Tres caballeros, uno de ellos andaluz, (de Peñarroya, concretamente), caminan por un bosque durante la Edad Media.
Llegan hasta una torre y de pronto se abre una ventana y sale una tía buenísima diciendo:
-VICIO, QUIERO VICIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
Uno de los caballeros, al tiempo que se presta a subir, exclama:
- Va a ver esa...
Al llegar arriba, la muchacha le dice:
- Te voy a dejar que me hagas el amor, pero haces una marca con esta tiza por cada vez que lo hagas.
- Vale, vale.
Pasan dos horas y sale el caballero a gatas, sin apenas poder levantarse, con la ropa hecha un guiñapo.
- Lo hemos hecho 10 veces, esa tía no va a querer vicio en mucho tiempo.
En eso que sale otra vez:
-¡VICIO, QUIERO VICIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!.
- Anda esta, la madre que la parió... se va a enterar de lo que vale un peine.
Sube el otro caballero, y la muchacha le dice:
-Te voy a dejar que me hagas el amor, pero haces una marca con esta tiza por cada vez que lo hagas.
- Vale, vale.
Pasan 3, 4 y a las 5 horas sale el caballero que casi no podía ni mantenerse de rodillas...
- 30 veces, lo hemos hecho 30 veces, esa no se levanta por lo menos en un par de meses.
No acabó la frase cuando se vuelve a abrir la ventana:
- VICIO, QUIERO VICIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
- Anda la tía, y aún quiere mas, pues vamos a enviarle al de Peñarroya.
Sube esta vez el andaluz y la tía con la misma cantinela...
- Te voy a dejar que me hagas el amor, pero haces una marca con esta tiza por cada vez que lo hagas.
- Vale, vale.
Pasan 2 horas, 4, 6, 8, 10...
y a las 12 horas sale el de Peñarroya por la ventana diciendo:
-¡¡¡TIZA, .....QUIERO TIZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!