19 de septiembre de 2017 | Infoguadiato

El último trabajo de Encasur en Puertollano

Este es el último trabajo que se está desarrollando en el enorme cráter de la mina Emma de la explotación de Encasur a cielo abierto, un trabajo de restauración e integración del hueco final de explotación y el desmantelamiento de las instalaciones e infraestructuras anexas.

Estabilidad de taludes

El diseño del hueco final de la Mina Emma se hizo siguiendo criterios de integración morfológica y paisajística, por tanto, con ángulos de inclinación muy inferiores a los taludes de trabajo empleados en la fase de explotación. Posteriormente se realizó un análisis de estabilidad para comprobar que el coeficiente de seguridad era igual o superior a 1,2, tal y como se contempla en la normativa vigente. En el estudio geotécnico elaborado se consideraron los siguientes taludes:
— Talud Este. Es el talud resultante de la conformación de los bancos de trabajo durante la fase de producción, denominados bancos de avance.
— Talud Sur. Es el talud resultante de la conformación del muro de capa Tercera y del vertedero de la antigua explotación de La Extranjera sobre capa Primera.
— Talud de vertido. Es el talud resultante de la conformación del vertedero interior de la mina. Teniendo en cuenta sus características geométricas, en sus condiciones más desfavorables, el estudio concluyó que en todos los casos se obtenía un coeficiente de seguridad superior a 1,2.
Impermeabilización de las guías de carbón

Previo al conformado de todo el hueco final, se han impermeabilizado, con arcilla pizarrosa procedente de la explotación, las guías de las capas que quedaron aflorantes para asegurar que el agua de lluvia no entre en contacto con el carbón y no se contamine, permitiendo que se recoja y se canalice hacia los puntos más bajos del hueco final.
Esta actuación impedirá que el agua procedente de los minados antiguos aflore sobre la explotación y aunque su ph no es muy ácido (6,5-6,9), no habrá lugar para que se genere contaminación por mezcla de aguas una vez se deje de bombear desde el Pozo de San Elías para deprimir el actual nivel freático de carácter antrópico.
Las aguas de lluvia han sido conducidas, mediante cunetas proyectadas sobre las bermas de taludes, al fondo de la explotación sobre la cual se generará un humedal estacionario que permitirá el desarrollo de especies animales y vegetales acuáticas.
Trabajos sobre taludes y plataformas

En los taludes correspondientes al hueco final y en algunos de los taludes de mayor pendiente de la zona sur del vertedero interior, con carácter previo a los trabajos de reconstrucción estabilizada del suelo se han acometido unas labores previas de conformación con el fin de que la geometría final de los mismos resulte lo más natural posible. Para ello fue necesario romper las alineaciones rectas de pie y cabeza de banco, eliminar las plataformas horizontales correspondientes a las bermas y dar continuidad a las superficies. En definitiva, se trataba de eliminar totalmente cualquier elemento geométrico que pudiera recordar la intervención humana.
En el caso de los vertederos esto se consiguió empujando con buldócer los materiales situados en la cabeza de cada banco para llevarlos al pie. Repitiendo este proceso desde los niveles inferiores a los superiores y compensando los volúmenes empujados con los depositados, se obtuvo finalmente una superficie continua con una pendiente igual a la del talud general de vertido. En el caso de los bancos de avance, donde el tractor no pudo arrancar los materiales, fue necesario realizar previamente voladuras de descabezamiento en su parte superior.
El resto de la operación fue idéntica a la ya descrita para los vertederos. En total se han excavado y vertido 2,5 MM de m3 y se han conformado 200 ha de taludes y 100 ha de plataformas.
Con estos trabajos de conformado se ha evolucionado de taludes con pendientes de 45º (taludes de excavación norte, sur y este) y 33º (talud de vertido oeste) a taludes con pendientes que oscilan entre los 16 y 22º que permiten realizar trabajos agrícolas de siembra y plantaciones de especies herbáceas y arbustivas y posibilitan la generación de escorrentías poco erosivas, evitándose la formación de grandes cárcavas.
Construcción de infraestructuras

Para asegurar la estabilidad de los taludes finales ha sido preciso construir, al pie de cada talud, cunetas de guarda para recogida de las aguas de escorrentía. También se han conformado bajantes para conducir el agua de las cunetas hacia el fondo de la mina. Adicionalmente está previsto realizar surcos paralelos a las curvas de nivel, cada 2,5 m, en los taludes definitivos de restauración para evitar la erosión provocada por el agua de escorrentía.
Actuaciones ambientales

Esta opción se realiza con un tractor de cadenas con una anchura no superior a los 3 m al que se le acopla en el ripper un arado similar a los utilizados en labores agrícolas, con vertederas en forma triangular, que permiten realizar el surco con un ancho de unos 50 cm y con una profundidad de unos 30 cm. Es muy importante conseguir una forma final del surco triangular para lograr frenar la energía del agua de escorrentía y conseguir que dicha agua no se acumule formando balsas perjudiciales para la vegetación.

