10 de mayo de 2016 | Aurelio Romero Serrano
El Café Español y los “Rosablanca”
LOS “ROSABLANCA”, COMO FAMILIA, ESTÁN ÍNTIMAMENTE CONECTADOS CON LA HISTORIA DE VILLANUEVA DEL REY (CÓRDOBA), LA CALLE REAL Y LA HOSTELERÍA
El hoy llamado Restaurante Café Español se abría hace 108 años, en 1908, a la vuelta del siglo XIX, en pleno desarrollo de la arquitectura y el diseño modernista y con Barcelona como foco del desarrollo industrial. Todo ha ido conectándose en este más de un siglo hasta llegar a la segunda edición del Premio “Rosablanca” de Fotografía 2016.
Los “Rosablanca”, como familia, están íntimamente conectados con la historia de Villanueva del Rey (Córdoba), la calle Real y la hostelería. También con la vida municipal, para la que uno de los hermanos “Rosablanca”, Antonio Romero Fernández, dedicó muchos de sus años como alguacil. El otro punto de encuentro es el Café Español, hoy convertido en un renombrado restaurante. En ese café de la calle Real, justo enfrente del nuevo Ayuntamiento de la localidad, el hermano de Antonio, Francisco, supo construir un punto de encuentro a lo largo de muchas décadas: café, comedor a veces, tele club después, salón de bodas y, sobre todo, salón de bailes en la primera planta.
Una estrecha escalera sube desde el interior del café hasta ese piso superior, en el que los días festivos el baile era la principal atracción. Al pié de la escalera, junto a la antigua barra, Antonio, el hermano de Francisco, cortaba las entradas siempre con una rosa blanca en la solapa de la chaqueta, tan blanca como su ropa de trabajo en la panadería durante otra etapa de su vida. Antonio dejó a algunos de sus hijos el afán y el oficio de panadero y Francisco a varios de sus sobrinos la vocación y el oficio de camarero. El Café Español fue esa escuela para cuatro generaciones seguidas, que han ido introduciendo el cambio más importante de los últimos años: la restauración.
Antonio le dio a su hermano Francisco hijos para la actividad del Café y Francisco estuvo presente en sus vidas durante muchos años, sobre todo en los peores momentos de estos largos cien años.
El Premio “Rosablanca” de Fotografía es un homenaje a esos dos hermanos, ciudadanos de Villanueva del Rey, que fueron a su vez padre, tíos, abuelo, hija e hijos y sobrinos de un empeño vestido de chaleco gris y una flor blanca en el ojal los días de baile.
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