30 de marzo de 2015 | Joaquín Rayego Gutiérrez

Elisabeth Pintado, una peñarriblense a la sombra de la Giralda

DE LOS POCOS GALARDONES DE QUE ELIZABETH PRESUME UNO ES EL HABER NACIDO EN PEÑARROYA-PUEBLONUEVO; EL OTRO, EL DE SER HIJA DE D. FLORENCIO PINTADO

D. Florencio y Elizabeth
D. Florencio y Elizabeth
Sucede que, en ocasiones, alguien nos sale al encuentro y nos impone su presencia más allá de la mera casualidad. Lo mismo ocurre cuando admiramos un cuadro, nos interesamos por un libro, o proyectamos nuestra curiosidad sobre la página en blanco con la que se abre una biografía.
De Elizabeth─ así, a secas─ me llegaron noticias en su tiempo: era una joven luchadora, plena de confianza y de una gran personalidad.
─ ¿Qué no conoces a Elizabeth? Pues la deberías conocer. Es una de esas profesoras que se deja la piel en el intento─, me dice mi amigo Nono, con esa alegría de ánimo que en él es ya habitual.
Pasan rápidos los días y de nuevo la casualidad viene a llamar a mi puerta: Alejandro, un joven alumno de Medicina, me pinta en cálidos trazos la figura y personalidad de su admirada profesora.
Su e- mail, como su currículum, son fáciles de conseguir: Premio Extraordinario del Doctorado y Sobresaliente “Cum Laude”; Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Medicina, de Sevilla; experta investigadora de la causa del retraso mental hereditario más frecuente: el Síndrome del X frágil; etc…
Sin dejar pasar más de un día ─que ése me levanté con el pie izquierdo─ me dispuse a escribir, presentándome como paisano, para pedir a Elizabeth Pintado una “interviú”.
Cualquiera podría pensar que quien a tanto se atreve es psicólogo, pedagogo, o periodista; alguien que muestra interés por las leyes de la herencia; o posiblemente un loco. Pues no...
Me presento a usted como alguien que imaginó alegrar las pajarillas a sus paisanos, o que quizás pensó en cómo se le caería la baba a aquel sabio tan parecidísimo a Einstein de haber visto a su hija ─ ¡Una mujer..! ─ rebasar en mucho las mejores de sus expectativas:
─No soy una persona pública, ni notable, ni tengo nada que ver con la política…
Nos vemos en El Corte Inglés, “puerta de salida al Duque”, donde quedamos citados los que somos de pueblo. Me reconocerás porque llevo en la mano un libro que homenajea a mi padre, y que te pensaba regalar…
Como la impaciencia puso alas a mis pies, y me hizo llegar antes de tiempo, no se me ha pasado por alto la alegría de anotar que la primavera se adentra ya por las esquinas, que sobra el jersey, y que hay un montón de mujeres que leen, y que llevan un libro bajo el brazo, que nada tienen que ver con la joven sonriente que se dirige hacia mí.
No es una de esas pensativas musas de nuestro Romero de Torres, como la podríais imaginar; que mejor podría pasar por una de esas elegantes que pintaba Eduardo García Benito en las páginas de “Vogue”: rubia, juvenil, risueña y de expresivos ojos azules.
Que en la viveza de unos ojos también están convocados los duendes y trazados los vaivenes de una gran personalidad.
Que no todo es seriedad, ni es adelanto y progreso; también es necesario retroceder, saberse parte de otros, y rama de ese árbol viejo que nos ha visto crecer.
Que se me olvidaba decir que, de los pocos galardones de que Elizabeth presume uno es el haber nacido en Peñarroya-Pueblonuevo; el otro, el de ser hija de D. Florencio Pintado, toda una leyenda en nuestra historia local.
Incluso en las elecciones afectivas se muestra en las familias el temperamento, que al igual que otros hermanos Elizabeth encauzó su vida en el campo de la investigación y de la Enseñanza, como fórmula secreta de honrar a sus progenitores: Evangelina y Florencio. Que uno y uno suman dos.
Por ello, y para completar la magia del círculo, me atreveré a preguntar a mi entrevistada con igual penetración con que harían esos jóvenes a los que tutela ─ Pilar, Victoria, Alejandro… ─ que cada día plantean a su profesora la necesidad de “ayudar al prójimo”, de “compartir” y de “ser”.

PREGUNTA.- Sales un día de casa y a tu regreso ves que el pueblo en el que naciste ya no es el mismo. ¿Qué es lo que le impulsa a volver?
RESPUESTA.- Ningún lugar que re-visitamos es el mismo porque las personas cambiamos continuamente y por lo tanto también la percepción del mundo que nos rodea. De todas formas, el pueblo en el que se pasan los primeros años de la vida deja una impronta que impulsa a volver.

P.- Presume de haber sido educada en un Colegio de Monjas. La incultura y el clericalismo asociados a leyenda negra por la izquierda tradicional…
R.- Me alegro ─quizás presumo…─ de haber estudiado en un Colegio de monjas francesas en el que estábamos niños y niñas en la misma clase; utilizaban libros con colores, nos levantaban la falda si había que darnos un cachete y era una educación mucho más alegre que la que impartían las monjas de la misma Congregación (Presentación de María) en el Colegio español, que estaba comunicado con el francés por el patio de atrás.