Procesos de revegetación en plataformas y laderas


Los trabajos agrícolas que se realizarán en la última parcela superficial, una vez conformada, son los aprobados en la revisión del “Plan para el Desarrollo de la Explotación y Restauración de Mina Emma, dentro del ámbito geográfico de la Reserva Puertollano, para el período 2006–2025”.
En primer lugar, se procede a realizar un acondicionamiento mecánico del material superficial, con los siguientes trabajos:
— Subsolado: con subsolador agrícola hidroneumático, arrastrado por tractor agrícola de doble tracción, para la rotura de terrones y la liberación de las piedras contenidas en los bloques aterronados.
— Arado: con arado tipo chiesel para esponjar el suelo. Este trabajo se realiza con tractor agrícola. A continuación se realizan los trabajos de revegetación necesarios para dar por restaurados los terrenos. Se realizan tres campañas agrícolas con el fin de dejar el suelo en unas condiciones de productividad iguales o superiores a las del suelo inicial y de acuerdo a la sistemática ya probada.
Los trabajos agrícolas a realizar son los siguientes:
— Primera campaña: • Abonado: 900 kg/ha tipo complejo 8-15-15 (N-P-K) soluble en agua a granel. Es el mejor para garantizar que el cereal arraigue en el nuevo suelo. • Siembra de trigo: 200 kg/ha. • Tratamientos fitosanitarios y herbicidas. • Recolección (si procede). • Pastoreo de la rastrojera o enterramiento de la misma (si procede).
— Segunda campaña: • Laboreo y enterrado de restos de cosechas. • Despedregado. • Abonado: 500 kg/ha del complejo 8-15-15 (N-P-K). • Siembra de cebada: 200 kg/ha. • Siega (si procede). • Laboreo y enterrado de los restos de cosecha.
— Tercera campaña: • Laboreo y enterrado de restos de cosechas. • Despedregado. • Abonado: 250 kg/ha del complejo 8-15-15 (N-P-K). • Siembra de trigo: 200 kg/ha. • Siega (si procede). • Laboreo y enterrado de los restos de cosecha.
Una vez finalizada la tercera campaña agrícola, el terreno puede considerarse como restaurado, cumpliendo así todas las prescripciones establecidas por la Administración. En las zonas de laderas conformadas se plantarán especies arbóreas y arbustivas autóctonas con el fin de incrementar el valor ecológico de las superficies restauradas. La densidad de especies será análoga a la del entorno de 15 pies por hectárea.
La experiencia acumulada por ENCASUR ha demostrado que las variedades más recomendables son la encina, quejigo, pino piñonero, jara y retama. La superficie de ladera sobre la que se plantarán los árboles será de 164 ha, siendo necesarias un total de 2.455 unidades.
Hidrosiembra de taludes

La hidrosiembra consiste en la proyección a gran presión sobre la superficie del terreno de una suspensión homogénea de agua y semillas con otros aditivos opcionales (fertilizantes, mulch o protector del suelo y estabilizadores químicos) para fijar las semillas al terreno y evitar pérdidas por efectos del viento, de la escorrentía o por gravedad.
Esta técnica está especialmente indicada para superficies de gran pendiente, terrenos poco consolidados y espacios inaccesibles a la maquinaria tradicional. Se realiza con una hidrosembradora que consiste, básicamente, en una camión o remolque al que se acopla una cisterna metálica con un agitador en su interior, para mezclar los componentes de la hidrosiembra, un equipo motobomba de circuito cerrado y un cañón hidráulico dirigible a través del cual se proyecta la mezcla. Las dosis de aplicación varían de 2 a 4 l/m2 . Generalmente la cantidad de sólidos en suspensión que las hidrosembradoras admiten en la mezcla oscila entre el 10 y el 15%, pero en zonas de mucha pendiente (>30%), en zonas carentes de tierra vegetal y expuestas a solana o con graves problemas de estabilidad, es necesario aumentar las dosis de estabilizador y mulch. En estos casos la cantidad de materiales que es necesario aplicar obliga a incrementar los sólidos por encima de este rango y la hidrosiembra debe realizarse en dos o más pasadas; la primera incorporando las semillas y los fertilizantes y en el resto el mulch y estabilizador, debiendo ser de baja solubilidad o de liberación lenta.

