo pago se llevará a cabo de conformidad con la normativa concursal", explica la firma.

Esta empresa estaba realizando la obra de rehabilitación del ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo

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