Desde este medio de comunicación, siempre este humilde colaborador, le gusta admirar y plasmar esos momentos futbolísticos que muchos de todos nosotros hicimos realidad, el jugar y defender al equipo de tu pueblo, siempre fue esa meta, ya que los antecesores nuestros, nos dejaron un camino abierto y gracias a su desmesurado esfuerzo y calidad, fueron reconocidos por todos esos estamentos federativos y eso a los que somos de esta noble comarca, y sobre todo, nosotros los belmezanos y peñarriblenses, pueblos hermanos, nos sentimos muy orgullosos de esos años de fútbol que pasaron a la historia deportiva y que aún en este siglo XXI, sigue vivo e intacto, mis felicitaciones a todas las personas que lo hacen posible y a todos esos jugadores y exjugadores que marcaron una época y en la actualidad la siguen marcando.

Hoy quiero dedicarle unas líneas, a una muy buena persona, un hombre entregado a su pueblo y amigos, que en su vida laboral profesional dejó esa gran huella y en la vida deportiva que sigue muy viva, ya que te lo encuentras en cualquier homenaje que se le hace a cualquier persona, y ahí está, nunca baja los brazos y sigue y sigue enseñando y mucho, ya que siempre tuvo esos conceptos futbolísticos muy desarrollados y los plasmó en esos campos de Dios y sobre todo en ese albero, hoy césped artificial, donde verlo hoy sería una gran sensación.

MANUEL RUIZ GALLARDO, el “Monarca”, uno mas de ese gran equipo de la década de los setenta ochenta, ahí en ese centro del campo, leía ese libro donde dice, ¡cómo se debe de jugar a este deporte! una calidad increíble, su toque, su situación en el campo, como mandaba, y como su fútbol giraba y giraba, buscando la mejor situación de ese espectacular número nueve, ese CHENCHO, que en gloria esté, cuantos goles hizo a pase de este genial futbolista, EL LOLO, tocaba y tocaba, y ese gran fútbol que emprendía en ese centro del campo, acompañado de otro figura, nuestro Amado Pilli, la verdad que chavales se juntaron en ese equipo, muy bien dirigidos por esos grandes Mister, Parrilla, y Usagre, a cual mejor de los dos.

La historia de este club, es muy grande, el C.F. Peñarroya en la década de los sesenta era muy temido, un equipazo y año tras año, siempre buscaron ese fútbol que emanaba en ese estadio de Casablanca que tantos muy buenos jugadores vio jugar.

Siempre fue un placer el compartir momentos de fútbol con este gran jugador, Manuel Ruiz Gallardo, dignificó siempre este deporte y en todos sus años de actividad futbolística dejó esa impronta de una persona muy deportiva, dialogante, compañero, con un alto compromiso con su equipo y una cualidad muy importante, a pesar de esa gran calidad que le atesoraba, la palabra humildad era su bagaje mas importante, esta comarca del Alto Valle del Guadiato, tuvimos esa gran oportunidad de verlo en directo y la verdad su recuerdo es constante en esas maravillosas tertulias que solemos hacer en esos dulces momentos de juntarnos para hablar de fútbol de nuestros pueblos.
Gracias Lolo, por todo lo que nos diste y por ser esa gran persona y ese excelente futbolista.
Desde esta ciudad de Madrid, pero siempre con el corazón en nuestros pueblos, gracias de todo corazón.

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