Para terraplenes y zonas llanas solo se ha efectuado una fase de hidrosiembra mientras que en los desmontes expuestos a la umbría o con ángulos de talud menores a 21º, se han realizado dos fases de hidrosiembra y en los desmontes expuestos a solana o a pendientes superiores a 21º, tres fases de hidrosiembra.
Las semillas empleadas han sido una mezcla estándar para zonas cálidas y con una dosificación de 25 gr/m2 a base de:
— Medicago Sativa 15%.
— Agropirum Intermedium 10%.
— Lolium Rigidum 30%.
— Melilotus Officinalis 25%.
— Trébol de Alejandría 10%.
— Vicia Villosa 10%.
El resto de los componentes han sido:
— Fase 1 • Agua 2 l/m2 • Estabilizador 5 g/m2 • Mulch 60 g/m2 . • Abono complejo 30 gr/m2 . — Fase 2 y sucesivas • Agua 2 l/m2 . • Estabilizador 5 g/m2 . • Mulch 40 g/m2 .
Finalmente también será necesario desmantelar y rehabilitar todas las zonas ocupadas por las instalaciones e infraestructuras anexas: — Planta de tratamiento y lavadero de medios densos.
— Área de servicio.
— Oficinas generales.
— Infraestructuras.
Como experiencia previa a esta actuación, a finales de 2012 se procedió al desmantelamiento del cargadero de carbón sobre ferrocarril en la estación de La Nava, a la valorización de los residuos inertes generados y al tratamiento con gestores autorizados de los residuos peligrosos (amianto).
Esta infraestructura se construyó en 1984 para facilitar los envíos de carbón a las centrales térmicas de Puente Nuevo (Espiel, Córdoba) y Litoral (Carboneras, Almería) y estaba compuesta por una cinta transportadora, dos silos de carbón, báscula, sala de mando y control y un centro de transformación.
Para su ejecución fue necesaria la obtención de permisos especiales, a gestionar con la Inspección de Trabajo, para evitar el riesgo de exposición a fibras con amianto; con la Guardia Civil de Tráfico para desmontar el tramo de cinta situado en la vertical de la N-420 y con ADIF, para la retirada de las tolvas de almacenamiento por su cercanía al trazado del AVE. Desmantelamiento de las instalaciones de tratamiento de carbones Estas instalaciones están compuestas por:
— Lavadero de carbones.
— Planta de trituración, molienda y clasificación.
— Báscula de recepción y expedición de carbón.
— Nave taller con puente grúa de 8 t de capacidad y 343 m2 de superficie, dotado de máquinas herramientas, equipos de soldadura y compresores.
— Balsa de agua bruta, que se alimenta desde el pozo minero San Elías.
— Balsa de recogida de aguas pluviales.
— Edificio de vestuarios de 180 m2 con agua caliente y calefacción.
— Edificio de laboratorio y supervisión de 275 m2 con agua caliente y calefacción.
— Parques de almacenamiento de carbón bruto.
— Parques de almacenamiento de carbón vendible.
De forma resumida, se procederá al desmontaje y retirada de todas las instalaciones anteriormente citadas, incluyendo elementos tales como motores, cableados, maquinaria, depósitos, instalaciones periféricas y auxiliares.
También se contempla la demolición de los edificios, cimentaciones y estructuras y el relleno de tierras de forma que el terreno quede perfectamente conformado.

