En la tarde del día 26 de diciembre, en las instalaciones del Restaurante “Estación de Servicio”, antiguos alumnos del colegio San José de Calasanz de los años 74/77, homenajeaban a sus queridos “maestros de escuela”, don Juan y doña Marisa; doña Marisa y don Juan.
Después de varios intentos que no cuajaron y de unos meses de preparación, el grupo de antiguos alumnos se vieron reunidos esa noche para homenajear a dos personas que marcaron su infancia y adolescencia.
El comienzo fue por sorpresa, ya que los homenajeados no sabían nada de lo que esa noche iba a depararles. Cuando entraron al salón, los aplausos rompieron el silencio y muchas lágrimas aparecieron en escena, dando rienda suelta a la emoción y la alegría.
Después de efusivos saludos a los presentes, palabras de agradecimiento por parte de los “maestros” fueron preludio para comenzar la cena.
En animada charla, comiendo y bebiendo se llegó al término de la fiesta, donde después de unas palabras de agradecimiento a esas magníficas personas, se les entregaron regalos a los homenajeados(placas y otros), para conmemorar esa fantástica noche de celebración. Sus hijos les tenían preparado un video reportaje, que hizo que las lágrimas fueran protagonistas del momento.
Siempre recorrió la sombra sobre el evento que después de cuarenta años,había pasado demasiado tiempo, pero como el buen vino, el tiempo sólo ha hecho prevalecer la fuerza, el carisma y la impronta que estos dos maestros dejaron en las vidas de sus alumnos y que a lo largo de este tiempo ha seguido indeleble en sus corazones.
El saber que en todos estos años no se ha borrado esa marca, que al final y más vale tarde que nunca, se homenajeó a nuestros queridos profesores, don Juan y doña Marisa, doña Marisa y don Juan, que tanto monta, monta tanto,da una idea del calado de esta pareja de MAESTROS (con mayúsculas). Que seguro han dedicado su tiempo de enseñanza a todos sus alumnos, igual que se lo dedicaron a este grupo de los años 74/77, poniendo toda su pasión y cariño.
Todos los allí reunidos y los que no pudieron asistir, por la distancia, por trabajo o cualquier otra razón, estábamos de acuerdo sin lugar a dudas, que este merecidísimo homenaje que les ofrecimos a nuestros queridos profesores de EGB, sería uno de los momentos más entrañables que recordaremos en nuestra vida y espero que para ellosy sus hijos, sea exactamente igual.
Todos los presentes y ausentes ese día, desearon como siempre lo han sentido, que la felicidad en la vida de estos maestros y en la de su familia, sea el día a día para todos ellos y que el recuerdo de sus “niños de 53 años”(Como dice Rafael Pozo) siempre los acompañe.
Don Juan, doña Marisa, doña Marisa, don Juan, muchas gracias por su dedicación, su labor no ha caído nunca en saco roto y por eso, este grupo de antiguos alumnos, preparó este acto para recordárselo. Un fraternal abrazo de todos para ustedes.

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