Tras las múltiples quejas vecinales y de empresarios de la localidad por malos olores que han envuelto una vasta zona de Peñarroya Pueblonuevo, los propietarios del estiércol causante del problema han comenzado su retirada.
En las últimas semanas una buena parte de la ciudadanía que comprende la Plaza de Belmez, calle Sol, y calles adyacentes y zona centro se han venido quejando por culpa de los malos olores, que llegaban a ser nauseabundos a consecuencia de una acumulación de estiércol en una zona próxima a la vía verde.
En momentos puntuales y provocado por el viento, el olor se hacía más intenso llegando a ser muy desagradable.
Esto ha provocado, que industriales, hosteleros y ciudadanos particulares hayan mostrado sus quejas pidiendo al propietario de los terrenos en los que estaba acumulado que los retirase, es más las quejas han llevado a intervenir a la Policía Local y Guardia Civil.
Todo esto ha conllevado que en los últimos días se esté procediendo a la retirada de este mantillo a fin de dar solución a este problema.
La acumulación de este tipo de materiales en zonas tan próximas al casco urbano debería ser regulada, para así evitar problemas como los que se han producido en las última semanas.
El alcalde, José Ignacio Expósito (PSOE), manifestó que una vez tenido conocimiento de las quejas vecinales, la Policía Local, inició investigaciones que dieron como resultado un informe que señalaba a un vecino de la localidad que había hecho acopio de excrementos de pavo.
El Alcalde precisó que el siguiente paso fue enviarle un requerimiento tanto desde la Policía Local como desde el propio Consistorio un apercibimiento para que procediese a la retirada del compos, ya que de no ser así se abriría un expediente sancionador.
Los almacenamientos de residuos animales (estercoleros) son contaminantes si no están ubicados en lugares apropiados ni construidos adecuadamente, es decir, con una pendiente adecuada, impermeabilizados y con recogida de aguas. Se pueden producir lixiviados que pueden contaminar el suelo y las aguas, tanto superficiales como subterráneas. Los estercoleros se deben situar en lugares de fácil acceso, cercanos a los alojamientos de ganado y alejados de las viviendas y de los pozos o fuentes que suministren agua potable.
Para prevenir la contaminación por residuos ganaderos, las instalaciones de ganadería intensiva tienen que cumplir unas reglas dictadas por la legislación (Real Decreto 3483/2000 que modifica el sobre las normas básicas de ordenación de las explotaciones porcinas). Este Real Decreto obliga a disponer de balsas de estiércol cercadas e impermeabilizadas, natural o artificialmente, que eviten el riesgo de filtración y contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, asegurando que se impidan pérdidas por rebosamiento o por inestabilidad geotécnica, con el tamaño preciso para poder almacenar la producción de al menos tres meses.