Desmantelamiento del área de servicio, oficinas generales e infraestructuras

El área de servicio está compuestas por:
— Estación de servicio.
— Talleres.
— Almacén y oficinas.
— Estación de lavado.
— Nave de neumáticos.
— Vestuarios.
— Estación de servicio de combustibles.
— Nave agrícola y de sondeo.
— Planta de tratamiento de agua.
— Aparcamientos.
— Área de servicio de empresas auxiliares.
Las oficinas generales por:
— Edificio de oficinas.
— Aparcamientos.
— Pozo de agua potable.
Las infraestructuras por:
— Centros de transformación.
— Líneas eléctricas en alta tensión (45 KV, 15 kV y 5 kV).
— Báculos de iluminación
. — Líneas de fibra óptica.
— Instalación de videovigilancia.
— Conducciones de agua potable de polietileno de 63 mm.
— Conducciones de agua industrial de fibrocemento de 30 mm, de PVC de 250 mm y polietileno de 36 mm.
— Conducciones de agua clarificada de fibrocemento de 110 mm y PVC de 125 mm.
— Pozo San Elías.
— Caseta de guardería, de dimensiones 6 x 4 m y 2,5 m altura.
La estructura es metálica, la cubierta a un agua y el cerramiento exterior están ejecutados en hormigón y fábrica de ladrillo.
De forma resumida, se procederá al desmontaje y retirada de todas las instalaciones anteriormente citadas, incluyendo elementos tales como motores, cableados, maquinaria, depósitos, instalaciones periféricas y auxiliares.
También se contempla la demolición de los edificios, cimentaciones y estructuras y el relleno de tierras de forma que el terreno quede perfectamente conformado, si bien para los primeros cabría la opción de ponerlos en valor mediante su venta o cesión.

Residuos mineros

En el Centro Minero de Puertollano no se ha identificado la generación de residuos mineros peligrosos.
Desde que comenzó su actividad en 1976 no se ha detectado la presencia de ningún elemento químico que por su concentración pudiera generar riesgos Puertollano (Ciudad Real)
El único elemento a tener en cuenta es el azufre, cuyo contenido en las capas de carbón es bajo, no superando el 1% como media.
Esto concuerda con los valores de pH obtenido en las aguas que se recogen en el fondo de mina, próximos a la neutralidad, por lo que se deduce que no existen materiales que supongan riesgos significativos de acidez o alcalinidad.
Se han identificado cuatro tipos de residuos según su naturaleza y proceso que los originan:
— Estériles de mina generados en la explotación y empleados en su totalidad en el relleno de los vertederos.
— Estériles de grano medio generados como rechazo del proceso de trituración, lavado y clasificación en las Instalaciones de Tratamiento de Carbón.
— Estériles de grano fino húmedos generados como rechazo del proceso de trituración, lavado y clasificación en las Instalaciones de Tratamiento de Carbón (tortas de filtros-prensa, filtros-banda, etc.).
— Lodos de estériles de grano fino procedente de los vaciados esporádicos de tanques espesadores de las Instalaciones de Tratamiento de Carbón, todos ellos se han clasificado como inertes y, por tanto, ninguno de ellos ha requerido tratamiento previo a su gestión y eliminación, salvo los procedentes del vaciado de los tanques espesadores. Estos lodos se depositaban en una balsa para su desecación por sedimentación, drenaje y evaporación, previo a su vertido final en el hueco de mina.
La autoridad minera no ha identificado en el Centro Minero de Puertollano instalaciones de residuos mineros al haberse depositado los residuos mineros inertes (estériles de mina) en las diferentes escombreras habilitadas por un lado y al haberse limpiado las balsas de decantación (lodos de grano fino) con periodicidad anual.
La mencionada Balsa de Lodos será rellenada con material inerte y posteriormente cubierta con una capa de 50 cm de tierra vegetal y revegetada para convertirla en un pastizal.

