El Presidente del Peñarroya C.F. Manuel Fernández, y su junta directiva han presentado su dimisión en una asamblea ante los socios del club.
El siguiente paso será hacer efectiva la dimisión ante la Federación Cordobesa.
Entre los motivos que ha esgrimido Fernández está el escaso número de abonos retirados, ya que hasta la fecha hay muchos socios que aún no han retirado su abono para la presente temporada.
A esto se unen los bajos ingresos publicitarios y que el club no han recibido ayuda económica por parte del ayuntamiento, algo que se encargó de ratificar la alcaldesa de Peñarroya, María Gil, durante el pleno de septiembre señaló que al club se le garantizan 20.000 euros, pero a partir del año que viene, y añadió que el ayuntamiento está sólo para financiar las escuelas base.
Además Fernández señaló que otro de los motivos que les han llevado a tomar esta decisión son las críticas que están recibiendo a su gestión.
El Presidente avanzó que se abre un plazo para la presentación de candidaturas hasta el próximo día 23 de octubre, fecha en el que se celebrarán las elecciones a la presidencia del Peñarroya C.F.
Hasta ese momento y para evitar un vacío de poder en el club, Fernández y su junta seguirán en funciones, además señaló que van a hablar con el entrenador y los jugadores para tranquilizarlos y que esta situación no desestabilice al club.
Entre los posibles sustitutos del actual presidente se ha dejado caer el nombre de un anterior directivo que estaría por la labor de tomar las riendas del club.
Esta situación que vive la institución se la podía haber ahorrado si Manuel Fernández hubiera convocado elecciones el pasado mes de mayo, fecha en la que concluyó su mandato, cosa que no hizo y lo único que ha provocado esta situación ha sido hacer daño a la institución.
El periodo de mandato de Fernández ha tenido momentos buenos como el ascenso a Tercera división de la temporada 2009-2010, pero los malos los superan y el epílogo de su mandato ha sido un descenso y dejar el equipo con la temporada ya iniciada, así como numerosas deudas a jugadores y proveedores acumuladas durante su gestión, así como haciendo que la nueva directiva que entre no pueda empezar con su proyecto, sino que tenga que terminar este de la mejor forma posible.