P. Los primeros recuerdos de la filósofa María Zambrano son de agradecimiento y de admiración hacia sus padres. Con qué palabras los definiría usted.
R. Mis padres eran unas personas muy especiales, de una gran generosidad y una mentalidad muy progresista en los temas sociales. Mi madre nos inoculó un sentimiento de feliz unión familiar, y mi padre una admiración y respeto por el conocimiento científico que todavía perduran en los diez hermanos que somos.

P. “Con diez cañones por banda…” El adolescente es una especie de idealista que no duda en hacer frente al pirata “Pata de Palo”, y gozar de los tesoros de la vida. Continúe el relato, por favor…
R. Mi padre nos recitaba con frecuencia ese poema de Espronceda (extremeño como él), y yo me identificaba con la libertad del pirata.

P. En el libro Subversivos y malditos en la universidad de Sevilla (1965- 1977) aparece citada en la página 228. ¿Qué le habrán dicho sus hijas?
R. Nuestra generación tuvo mucha suerte de poder canalizar la rebeldía propia de la juventud luchando contra el franquismo. Hasta las locuras tenían cierta justificación por la falta de libertades. Ahora es más difícil conocer cuáles son los límites de la lucha para defender un mundo mejor.

P. Después de tantos sueños derramados hubo quien hizo la transición desde las filas del PC a la del PP, pasando por UCD; y viceversa. ¿Piensa usted en el “yo” y las “circunstancias”, de que tanto habla Ortega y Gasset?
R. Por supuesto, es mi frase favorita. En las últimas décadas hemos pasado de pensar que todo es social (en la Rusia soviética se prohibió la investigación genética por ser “ideológicamente incorrecta”) a que todo es genético. Creo que nuestros pensamientos y actos dependen de lo que somos (nuestro bagaje genético) y de nuestras circunstancias ambientales, culturales, etc. Soy acérrima defensora de la educación porque condiciona enormemente nuestro comportamiento. Aborrezco los dogmas religiosos, imagínese los políticos.

P. Es usted una personalidad en el estudio del síndrome X frágil, causa del retraso mental hereditario más frecuente. ¿La investigación en la Universidad cuenta con los suficientes apoyos económicos?
R. No. El porcentaje del PIB que en España se dedica a la investigación es mucho menor que en los países más avanzados de nuestro entorno. Pero no es suficiente aportar más dinero, hay que gestionarlo con criterios rigurosos y establecer dinámicas transparentes que estimulen a los mejores a seguir haciendo el enorme esfuerzo que hay que hacer en nuestro país para competir con los países mejor situados en ciencia y tecnología.

P. Todos coincidimos en que no es igual de cómodo un barrizal que una calle asfaltada, pero ¿no ve un pecado de soberbia que se lancen a construir torres más altas que la Giralda, con todo lo que hay que arreglar?
R. Si se refiere a la Torre Pelli me parece preciosa y un símbolo de modernidad necesario en esta ciudad con tan bello pasado y con tan poco futuro (al menos si no cambiamos la actitud pasiva y narcisista).

P. ¿Su amor por el cine y la lectura son otras formas de viajar desde un sillón, una escuela de aprendizaje u otras formas de vivir los problemas y alegrías de la gente de nuestro día a día?
R. La literatura y el cine son creaciones humanas que nos acompañan y nos enriquecen.

P. Alguien dijo que el arte acaba en el XIX, y en música con Strabinsky. ¿Prefiere decorar su casa con uno de esos cuadros que pintó, con un trozo de carbón, un hombre del Paleolítico?
R. Prefiero las pinturas del paleolítico que algunas de sillas de enea y de mantillas.

P. ¿Un catedrático de Universidad es alguien con el cuello almidonado y una bata impoluta que le confiere autoridad, como lo describe Pío Baroja?
R. Por suerte la Universidad se ha democratizado y la autoridad dictatorial del catedrático ha desaparecido. Quizás deberíamos retomar la autoridad basada en el prestigio profesional.

P. ¿Su ideal de hombre se amolda más a la estética del Discóbolo, o a la del Pensador de Rodin?
R. Una mezcla de ambas es ideal. Si hubiera necesariamente que escoger por supuesto la inteligencia.

P. “Ave que vuela, a la cazuela”, ¿Podría ser éste un slogan para la nueva campaña de Navidad?
R. No sé exactamente a que se refiere.

P. El hombre como medida de todas las cosas… ¿No pecan los planes de estudio de un cierto desapego de la realidad?
R. Nos movemos entre la concepción clasista de la derecha y la demagogia de la izquierda. El pacto por la Enseñanza es algo que viene demandando la sociedad desde hace tiempo. Es impresentable que cada gobierno cambie los planes de Estudios.

P. ¿Qué frase la definiría mejor: “Soñar lo imposible” o “Limitar la fantasía”?
R. Soñar lo imposible.

P. ¿Es la inteligencia el precipitado de la pasión, como diría Max Aub?
R. Es una cualidad que no abunda en los políticos.

P. ¿Camina por caminar o para compartir el camino?
R. Camino porque he nacido y prefiero hacerlo acompañada.

P. Antes de darle la nota de examen diga usted lo que le quedara por decir…
R. Gracias por hacerme la entrevista: te hace sentir importante (aunque no lo seas).
 
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