La llegada de ENCASUR a la cuenca minera de Puertollano


En septiembre de 1971, el Instituto Nacional de Industria (INI) encargó a la Empresa Nacional Adaro de Investigaciones Mineras S.A. (ENADIMSA) la realización de un informe sobre la posibilidad de explotar a cielo abierto las zonas vírgenes de la cuenca carbonífera de Puertollano que quedaran dentro del patrimonio minero de Hulleras del Centro S.A. (HUCESA) cuando esta sociedad, en virtud de los acuerdos con la Administración, terminara su actividad de minería de subterránea.
Ante la perspectiva de cierre de la minería de interior, por Acuerdo del Consejo de Ministros de 20 de junio de 1975, se encomendó a la Empresa Nacional Carbonífera del Sur S.A. (ENCASUR) la explotación a cielo abierto de la zona suroeste de esta cuenca, con el objetivo de suministrar combustible a la central térmica de Puertollano (propiedad de la Compañía Sevillana de Electricidad S.A).
De esta manera, ENCASUR venía a emular a su predecesora, la SMMP, en su expansión desde la cuenca carbonífera del Guadiato (Córdoba) a la de Puertollano (Ciudad Real): la SMMP nació en Peñarroya en 1881 y amplió su campo de actuación a Puertollano en 1914, mientras que ENCASUR se fundó, también en Peñarroya, en 1961 e inició su actividad en Puertollano en 1976.
En agosto de 1976 dieron comienzo los trabajos de explotación de la Mina Emma mediante contrata, siendo al año siguiente cuando se incorporaron los primeros equipos propios de movimiento de tierras.
Las ventas de carbón
Hasta el año 1992 las ventas se situaron en el entorno de las 600.000-700.000 t/año con destino, principalmente, a las centrales térmicas de Puertollano y Puente Nuevo (Espiel, Córdoba).
En el período 1993-1998 la regulación del consumo de los carbones nacionales motivó la suspensión de los envíos a la central térmica de Puente Nuevo y las ventas se redujeran a 480.000 t/año.
La entrada en funcionamiento de la central térmica GICC de Puertollano en 1999 (propiedad de ELCOGAS), con tres años de retraso, posibilitó que las ventas anuales se incrementaran hasta las 800.000 toneladas en el período 1999-2007 (480.000 toneladas a la térmica de Puertollano y 320.000 toneladas a la de ELCOGAS).
En los años 2008 y 2009 las ventas disminuyeron a 600.000 t/año debido a la disminución en las compras por parte de ELCOGAS (al no haber cubierto las expectativas iniciales de consumo) y la progresiva reducción de los suministros a la central térmica de Puertollano (interrumpidos en 2009 por restricciones medioambientales al no haber sido adaptada esta instalación a la nueva legislación sobre emisiones).
En 2009 la disminución del denominado hueco térmico en la generación eléctrica (parte de la demanda de energía eléctrica generada con combustibles fósiles) y la drástica reducción de los suministros de carbón autóctono a las empresas eléctricas, provocaron la creación a cargo del regulador del denominado “Almacenamiento Estratégico Temporal de Carbón Autóctono” (AETC).
A través de este mecanismo la empresa estatal Hulleras del Norte S.A. (HUNOSA) se encargó de la compra de carbón y de la gestión de su almacenamiento en los parques de los centros mineros, con el objetivo de permitir el funcionamiento normal de las empresas mineras en espera de un mercado eléctrico más favorable.
Esta solución tan solo duró 9 meses, hasta el 31 de marzo de 2010, momento en el que se empezó a negociar entre las partes afectadas (sindicatos, patronal y gobierno) un nuevo mecanismo de consumo de carbón autóctono, que se materializó en el RD 134/2010, de 12 de febrero, por el que se establece el procedimiento de resolución de restricciones por garantía de suministro y que no entró en vigor hasta enero de 2011.
Esta situación de “indefinición regulatoria” fue la causante de que en el año 2010 las ventas se situaran por vez primera por debajo de las 400.000 toneladas.
En su período de vigencia (2011-2014) se vendieron 500.000 t/año a las centrales térmicas de Puente Nuevo (en sustitución de la de Puertollano) y de ELCOGAS.
La finalización de la actividad extractiva La ausencia de una regulación específica que primara la venta de carbón nacional a partir de 2015 y la falta de clientes con perspectivas de continuidad futura derivada de una disminución estructural del hueco térmico, motivó la decisión de la empresa de acometer el cierre de Mina Emma el 31 de diciembre de 2015, acogiéndose al marco regulatorio establecido por la Decisión 787/UE 2010 que fija las ayudas del Estado para la minería no competitiva que cierre con anterioridad al término de 2018.
En estos 39 años se han producido 24,9 MM t de carbón y se han movido 350,7 MM m3 de estéril (ratio 14,1 m3 estéril/t vendible de carbón). A diferencia de ENCASUR en el Guadiato, donde las características de la cuenca y la dispersión de los yacimientos condicionó su crecimiento, ENCASUR en Puertollano renació inventada, equilibrada desde el principio, con una sola explotación, una sola manera de hacer y de trabajar, un solo equipo y un solo objetivo, siendo también pioneros en materia de restauración medioambiental y así se ha mantenido a lo largo del tiempo.

