En Córdoba convivieron más de 60.000 prisioneros y evadidos, que fueron clasificados a partir de 1938 en campos de concentración. La documentación está prácticamente extinta. Archivos cerrados, sin acceso, otros destruidos… Francisco Navarro López, doctor en Historia contemporánea de la Universidad de Córdoba, acaba de publicar un libro sobre este tema inédito, Cautivos en Córdoba (1938-1942)” (Letrame. Grupo Editorial). En el campo de concentración de Cabra, Navarro ha encontrado por primera vez fichas de mujeres presas. “Se han documentado mujeres sometidas a trabajos esclavos. Los guardas las obligaban a tejer en los barracones sin saber claramente cuál era su labor”, apunta a Público el investigador.
Navarro ha llegado a lo inédito. Ha contado las decenas de miles de cautivos que fueron obligados a realizar toda clase de trabajos en los batallones de trabajadores, especiales y disciplinarios, manteniéndose activos hasta 1942. “Los recintos donde estaban recluidos servían de amenaza a la gente por estar a la vista. Sabían donde podían acabar si no se adherían a la causa sublevada”, aclara en conversación a Público.