La Junta de Andalucía ha dado los primeros pasas para la declaración del pozo María, ubicado en el término de Fuente Obejuna, como Bien de Interés Cultural (BIC), una figura que aseguraría su conservación tras la venta de la antigua infraestructura minera a un particular por parte de Encasur. Fuentes consultadas dijeron, no obstante, que los nuevos propietarios habrían impedido hasta en cuatro ocasiones el acceso al pozo a los técnicos de la Delegación de Cultura que trabajan en el expediente.
La operación de venta, cerrada en abril, afecta a los pozos María y Belmez y a la cota Cervantes, ubicados en los términos municipales de Fuente Obejuna y Belmez, y detrás de esta operación se encontraría el desmontaje de las instalaciones para su venta como chatarra. La medida choca frontalmente con la pretensión de estos municipios, volcados en construir en torno a su esplendoroso pasado industrial una oferta turística sólida. El alcalde de Peñarroya-Pueblonuevo e integrante de la Fundación Cuenca Minera del Guadiato, José Ignacio Expósito (PSOE), subrayó que las administraciones "están haciendo las gestiones oportunas para evitar la pérdida de este patrimonio minero" tras la imposibilidad de paralizar la venta.
De ahí la solicitud a la Junta de Andalucía de la declaración como BIC, lo que obligaría a que el nuevo propietario "esté obligado al mantenimiento de los castilletes". "Hemos insistido a los técnicos que tramiten el expediente a la mayor brevedad posible para que al menos no perdamos estos elementos que son representativos de nuestra historia y de nuestro pasado reciente", destacó Expósito.
El alcalde de Belmez, José Porras (PSOE), manifestó igualmente que la venta por parte de Encasur les pilló "por sorpresa" cuando el Ayuntamiento "intentaba cerrar una reunión" con la antigua propietaria. "A partir de ahora, lucharemos por que el patrimonio minero no se pierda y pueda caer en manos de un cualquiera", lamentó.
En 2005, Encasur cerraba definitivamente las instalaciones del pozo María, que se abrió a principios de los 90. Con esta decisión, la empresa abandonaba el Alto Guadiato. El pozo cuenta con un castillete singular y único en la minería de España porque contiene una polea denominada Koeppe, que es un cable continuo. Semanas más tarde, se ponía a la venta el pozo Belmez por un precio de salida de 367.0000 euros. Construido por Encasur, en 1979 se inició su explotación y dispone de 325 metros de profundidad. Cuenta con un castillete metálico de hierro, en muy buen estado, que conserva poleas, cabestrante y las dos jaulas. Dicho castillete procede del pozo número tres, que se encontraba en la zona minera de La Terrible en Peñarroya-Pueblonuevo, donde se utilizó para la extracción de carbón hasta 1973.

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