Antecedentes históricos de la cuenca minera de Puertollano

La cuenca carbonífera de Puertollano fue descubierta en junio de 1873 por ingenieros de la sociedad minera Loring, Heredia y Larios que, de regreso de unos trabajos de investigación en el Valle de Alcudia, encontraron rocas con fósiles carboníferos en la escombrera de un pozo de agua situado en el valle del río Ojailén.
En esa época, esta sociedad tenía en arrendamiento varias concesiones mineras en la cuenca carbonífera del valle del Guadiato (Córdoba).
Las concesiones mineras empezaron a registrarse a finales de 1873 (la primera fue “La Extranjera”) hasta un total de 150 aproximadamente, además de las demasías generadas posteriormente en los espacios francos no ocupados.
La primera explotación en entrar en producción fue la mina Asdrúbal en el año 1879. Desde 1883 comenzó a regularizarse la producción de carbón subterráneo en la zona central de la cuenca y preferentemente en el denominado óvalo sur.
Desde el primer momento la actividad minera iniciada en Puertollano atrajo capital nacional e internacional para la puesta en funcionamiento de diferentes explotaciones, gracias a la favorable legislación minera de 1868.
La Sociedad Escombrera Bleyberg fue la primera gran empresa de carbón en Puertollano, después la hegemonía la alcanzaría otra sociedad francesa de nombre Societé Charbonnages de Puertollano, hasta que en 1914 la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (SMMP), también de capital francés, y que ya operaba en la cuenca del Guadiato desde el siglo anterior, se hizo con la mayoría de las concesiones y explotaciones hasta alcanzar el 80% de la superficie de la cuenca.
La baja calidad del carbón en comparación con el importado y la falta de medios de transporte que posibilitaran su acceso a otros mercados, provocaron que la producción se estabilizara alrededor de las 300.000 t/año en el período de 1899 a 1913.
En este año las minas ocupaban a unos 2.000 mineros.

Las dificultades para la importación del carbón derivadas de la primera Guerra Mundial favorecieron el desarrollo de la minería puertollanense, alcanzándose, en 1918, una producción cercana al millón de toneladas con una ocupación de 5.000 mineros.
Por esta época se descubrieron los niveles de pizarras bituminosas situados entre las capas cuarta y quinta de carbón.
En 1917 la SMMP construyó una destilería de pizarras bituminosas que permitía obtener diferentes productos que hoy en día derivan del petróleo. Esta instalación permaneció en funcionamiento hasta 1955.
Durante los años veinte del siglo XX de nuevo las limitaciones de la calidad del carbón y del transporte produjeron una crisis que provocó la caída de la producción a medio millón de toneladas anuales. Para compensarlo la SMMP construyó, en 1926, una central termoeléctrica de 6,4 megavatios de potencia para la generación de energía eléctrica con los peores carbones de la cuenca. Esta situación de crisis afectó a las empresas minoritarias y se prolongó hasta 1935 con producciones anuales en torno a 350.000 toneladas.
La Guerra Civil y la autarquía Durante la Guerra Civil la producción de carbón experimentó un ligero aumento para compensar la disminución del carbón procedente de las cuencas del norte en el mercado de Madrid.
Finalizada la contienda nacional y favorecida por la política de autarquía, la actividad minera de Puertollano tuvo un período de fuerte expansión que duró hasta finales de los años cincuenta.
Durante esta época la extracción y aprovechamiento de las pizarras bituminosas se realizaron por la Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO) que construyó en los años cuarenta una planta para su aprovechamiento, origen del actual complejo petroquímico.
En estos años se alcanzaron producciones anuales de millón y medio de toneladas de carbón más pizarras con un empleo cercano a los 6.000 mineros.
A finales de los años sesenta, desechada la propuesta de una solución similar a la de la cuenca del Guadiato (origen de la creación de ENCASUR), la SMMP sugirió al Gobierno la conveniencia de constituir una sociedad exclusivamente carbonera que, con la ayuda del Ministerio de Hacienda, acometiera la reestructuración de la cuenca para reducir el impacto negativo que el cierre de la minería de interior podría producir en la comarca de Puertollano. Así, en 1969, se creó la entidad Hulleras del Centro S.A. (HUCESA) que heredó las propiedades de la SMMP en la cuenca de Puertollano, aprobando el Consejo de Ministros, en su reunión de 27 de noviembre de 1970, el plan de cierre de las minas de carbón en un plazo de cinco años.
Por tanto, la sustitución del carbón y las pizarras por otras materias primas más rentables originó el declive de la minería de Puertollano en el período 1960-1975.
Las minas de pizarra bituminosa se cerraron en 1966 y las minas subterráneas de carbón en 1975, a pesar de la puesta en marcha en 1972 de una central termoeléctrica de 220 MW por parte de la Compañía Sevillana de Electricidad S.A.
La excepción la constituyó la sociedad cooperativa La Batosa, que explotó la mina “Nuestra Señora de Lourdes” hasta principios de 1992 por minería subterránea, siendo el último vestigio de la minería subterránea y tradicional en Puertollano. Publicado en la Voz de Puertollano
 
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